Ampliación
Semana clave para la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN
Ambos países nórdicos reanudan el 9 de marzo el diálogo con Turquía, mientras Hungría retrasa la ratificación de su adhesión al 20 de marzo
La que iba a pasar a la historia como la ampliación más rápida de la OTAN se ha convertido en una carrera de obstáculos sin una meta aún a la vista. La invasión rusa de Ucrania hace un año convenció a Suecia y Finlandia de que solo el paraguas de seguridad de la Alianza Atlántica (la defensa mutua del artículo 5) podría protegerlos de la deriva neoimperialista del imprevisible régimen de Vladimir Putin. Finlandia, más expuesta por compartir una frontera de 1.340 kilómetros con el oso ruso, arrancó un debate nacional seguido al mismo tiempo por Suecia para dar un giro de 180 grados a su tradición política de no alineamiento militar.
Ambos países nórdicos presentaron en mayo su candidatura formal a la OTAN, que les recibió con los brazos abiertos ante la posibilidad de fortalecer el flanco norte de la organización al convertir el mar Báltico en un mar interior de la Alianza. Sin embargo, pronto el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, vio la oportunidad de amenazar con el veto al ingreso de Suecia y Finlandia para obtener contrapartidas internas. Los tres países firmaron en la Cumbre de Madrid de la OTAN en junio un memorándum por el que Estocolmo y Helsinki se comprometían a levantar el embargo de armas a Turquía, combatir a las organizaciones kurdas y extraditar a los supuestos terroristas reclamados por Ankara. Pero desde entonces nada ha sido suficiente para Erdogan, que acusa, sobre todo a Suecia, de ser un «santuario de terroristas» y amaga con dar solo su visto bueno a la candidatura de Finlandia. Un escenario que aterra a la OTAN y, sobre todo, a Suecia, que sería más vulnerable a una eventual invasión rusa de la estratégica isla de Gotland.
Un mes después de interrumpirse las negociaciones por la quema de un Corán frente a la embajada turca en Estocolmo a manos de un político utraderechista, parece volver a verse un rayo de esperanza. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha logrado reunir este jueves a los tres países en Bruselas para reanudar las negociaciones. «Mi mensaje es que tanto Finlandia como Suecia han cumplido lo que prometieron en el acuerdo trilateral que firmaron con Turquía», aseguraba Stoltenberg en Helsinki.
Justo un día después, su Parlamento («Eduskunta») aprobaba por abrumadora mayoría su ingreso en la organización sin esperar a Turquía y Hungría, los dos únicos de los 30 socios de la OTAN que aún no han ratificación la adhesión de suecos y finlandeses. Con unas elecciones legislativas en apenas un mes, el 2 de abril, la primera ministra, la socialdemócrata Sanna Marin, deseaba separar la decisión más trascendental en política exterior y de sguridad desde el final de la Segunda Guerra Mundial tanto de la campaña electoral como de las negociaciones para formar Gobierno.
En Hungría, si bien su Ejecutivo nunca ha expresado su oposición a la ampliación, se ha retrasado en varias ocasiones su debate parlamentario, que no arrancó hasta el 1 de marzo. Los diputados de Fidesz, el partido de Orban, parece que quieren hacer pagar con sus dilaciones las críticas de Estocolmo y Helsinki a las violaciones del Estado de derecho en Hungría. Sendas comisiones parlamentarias han viajado a Suecia y Finlandia para discutir el asunto. Si no hay nuevos retrasos, el Legislativo magiar someterá a votación la adhesión en la semana de sesiones del 20 de marazo.
Mientras, desde Estocolmo, el Gobierno conservador de Ulf Kristersson presentará también el jueves al «Riksdag» (Parlamento) una ley que convierte en delito la pertenencia a una organazación terrorista. El texto, que he requerido una reforma constitucional y cuenta con un amplio apoyo enetre los partidos políticos, busca demostrar a Ankara que Estocolmo se toma muy en serio la lucha contra el terrorismo kurdo y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la bestia negra de Erdogan y considerado una organización terrorista tanto por la Unión Europea como por EE UU.
Con todo, nadie espera que las autoridades turcas flexibilicen su posición hasta que se celebren el 14 de mayo las elecciones presidenicales en Turquía. A partir de entonces se abre una ventana de oportunidad para que Suecia y Finlandia completen su proceso de adhesión antes de la cumbre de la OTAN del 11 y 12 de julio en Vilna (Lituania).
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