Sahel

Rusia despliega sus primeras tropas en Burkina Faso

Fuentes rusas informan de que 100 combatientes rusos han aterrizado en la capital burkinesa para colaborar en la seguridad del Estado

FILE - A mural is seen in Ouagadougou, Burkina Faso, on March 1, 2023. A new report by Human Rights Watch says Burkina Faso’s security forces killed at least 60 civilians in three different drone strikes which the West African nation’s military government claimed were targeting extremists. (AP Photo, File)
Mural en un cuartel en Burkina Faso.ASSOCIATED PRESSAgencia AP

Las cosas de palacio van despacio pero terminan por ocurrir. Dieciséis meses después del golpe de Estado que colocó al capitán Ibrahim Traoré como líder de Burkina Faso, cuatro semanas después de reabrir la embajada rusa en Uagadugú tras permanecer 37 años cerrada, las primeras tropas rusas han desembarcado en el país africano para colaborar con Traoré en la lucha contra el terrorismo. Los burkineses lo celebran.

Fuentes rusas confirmaron este jueves que un primer contingente compuesto por 100 efectivos ya se encuentra en el país para “garantizar la seguridad” del jefe de Estado y “del pueblo de Burkina Faso contra los ataques terroristas”. Se piensa que otros 200 se sumarán a este primer contingente en las próximas semanas. La protección de líderes africanos de la mano de combatientes rusos ya pudo constatarse en República Centroafricana y Mali, mientras las acciones de Wagner en Mali resultaron decisivas desde el pasado verano en la guerra en curso entre el Estado maliense y los secesionistas de Azawad. Burkina Faso se convierte así en el cuarto país a las orillas del Sáhara, después de Mali, República Centroafricana, Libia y Sudán, en contar con militares rusos en su territorio nacional.

Ibrahim Traoré declaró a principios de 2023 la “guerra total” contra el yihadismo en su país y dio un cambio de rumbo a las políticas estatales a la hora de enfrentarse a la amenaza. Donde gobiernos previos procuraron equilibrar las acciones militares con políticas sociales, Traoré desecha las alternativas pacíficas para centrarse en lo militar. Una estrategia que le ha traído victorias considerables, como la liberación del cerco de la ciudad de Djibo y del resto de la región a finales del año pasado, así y como una notable mejoría en las capacidades militares burkinesas, pero que también ha supuesto un incremento de las matanzas y vulneraciones de los derechos humanos por parte del Ejército burkinés. La presencia de tropas rusas, cuyas violentas prácticas han sido denunciadas en Mali en repetidas ocasiones por organismos civiles, supondrá un importante apoyo para fortalecer este concepto de “guerra total” donde la piedad no está considerada.

Debe observarse que los rusos mencionados ya no forman parte de una compañía militar privada, Wagner, sino que se encuentran integrados en las Fuerzas Armadas rusas con motivo de la reestructuración de Wagner ideada por Vladimir Putin tras la accidentada muerte de Yevgueni Prigozhin. Aunque todavía pueden encontrarse mercenarios rusos al uso en países como Camerún o República Democrática del Congo, las colaboraciones entre las naciones del Sahel y Vladimir Putin se han liberado de “intermediarios” como Prigozhin o las compañías privadas, para colocarse a un nivel de relación Estado-Estado que fortalece todavía más la postura de Rusia en la región, a la que Europa ya se ha esfumado del ámbito de la seguridad en el Sahel. Francia, pero también la misión de Naciones Unidas en Mali (MINUSMA) y la misión europea de asesoría y entrenamiento (EUTM Mali) ceden el paso a las nuevas Africa Corps ideadas por el Kremlin.

Si hace un año se decía que Wagner tenía una presencia en Mali, el concepto evoluciona, y ahora puede decirse que Rusia ha plantado su bota en Burkina Faso. Acompaña a los soldados rusos la promesa de que la compañía Rosatom iniciará próximamente la construcción de una planta de energía nuclear en Burkina Faso, de manera que el país pueda hacer frente a la carencia energética que hace que un 79% de la población no tenga acceso a la electricidad. Cooperación militar, añadida a la asociación energética, parece una ecuación atractiva para los gobernantes del Sahel. Así lo expresó recientemente Ali Zeine, primer ministro nigerino, que indicó en su visita a Rusia durante la semana pasada que “nosotros [Mali, Níger y Burkina Faso] esperamos que nuestro socio, Rusia, fortalezca nuestras capacidades, nos provea del consejo que necesitamos y, por encima de todo, movilice el equipo necesario para proteger nuestros países”.

Pocos dudan que Níger será el próximo lugar en el que desembarquen tropas rusas para combatir al yihadismo, después de la expulsión en septiembre de las tropas francesas que se encontraban en el país. Será cuando Níger confirme las sospechas cuando será oficial: Europa habrá sido definitivamente relevada por Rusia en la lucha contra el yihadismo en el Sahel, un yihadismo que, irónicamente, amenaza a las puertas de Europa y no de Rusia.