Irán
Rohani cumplirá el pacto nuclear pero responderá a las sanciones
El presidente iraní exige, en su investidura, respeto de Estados Unidos a la vez que muestra su deseo de acercamiento a la Unión Europea
El presidente iraní exige, en su investidura, respeto de Estados Unidos a la vez que muestra su deseo de acercamiento a la Unión Europea.
Por primera vez en décadas, a la ceremonia de investidura de un presidente iraní asistió una delegación europea encabezada por jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, y otras delegaciones extranjeras. El gran ausente fue Estados Unidos. Sin duda, este cambio en el régimen de los ayatolás ha sido posible gracias al pacto nuclear con Irán, el principal hito del primer mandato del reelegido presidente Hasan Rohani, que ha abierto una ventana al mundo. Tras haber ganado las pasadas elecciones con cinco millones de votos, el clérigo moderado tomó ayer posesión como jefe de Estado en un acto celebrado en el Parlamento.
El presidente juró «ante el sagrado Corán y ante el pueblo iraní por Dios todopoderoso» que será «guardián de la religión oficial, del sistema republicano islámico y de la Constitución del país». También prometió estar «al servicio de todo el pueblo», mejorar la situación del país y apoyar la Justicia, la libertad y el respeto de los derechos de los ciudadanos.
En su primera alocución, el mandatario iraní insistió en que su país no será el primero en incumplir el acuerdo nuclear con seis grandes potencias, pero advirtió que «no se quedará de brazos cruzados ante las violaciones de Estados Unidos». Sus advertencias llegaron después de una reunión con la jefa de la diplomacia de la UE, Rohani le trasladara su preocupación por «las repetidas violaciones de los compromisos que ha cometido EEUU, junto a las nuevas sanciones que ha impuesto sobre Irán, que han repercutido negativamente en la opinión pública y podrían afectar la aplicación del acuerdo nuclear que firmamos con Occidente».
Con ello, el presidente iraní se refería a las nuevas sanciones promulgadas por el Senado estadounidense a finales del mes pasado que afectan a su programa de misiles y abordan cuestiones de Derechos Humanos que nunca estuvieron sobre la mesa del histórico acuerdo nuclear de 2015. Durante su alocución Rohani instó a una mayor cooperación con la comunidad internacional, afirmando que Irán busca una «interacción constructiva con el mundo y también con los países vecinos» y está preparado para cooperar «en base al respeto mutuo».
La política aperturista del reelegido mandatario no ha contentado al sector del ala dura, en el que se encuentra el propio ayatolá Ali Jamenei, máximo valedor del establishment iraní. Precisamente esta semana el presidente y el Ayatolá tuvieron una nueva desavenencia después de que Rohani dijera que la legitimidad política de un líder religioso está determinada por la «voluntad popular y la invitación». Sus comentarios fueron recibidos con desdén por los partidarios de Jamenei.
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