Alemania

Schulz, el único rival de Merkel

El Partido Socialdemócrata alemán corona a Martin Schulz con el 100% de los votos como el candidato a las generales. Desde su designación, el partido se ha disparado en las encuestas aunque todavía sigue por detrás de la canciller conservadora.

Martin Schulz habla durante el congreso federal del SPD.
Martin Schulz habla durante el congreso federal del SPD.larazon

El Partido Socialdemócrata alemán corona a Martin Schulz con el 100% de los votos como el candidato a las generales. Desde su designación, el partido se ha disparado en las encuestas aunque todavía sigue por detrás de la canciller conservadora.

Muchos entendieron ayer lo que en Alemania ya se conoce como el «efecto Schulz». Un entusiasmo que ha hecho subir diez puntos al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) en intención de voto, que ha llevado a muchos a afiliarse a este partido que desde hace veinte años no cuenta con tantos miembros y que ayer, como colofón, ratificó a Martin Schulz, el causante de todo ese fenómeno, como candidato de esta formación en las elecciones generales de septiembre con el 100% de los votos en un congreso extraordinario en Berlín. Algo que hasta ahora nunca había sucedido en los 153 años de historia del SPD. Su llegada a la tribuna y la sentida y larga ovación, corroboraron la fortaleza de la nueva estrella del firmamento político alemán. De repente, los socialistas alemanes vuelven a creer en sí mismos. La Prensa germana tampoco escatima en elogios y dicen de él que es un hombre que conoce los extremos humanos a partir de su propia experiencia y de ahí, y a diferencia de muchos políticos, que sea capaz de creer y usar la autorreflexión. Se dice que es el primer aspirante a canciller del SPD que encarna los valores socialdemócratas y su biografía lo evidencia. Su ambición de joven era ser futbolista profesional, pero una grave lesión de rodilla le obligó a renunciar a ese sueño. Schulz fue librero de profesión, desarrolló su actividad profesional en varias librerías y editoriales, y luego estuvo dos años a cargo de su propia tienda, que regentó durante doce años, hasta que asumió su cargo como eurodiputado. Sabe lo que es el desempleo, el alcoholismo, perder a la familia y caer en el pozo. Pero también levantarse, luchar y reinventarse. Conoce bien la importancia de tener una segunda oportunidad. Es un hombre de provincias que puede decir con legitimidad que defiende la igualdad de oportunidades para todos y el único capaz de poner en aprietos a la canciller alemana Angela Merkel.

«Considero que este resultado es el inicio de la conquista de la Cancillería», declaró el nuevo líder de los socialdemócratas alemanas visiblemente emocionado tras conocer la votación, que tuvo lugar en el marco de un congreso extraordinario celebrado en Berlín. Agregó que «ahora comienza la lucha por convertirse en el partido más fuerte del país y por poner al próximo canciller». Con 605 votos a favor de los 608 emitidos, de los cuales 3 no fueron válidos, Schulz, que calificó el momento de «abrumador», asume el testigo al frente de la formación más antigua de Alemania de su ya predecesor, el ministro de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel, tras siete años y cuatro meses en el cargo. En un discurso previo ante las bases del partido de más de una hora y cuarto de duración, Schulz habló a grandes rasgos de lo que será el programa electoral, cuya aprobación definitiva está prevista para finales de junio y que se basará en «la igualdad, el respeto y la dignidad». Aludió a sus planes de dar un giro a la izquierda y corregir la llamada Agenda 2010, el programa de reformas del Gobierno rojiverde que encabezó Gerhard Schröder y aseguró que no se trata de «una revisión del pasado» sino de su «actualización». En su discurso, abogó por «más respeto» para los que trabajan y se comprometen por el país, por la igualdad de salarios para los mismos trabajos, por garantizar las pensiones, por invertir más en educación y por aliviar las cargas familiares.

Schulz subrayó también la importancia de una Europa fuerte como respuesta a las inseguridades globales y afirmó que en Alemania no hay espacio para islamistas que ponen en duda los valores fundamentales de una democracia. Atacó asimismo a los populismos, en particular, a la formación ultraderechista Alternativa para Alemania, a la que calificó de «vergüenza» para el país. «La AfD no es una alternativa para Alemania. Es sencillamente una vergüenza para la República Federal», dijo en alusión a unas polémicas declaraciones de un dirigente de la agrupación que calificó de «monumento de la vergüenza» el sitio recordatorio del Holocausto en Berlín. También tuvo duras palabras para el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en su campaña por el referéndum convocado para el 16 de abril para instaurar un sistema presidencialista en Turquía y sus declaraciones, en las que compara a Alemania con el régimen nazi. No faltaron críticas tampoco a las políticas de la unión conservadora de Merkel por prometer rebajas fiscales y al mismo tiempo buscar recortes sociales. Martin Schulz aseguró que con él «no habrá difamación del adversario político» y agregó que «la campaña electoral será un momento estelar de la democracia».