Tensión diplomática
Sánchez provoca una crisis diplomática sin precedentes entre España e Israel
Netanyahu le acusa de "apoyar el terrorismo" y convoca a la embajadora española. Exteriores también llama a la embajadora israelí para que dé «explicaciones» por las «inaceptables y falsas» acusaciones.
Los medios israelíes informaron que los primero ministro de España y Bélgica, Pedro Sánchez y Alexander De Croo, respectivamente, «están celebrando una extraña conferencia de prensa en el cruce egipcio de Rafah, donde está previsto que lleguen los trece rehenes israelíes en cuestión de minutos».
Sánchez y su homólgo belga, sin ser partícipes de las negociaciones entre Israel y Hamás, pero sí uno el presidente de turno de la Unión Europea y el primer ministro del país que va a ocupar la presidencia de la UE a partir del 1 de enero, en su gira por Medio Oriente motivada por la guerra entre Israel y Hamás que desencadenó éste último en su ataque del 7 de octubre, se prounciaron y el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí reaccionó rápida y negativamente.
Sánchez dijo, junto a De Croo, horas antes de la salida de los primeros secuestrados liberados por Hamás: «Creo firmemente que tenemos que hacer un llamamiento a Israel para que cumpla con sus obligaciones en materia de derecho internacional».
También manifestó su esperanza de que este alto el fuego temporal sea el «preludio a una solución permanente para allanar el terreno» y poder solucionar el conflicto entre Israel y Palestina «de forma permanente».
Asimismo, afirmó que «ha llegado el momento para la comunidad internacional y para la UE de reconocer de una vez el Estado de Palestina. Es algo que merece la pena, que reviste la suficiente importancia y que la Unión Europea tenemos que hacer de forma conjunta. Pero si este no es el caso, España tomará sus propias decisiones».
Por su parte, De Croo, que al igual que Sánchez, pidió a Hamás que libere a todos los rehenes, declaró que «los líderes políticos deben ir más allá de sus propias sombras y tomar decisiones, aunque sean difíciles».
Poco tiempo después, el Ministerio de Exteriores de Israel convocó a los embajadores de ambos países por las declaraciones de sus mandatarios por considerarlas un «apoyo al terrorismo».
«Tras las palabras del presidente del Gobierno de España y del primer ministro de Bélgica en Rafah (Egipto), el ministro de Asuntos Exteriores, Eli Cohen, ordenó convocar a los embajadores de ambos países (Ana Sálomon Pérez y Jean-Luc Bodson) para una dura conversación de reprimenda», decía el comunicado del Ministerio de Exteriores israelí.
Cohen decía que las declaraciones de los jefes de Gobierno de España y Bélgica «apoyan el terrorismo» del Movimiento del Resistencia Islámica.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, «condenó enérgicamente» los comentarios de Sánchez y De Croo, por considerar que «no atribuyeron a Hamás toda la responsabilidad por los crímenes contra la humanidad que perpetró: masacrar a ciudadanos israelíes y utilizar a palestinos como escudos humanos».
El Ministerio israelí declaró que está actuando de acuerdo con el derecho internacional y luchando contra una «organización terrorista asesina peor que el Estado Islámico».
Por su parte, el ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares, anunció que ha convocado a la embajadora de Israel en Madrid, Rodica Radian-Gordon, para que dé «explicaciones» por las «inaceptables y falsas» acusaciones del Gobierno israelí contra Sánchez. «Son especialmente graves porque se trata del presidente del Gobierno que tiene la Presidencia de la UE».
Albares recordó que el día del ataque el presidente del Gobierno «no dudó en condenar el atentado terrorista de Hamás y dejar muy claro que no representa al pueblo palestino y es sólo una organización terrorista».
Además, el Gobierno siempre ha hecho un llamamiento a la «liberación incondicional e inmediata de todos los rehenes» y apoyado el derecho del Estado israelí a defenderse de este ataque terrorista, tal y como Sánchez lo ha trasladado en su viaje a Israel.
Para el ministro, «esto no es incompatible» con el mensaje que el presidente ha trasladado en su viaje a Israel, a Palestina y Egipto, de que «ese derecho a defenderse debe hacerse dentro del escrupuloso respeto del derecho internacional humanitario».
Desde la oposición el Partido Popular acusó al presidente del Gobierno de ser «un imprudente en política exterior» porque viajar a Israel para «ofender» al país «es lo contrario de la diplomacia»: «Ir invitado a casa de un aliado para ofenderle es la peor carta de presentación de España», sostienen los populares.
Fuentes del PP se han expresado de esta forma después de que el presidente del Gobierno haya cerrado la gira que le ha llevado a Israel, Palestina y Egipto abriendo la puerta a que España pueda reconocer unilateralmente el Estado palestino si la comunidad internacional no toma decisiones conjuntas en esa dirección.
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