Asia

Seúl desmonta los altavoces de propaganda en la frontera como gesto conciliador hacia Corea del Norte

Se utilizaban anteriormente para emitir propaganda contra el régimen norcoreano. Se guardarán por si es necesario volver a colocarlos

FILE - A North Korean military guard post, left, and loudspeaker are seen from Paju, South Korea, near the border with North Korea, June 12, 2025. (AP Photo/Ahn Young-joon, File)
Frontera entre las dos CoreasASSOCIATED PRESSAgencia AP

El ejército de Corea del Sur informó el lunes que ha comenzado a retirar los altavoces instalados en su frontera con Corea del Norte, en una medida destinada a reducir las tensiones.

Estos altavoces se utilizaban anteriormente para emitir propaganda contra el régimen norcoreano, pero el nuevo gobierno liberal surcoreano suspendió las transmisiones en junio como gesto conciliador, en un intento de reconstruir la confianza y reactivar el diálogo con Pyongyang, que en los últimos años ha cortado en gran medida la cooperación con el Sur.

El Ministerio de Defensa surcoreano señaló que el retiro físico de los altavoces es otra “medida práctica” para aliviar las tensiones entre las dos Coreas, divididas por la guerra, y aclaró que esto no afecta la preparación militar del país.

Lee Kyung-ho, portavoz del ministerio, no ofreció detalles sobre cómo se almacenarán los altavoces retirados ni si podrían volver a desplegarse rápidamente en la frontera en caso de que se reaviven las tensiones. Lee también indicó durante una rueda de prensa que no hubo conversaciones entre los dos ejércitos antes de que Corea del Sur tomara esta decisión.

Corea del Norte, que es extremadamente sensible a cualquier crítica externa hacia su liderazgo autoritario y su gobernante de tercera generación, Kim Jong Un, no comentó de inmediato sobre la medida surcoreana.

El anterior gobierno conservador del Sur había reanudado las transmisiones diarias por altavoz en junio del año pasado, tras una pausa de varios años, en represalia por los globos lanzados desde el Norte que contenían basura, parte de una campaña de guerra psicológica.

Los altavoces emitían mensajes de propaganda y canciones de K-pop, una lista cuidadosamente elegida para incomodar a Pyongyang, donde el régimen de Kim ha intensificado una campaña para erradicar la influencia de la cultura pop y el idioma surcoreano entre la población, como parte de sus esfuerzos por consolidar el dominio dinástico de su familia.

Estas campañas de guerra psicológica, al estilo de la Guerra Fría, agravaron aún más las tensiones ya elevadas por el avance del programa nuclear norcoreano y los esfuerzos del Sur por ampliar los ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos y la cooperación trilateral en seguridad con Japón.

El presidente surcoreano Lee Jae Myung, un liberal que asumió el cargo en junio tras ganar unas elecciones anticipadas para sustituir al conservador destituido Yoon Suk Yeol, ha prometido mejorar las relaciones con Pyongyang, que reaccionó con furia a las políticas de línea dura de Yoon y rechazó el diálogo.

Sin embargo, Kim Yo Jong, la influyente hermana del líder norcoreano, rechazó la semana pasada los gestos de apertura del gobierno de Lee, al afirmar que la “confianza ciega” de Seúl en su alianza con EE. UU. y su hostilidad hacia el Norte lo hacen indistinguible de su predecesor conservador. Sus comentarios sugieren que Corea del Norte —ahora centrada en su creciente cooperación con Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania— no tiene prisa alguna por reanudar la diplomacia con Seúl o Washington en el corto plazo.