Oriente Medio
El riesgo de una guerra abierta entre Israel y las milicias libanesas se agrava
Los bombardeos de las FDI contra el sur de Líbano, dirigidos contra combatientes de la organización islamista Yamaa Islamiya, dejan siete muertos
El riesgo de una guerra abierta entre Israel y Hizbulá, el poderoso partido y milicia en control de amplias zonas del Líbano, y sus organizaciones afines se agrava en las últimas horas. Al menos siete personas murieron en un bombardeo de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) registrado en la madrugada de ayer contra unas instalaciones sanitarias que según Tel Aviv escondían un “edificio militar” en la localidad de Habariye, al sur del país. En respuesta, la organización apoyada por Irán respondió con el lanzamiento de decenas de proyectiles contra la localidad israelí de Kiryat Shmona -situada junto a la frontera—, una ofensiva que costó la vida a un civil.
El cruce de fuego entre las fuerzas israelíes y la organización defensora de la comunidad chiita del Líbano ha sido casi diario desde el 8 de octubre, y la amenaza de que el segundo frente bélico en relevancia de esta guerra de los siete frentes que atraviesa Oriente Medio provoqué un enfrentamiento total entre ambas es cada vez más seria. Hasta ahora, a pesar de la retórica belicista de sus líderes, el Partido de Dios -que lamenta al menos 240 víctimas desde el pasado mes de octubre— lo ha evitado consciente de su inferioridad bélica y de que su fortaleza estriba en la guerra asimétrica e invisible.
Según la Agencia Nacional de Noticias del Líbano (ANN), el ataque iba dirigido contra unas instalaciones de la Sociedad Médica Islámica, organización vinculada a Yamaa Islamiya, una organización armada islamista y suní –fundada en los años 60 del siglo pasado y próxima a los Hermanos Musulmanes y a Hamás— que desde que comenzara el enfrentamiento entre Hizbulá y las FDI se ha situado del lado del partido y milicia liderado por Hassan Nasrallah en el objetivo común de la destrucción del “enemigo sionista”. No en vano, el propio secretario general de Yamaa Islamiya, Mohamed Takkouch, admitía ayer que el conflicto entre Israel y Hizbulá “había contribuido a la cooperación” entre las dos organizaciones.
En un comunicado, Yamaa Islamiya denunciaba que el ataque israelí “contra un centro de ambulancias de la Asociación Libanesa de Ambulancias” y que todas las víctimas “son médicos y mártires”. “Denunciamos y condenamos esta traicionera agresión israelí contra un grupo de paramédicos que llevaban a cabo su labor humanitaria dando ayuda sanitaria a la población en el área de Arqub”, rezaba el comunicado difundido a través de la web, antes de pedir que Israel “sea condenado y rinda cuentas por este crimen de guerra”.
Por su parte, desde Hizbulá se condenó el “atroz crimen” y se prometió que la eliminación de “siete sanitarios” en Habariye “no quedará sin respuesta ni castigo”. La poderosa organización libanesa -un Estado dentro de un Estado fallido como el libanés— había reconocido horas antes la muerte como resultado del fuego israelí de tres de sus miembros, a los que se identificó como Ibrahim Naser al Din ‘Malak’, Rateeb al Gawhari ‘Karbala’ y Fawzi al Ajras ‘Abu Turab’, además de a un militante de Yihad Islámica, socio de Hamás en la Franja de Gaza y con presencia en Cisjordania y el sur libanés.
Las Brigadas Al Quds, brazo armado de Yihad Islámica, informaron en su canal de Telegram de la muerte de uno de sus milicianos, Ahmed Muhamad Mahmud ‘Abú Yazan’. En declaraciones al diario libanés L’Orient le Jour, el alcalde de Habariye aseguró que los fallecidos son voluntarios que trabajaban en un centro de emergencia. “Algunas salieron minutos antes. Siete se quedaron y están muertas”, relataba.
Desde el Ejército de Israel se aseguraba ayer que el objetivo de sus bombardeos de la madrugada de ayer era un “edificio militar” en el que hallaba refugio “un importante terrorista vinculado con la organización Yamaa Islamiya, que previamente había preparado planes contra territorio israelí". Asimismo, desde las FDI se informaba de que “otros terroristas” que estaban en el lugar también fueron abatidos.
La respuesta de Hizbulá en forma de hasta treinta cohetes contra la zona de Kiryat Shmona, en el norte de Israel, costó la vida a un joven que se encontraba trabajando en unas instalaciones industriales. “Un trabajador fue encontrado sin signos de vida y declarado muerto después de ser rescatado del edificio que sufrió un impacto directo”, recogía el comunicado del servicio de emergencias israelí Magen David Adom.
El impacto del cohete desencadenó un fuego en el edificio en el que la víctima trabajaba junto a otro individuo de unos 30 años que resultó ilesa y cuya nacionalidad se desconoce. Además, las FDI dieron cuenta en la mañana de ayer del lanzamiento desde el Líbano de otros cuatro misiles que se precipitaron sobre zonas abiertas en la zona de Shtula, en el norte del país, por lo que no hubo que lamentar víctimas. Además, en la mañana de ayer las fuerzas israelíes bombardearon una zona situada en los alrededores de la localidad de Hermel, situada en el noreste del Líbano, que es el punto más lejano de la frontera entre los dos países desde el 8 de octubre.
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