Moscú

Los rusos plantan cara a Putin por prohibir la noche de Halloween: "La Rusia de las calabazas"

El "festival de las calabazas" es celebrado por muchos como si fuera un sustituto de "la noche de los muertos vivientes"

Imagen de archivo de calabazas
Imagen de archivo de calabazasDreamstime

La noche de Halloween, pese a ser una tradición propia de Estados Unidos, se celebra en todo el mundo. Es una festividad señalada en el calendario de todas las personas, pues jóvenes y no tan jóvenes, se disfrazan, ven películas de miedo y comen dulces. Pero en la Rusia ortodoxa de Vladimir Putin, está prohibido celebrarse el día de los "muertos vivientes", y aquí no existen esas fiestas típicas del último día de octubre. Por eso, los rusos han decidido "plantar cara al Kremlin" y establecer su propia fiesta, el "festival de las calabazas".

Autoridades rusas y la Iglesia Ortodoxa está en contra de celebrar Halloween, primero por considerarla propia de Occidente, y luego por verla como una "celebración satanista", tal y como el propio Putin la ha definido. Creen que es un evento que debe estar prohibido, cohibiendo los deseos de los rusos que desean celebrarlo, así que han tenido que ser creativos.

Halloween es una festividad que se celebra principalmente en la noche del 31 de octubre. Aunque tiene raíces históricas y culturales diversas, en la actualidad es conocida por ser una festividad en la que las personas se disfrazan, decoran sus casas con temas espeluznantes y participan en actividades relacionadas con el miedo y lo sobrenatural. En base a esto y teniendo en cuenta las prohibiciones, decidió lanzar el "festival del redentor de las calabazas", más conocido como "festival de las calabazas".

El Festival del redentor de la calabaza" comenzó así a gozar de un éxito inesperado en todo el país. Una celebración que, sobre todo, tiene lugar en las escuelas, donde los niños, al igual que en países más occidentales, se disfrazan. Sería, en cierto modo, la versión rusa de Halloween, pero con el mismo fin, según recogen medios rusos.

El monje Makarij, autor de un conocido blog sobre temas eclesiales, definió la supuesta fiesta de la calabaza como "un golpe al corazón para el creyente religioso, una idiotez". Mientras, el sacerdote de Kazán, Aleksandr Ermolin, subrayó cómo que "esta fiesta no existe en la ortodoxia rusa. Están intentando crear un sustituto de Halloween", recogen medios rusos.