
Defensa
La ruptura con Israel hace tambalear los suministros de las Fuerzas Armadas, pero ahora la apuesta es la industria nacional
El Ministerio de Defensa ahonda su veto a la industria militar israelí y anula una nueva decena de contratos que afectan tanto a compras como al mantenimiento de equipos ya en servicio en las Fuerzas Armadas

El sostenimiento de varios sistemas de armas en servicio en las Fuerzas Armadas se ha topado con un obstáculo inesperado: la anulación de sus contratos de mantenimiento. Esta decisión afecta directamente a equipos tan dispares como las estaciones de armas de empleo remoto Mini Samson, los morteros embarcados Cardom de 120 milímetros o diversos sistemas de radioenlace de origen israelí que resultan vitales para las comunicaciones de las unidades sobre el terreno.
De hecho, la medida no solo impacta en grandes plataformas, sino también en adquisiciones de menor cuantía pero igualmente necesarias para el buen funcionamiento de los ejércitos. Entre los acuerdos interrumpidos se encuentran los relacionados con los programadores para la munición de los carros de combate Leopardo y los sistemas portátiles de radiografía que utilizan los equipos de desactivación de explosivos para analizar artefactos a distancia. Esta situación genera una gran preocupación por el estado operativo de la flota, ya que España dispone de uno de los carros de combate más potentes y su mantenimiento es crucial para la defensa terrestre.
Asimismo, el alcance de esta interrupción comercial es notable, pues se ha materializado en la anulación de más de una decena de contratos que afectaban al Ejército de Tierra, la Armada y la Unidad Militar de Emergencias (UME). Este movimiento representa un giro importante en la política de adquisiciones, según han desvelado desde Infodefensa, y genera una gran incertidumbre sobre la cadena de suministro de repuestos.
Una estrategia de fondo para romper con la industria israelí
En este sentido, estas cancelaciones no son hechos aislados, sino que responden a un plan del Ministerio de Defensa para deshacer sus lazos contractuales con toda la industria militar de Israel. La directriz, impulsada desde el departamento que dirige Margarita Robles, abarca tanto los acuerdos de sostenimiento para material ya en uso como los grandes programas de adquisición que estaban sobre la mesa. Este viraje estratégico podría buscar potenciar el desarrollo de capacidades nacionales, como demuestra la reciente presentación del primer avión de vigilancia del Ejército español construido en España, para así reducir la dependencia de proveedores externos.
Por otro lado, esta desconexión es la culminación de una política ya consolidada en los últimos tiempos. La decisión actual se suma a la anulación previa de proyectos de enorme envergadura, como el sistema lanzacohetes Silam, la compra de los misiles contracarro Spike LR2 o la adquisición de los sofisticados designadores de objetivos Litening V. Se confirma así un proceso de ruptura con unos proveedores que, hasta hace poco, se consideraban fundamentales para las capacidades de las Fuerzas Armadas. En principio, este cambio viraría hacia la industria nacional.
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