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Tragedia en el Puente Morandi: Al menos 39 muertos

El puente Morandi sobre la autopista A10, del que se desplomó un tramo de dos carriles de unos cien metros de longitud, fue construido en la década de los sesenta y había sido reformado en los últimos años

Restos de la estructura y algunos de los vehículos afectados ayer por el colapso del puente. Se desplomaron desde de una altura de 90 metros
Restos de la estructura y algunos de los vehículos afectados ayer por el colapso del puente. Se desplomaron desde de una altura de 90 metroslarazon

Al menos 39 personas, entre ellas tres menores, han muerto a causa del derrumbe parcial de un viaducto atravesado por una autopista a las afueras de la ciudad italiana de Génova.

El reloj apenas marcaba las doce del mediodía y el infierno se desató en Génova. Parte del Puente Morandi, de 1.182 metros de longitud y una altura de 90 metros, se desplomó causando al menos 39 muertos, entre ellos tres menores de ocho, doce y trece años, y también 16 heridos, algunos graves, convirtiéndose en uno de los peores accidentes de infraestructuras de los últimos años en toda Europa. El puente, situado en un tramo de la autopista de peaje A10 a su paso por esta localidad del noroeste del país, se encontraba en fase de remodelación desde el pasado mes de mayo. En la zona de Sanpierdarena, uno de los barrios más populares de la ciudad, las dos vías del puente en ambos sentidos cedieron en un momento en el que llovía con intensidad. El jefe de Protección Civil, Angelo Borrelli, señaló que «en el instante del colapso, entre 30 y 35 automóviles y tres vehículos pesados pasaban por allí».

El momento fue captado por varias personas que, desde sus coches, observaron aterrados cómo unos cien metros del puente se vinieron abajo en pocos segundos. «¡Oh Dios, Oh Dios!», se escucha gritar a un pasajero mientras graba con su teléfono el momento. Minutos después, un contingente de unos 200 bomberos llegaron al lugar junto a Protección Civil y equipos sanitarios. Tras desalojar a los vecinos, el objetivo prioritario fue retirar los escombros y encontrar a los supervivientes, muchos de ellos atrapados aún en sus vehículos.

Algunos de las víctimas fueron trasladadas a un centro del ayuntamiento mientras otros quedaron bloqueados en sus propios coches en el tramo de carretera que precede al viaducto. Las escenas de pánico fueron constantes por el miedo de que hubiese más derrumbes, lo que provocó que decenas de personas abandonaran los vehículos y huyeran a pie hacia el lado opuesto buscando refugio.

No fue hasta la media tarde cuando se iniciaron las labores de «excavación» en los escombros. Hasta entonces, los trabajos de rescate se habían centrado en los ocupantes de los vehículos no aplastados. Para esta segunda fase, que ha continuado durante toda la noche, se han utilizado al menos una decena de perros especializados.

El puente se construyó en los años sesenta y se encuentra en una zona con centros comerciales, edificios residenciales y una zona industrial. Es paso obligado para quien quiere conectar con la A7 que lleva a Milán y la frontera con Francia. La encargada de su gestión es Autostrade, que a través de un comunicado informó de que el lugar se encontraba en proceso de reforma para fortalecer la estructura. «Las causas del colapso se investigarán a fondo tan pronto como sea seguro acceder al sitio», explicó la empresa a través de un comunicado. Giovanni Castellucci, su delegado, subrayó que «no me parece que el puente fuera peligroso».

Fue exacte el pasado 3 de mayo cuando se anunció la restructuración del viaducto sobre el río Polcevera. El coste se estimó en poco más de 20 millones de euros. Sin embargo, el puente, también conocido como «Puente de Brooklyn» por su similitud con el de Nueva York, ha sido siempre objeto de polémica. En varias ocasiones, el ingeniero Antonio Brencich, profesor de Técnica en Construcción en la Universidad de Génova, ha denunciado que se habían cometido graves errores y que «hubo una evaluación errónea de los efectos retardados [viscosidad] del cemento, que produjo una superficie viaria no horizontal». El ingeniero incluso llegó a definir el puente como «un fracaso de la ingeniería».

Las autoridades locales salieron al paso de las críticas y señalaron que durante la restructuración «los trabajos y el estado del puente estaban sujetos a una constante observación». Se ha apuntado a la lluvia –algunos testigos aseguran que un rayo alcanzó la estructura poco antes de la tragedia–, las obras o los materiales como posibles causas de la tragedia, pero el Gobierno está dispuesto a encontrar a los responsables. El primer ministro, Giuseppe Conte, se desplazó a Génova y ha convocado hoy a su Gabinete para analizar la situación tras el derrumbe.

Mientras, el vicepresidente y ministro del Interior, el ultra Matteo Salvini, aprovechó la tragedia para criticar una vez más a la Unión Europea, cuya política de austeridad, aseguró, impide a Italia invertir los fondos necesarios para renovar sus vetustas infraestructuras. «Necesitamos preguntarnos a nosotros mismos si respetar estos límites [de presupuesto] es más importante que la seguridad de los ciudadanos italianos. Obviamente, para mí no lo es», indicó Salvini en su tono más populista.