Represión en Venezuela

«Si votamos nos quitan la ración de comida»

El chavismo recurre a maniobras y chantajes para amedrentar a una población ávida de cambio, pero a su vez muy necesitada

Un muro de Caracas muestra el eslogan del chavismo a favor de la Constituyente, que los opositores han modificado para mostrar su rechazo
Un muro de Caracas muestra el eslogan del chavismo a favor de la Constituyente, que los opositores han modificado para mostrar su rechazolarazon

El chavismo recurre a maniobras y chantajes para amedrentar a una población ávida de cambio, pero a su vez muy necesitada.

La oposición venezolana decidió rebelarse contra el Gobierno de Nicolás Maduro que le ha cerrado los caminos para el cambio democrático y por votos que piden desde 2016 cuando solicitaron el referendo revocatorio. Hoy, en una jornada ciudadana habrá un plebiscito para rechazar la Asamblea Nacional Constituyente, la actuación de la Guardia Nacional y a favor de un cambio de gobierno. Según estimaciones de los portavoces de la Unidad, como Henrique Capriles Radonski, podrían participar unos 11 millones de personas, un poco menos que las que le dieron el triunfo en la Asamblea Nacional a la oposición en 2015. El proceso va sin la validación del Consejo Nacional Electoral (CNE), con el aval de la Constitución y sus artículos 333 y 350, el respaldo de observadores internacionales que ya se encuentran en el país, pero también bajo la sombra del miedo que el chavismo pretende imponer en algunos sectores.

Los ex presidentes Andrés Pastrana de Colombia, Vicente Fox (México), Laura Chinchilla, (Costa Rica), Jorge Tuto Quiroga, (Bolivia) y Miguel Ángel Rodríguez, (Costa Rica) llegaron ayer para acompañar el proceso de votación ciudadana. El ex presidente Rodríguez afirmó que la decisión de respaldar a la oposición viene dada porque consideran que los venezolanos dan ejemplo con su lucha.

Lucrecia Borges lleva 15 años trabajando en la Administración pública. Es opositora, aún cuando la obligan a marchar por el oficialismo. No está del todo segura de participar en la consulta de este domingo porque de darse a conocer la identidad de quienes acudieron, pudiese estar en riesgo su trabajo. «Nunca me he arriesgado a participar ni en las firmas por el revocatorio, ni en las primarias de la oposición y con este proceso no estoy segura. Los jefes nos han dicho que en las colas tendrán gente vigilando para ver qué empleado público está y eso es lo que me genera desconfianza de ir. En las votaciones normales siempre voto por la oposición. Sé de otras personas que están dispuestas a ir a pesar de eso, pero en mi caso estoy sola y tengo dos hijos que mantener», afirmó.

En los sectores más humildes del país la gente recibe, esporádicamente, las bolsas de comida con productos escasos tal como arroz, pasta, harina de maíz, aceite, azúcar, mantequilla, granos, leche, café, entre otros. Es un beneficio que se distribuye a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), pero para la consulta popular de hoy el servicio está siendo usado como control político. En el estado Sucre, específicamente en Cumaná, condicionaron a los vecinos del sector La Llanada a que la comida sería entregada hoy y que no podían ausentarse en ningún momento de su vivienda porque perderían el beneficio. «Si votamos nos quitan la ración de comida», lamantaba un vecino.

Otras maniobras para impedir que la gente no participe en la jornada de consulta popular llamada por la oposición, pero sí en la de la Asamblea Nacional Constituyente fue la que aplicó el gobernador del estado Táchira, José Gregorio Vielma Mora, quien aseguró que quienes no voten a favor de la Constituyente el 30 de julio, no deberían recibir dólares preferenciales del Sistema de Divisas de Tipo De Cambio Complementario Flotante De Mercado (Dicom).

Geraldine Moreno vive en la parroquia La Vega de Caracas. Allí hay plenamente identificados grupos oficialistas armados identificados como «colectivos». Moreno va a salir a votar porque quiere quedarse en Venezuela y considera que ya es suficiente que la gente se vaya. «Dentro de la parroquia donde yo vivo no hay ningún centro de votación. El más cercano queda a un kilómetro. Yo voy a ir para ese, independientemente del miedo. Con los vecinos he hablado y hay algunos que tienen miedo de ser agredidos por los colectivos y quizás no están muy seguros», reveló la joven a LA RAZÓN.

sin miedo

Mario Bohórquez va de frente con el proceso de consulta ciudadana. En unas semanas le toca la cita para el pasaporte y tiene otros trámites de la conformación de una empresa en gestión, pero aun así participará con la oposición en lo que han denominado «el mayor acto de rebeldía». «¿Qué si voy a participar? Claro que lo haré y todas las veces que sean necesarias. Mi esposa estaba persuadiéndome para que no fuese porque tengo algunos trámites en el Seniat y debo renovar mi pasaporte, pero lo peor que puede pasar es quedarme en silencio y como cómplice de quienes están destruyendo al país», sentenció el hombre de profesión comerciante.