Cuba

Seis años después, Obama acelera el desmantelamiento de Guantánamo

Envía a Uruguay a seis presos detenidos en 2002 y aprueba la salida de otros 67

Imagen de Archivo de la Base de Guantánamo
Imagen de Archivo de la Base de Guantánamolarazon

EE UU ha transferido a seis detenidos de la prisión de Guantánamo a Uruguay este fin de semana, informó el Departamento de Defensa. La Administración Obama intenta reducir el número de prisioneros de la controvertida cárcel y una de las pocas opciones es la de trasladar al extranjero a los presos «de bajo perfil y riesgo», una medida que no suele gustar en los países de acogida. Según medios locales, el 58% de los uruguayos estaba en contra del traslado. Pero una vez más, el presidente José Mujica fue a contracorriente. Aunque los prisioneros serán reubicados en Uruguay como refugiados, lo cierto es que el acuerdo se retrasó durante meses por los temores relativos a la seguridad por parte del Pentágono y consideraciones políticas en el país suramericano, que acaba de celebrar elecciones.

Es la primera vez que se transfieren reclusos desde la base militar en Cuba a Iberoamérica. Los seis (cuatro sirios, un tunecino y un palestino) fueron detenidos en 2002 por vínculos con Al Qaeda, sin embargo, nunca fueron condenados. Según informa Ap, en 2009 fueron absueltos, pero no podían ser enviados a sus países de origen ni de vuelta a EE UU. Mujica aceptó recibir a los presos como gesto humanitario y dijo que recibirían ayuda para establecerse en un país con una pequeña población musulmana. En este grupo de seis se encuentra Abu Wael Dhiab, un sirio de 43 años que ha estado en una larga huelga de hambre y que llegó a entrar en una batalla legal contra EE UU porque los militares le forzaron a alimentarse por la nariz. Su mujer, Umm, confesó al «Huffington Post» que recuerda perfectamente la noche que se lo arrebataron hace doce años. «Acababa de dar a luz a nuestro cuarto hijo. El resto eran muy pequeños. Mi marido es un buen hombre y un cocinero estupendo. Él no es culpable de ningún crimen, nunca ha sido sentenciado, y hace cinco años Obama me dijo que saldría liberado de Guantánamo...».

Han pasado más de seis años desde que Obama prometiera, durante su campaña en 2008, que desmantelaría Guantánamo. A dos años para que finalice su segundo y último mandato aún quedan 136 presos. Se espera que en los próximos meses, y cuando se cumplan las condiciones de seguridad y los acuerdos diplomáticos, se puedan transferir otros 67. «Estas últimas transferencias muestran que Obama está poniendo una errónea promesa de campaña por encima de las vidas de nuestras tropas. Deberían pararse los traslados de Guantánamo hasta que los detenidos dejen de una vez de volver a luchar», indicó el republicano Jim Bridenstine en un comunicado. El congresista conservador recuerda que el propio Director Nacional de Inteligencia «ha dicho públicamente que al menos un 30% de los ex presos de Guantánamo se reenganchan al terrorismo tras ser liberados. Es inmoral hacer que nuestros soldados luchen contra el mismo enemigo dos veces», remarcó.

Los republicanos no están a favor del desmantelamiento de Guantánamo, inaugurada en 2002 después de la guerra contra el terror lanzada por la Administracion Bush. En el otro frente, Obama tiene a las organizaciones de derechos humanos, que cuestionan este centro penitenciario por el limbo legal en el que se encuentran los presos –muchos de los cuales no han sido juzgados aunque se da por hecho que son terroristas–, y por las vejatorias condiciones en las que viven los reclusos. «El traslado de seis detenidos a Uruguay es un paso importante de cara a la larga injusticia de mantener a personas indefinidamente sin cargos en Guantánamo», remarcó Laura Pitter, asesora de seguridad nacional en Human Rights Watch. Para Pitter, «la responsabilidad de la detención ilegal en Guantánamo reside en EE UU, pero otros países pueden ayudar a que se termine este abuso siguiendo el ejemplo uruguayo y aceptando a detenidos». Pero no todos en Uruguay concuerdan con la decisión de recibir a los liberados. Juan Carlos, de 48 años y profesor de secundaria, dijo que «es un bluf, es una cuestión política y demagógica. No creo que hubiera una necesidad de hacerlo y no creo que hayan venido por una cuestión humanitaria».

Setenta son intransferibles

El Pentágono difundió en 2013 la lista de los intransferibles, los 70 terroristas más peligrosos, que no serán liberados. Entre ellos destaca el cerebro de los ataques del 11-S o Mohamed al Qahtani, el saudí que también iba a volar en los aviones secuestrados por los yihadistas en 2001.