Bruselas

Sin soberanía compartida en el Peñón

Descarta cambios en el estatus de Gibraltar y defiende que Londres y Madrid se sienten a negociar alternativas para los 13.000 personas que cruzan cada día la Verja para trabajar.

Sin soberanía compartida en el Peñón
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Tras su exposición, el embajador británico en España, Simon Manley, respondió a las preguntas del director general de Informativos de Antena 3, Santiago González; del director de Informativos de Onda Cero, Julián Cabrera, y de la jefa de la Sección de Internacional de LA RAZÓN, Rocío Colomer. Gibraltar, la situación de los residentes españoles en Reino Unido o el futuro acuerdo comercial con la UE estuvieron encima de la mesa.

–S. GONZÁLEZ: Quisiera que diera un mensaje claro para los más de 200.000 españoles que trabajan, estudian y viven actualmente en Reino Unido. ¿Qué mensaje les puede dar de cara a los próximos meses?

–Un mensaje de tranquilidad. Queremos que los europeos que viven, trabajan y estudian y que contribuyen al progreso de nuestro país se queden. Éste es el objetivo de nuestra oferta, pues estamos muy orgullosos de su presencia.

–S. GONZÁLEZ: Como antiguo experto en amenazas a la seguridad, ¿cómo se puede mejorar la lucha antiterrorista?

–La amenaza a la que nos enfrentamos ha cambiado. Como con los «lobos solitarios». Que la gente cometa atentados con cuchillos o en sus coches es distinto que la amenaza del pasado, pero no hay alternativa a la cooperación internacional que tenemos. Tenemos algo más importante que todas las armas de los terroristas: la resistencia de nuestra gente, (como se ha visto en Londres o en España) y nuestros valores de libertad, democracia y tolerancia, que son más fuertes que los de los terroristas, que no tienen.

–JULIÁN CABRERA: Se acaba de cumplir un año del referéndum y ahora Reino Unido debe adecuar a su legislación la leyes europeas. ¿Sera fácil en un Gobierno escaso de apoyos?

–No es un asunto fácil. Es la primera vez que un país abandona la Unión Europea. La gran mayoría de los diputados están a favor del Brexit, de respetar la opinión de nuestro pueblo. El Gobierno debe trabajar con los otros partidos, como ya estamos haciendo, y también con Michel Barnier [representante de la Comisión Europea en las negociaciones de salida] y la UE para lograr un acuerdo que no vaya sólo en interés de los británicos, sino de todos. Es un gran trabajo, pero podemos hacerlo.

–JULÍAN CABRERA: Los ciudadanos de Gibraltar votaron aplastantemente (un 96%) a favor de la permanencia en la Unión Europea. España dispondrá derecho de veto en caso de que la situación de la Roca entre en la negociación. ¿Cree factible la posibilidad de una soberanía compartida para que los ciudadanos gibraltareños pudieran continuar como ciudadanos de la Unión Europea?

–La soberanía compartida no la veo. Vamos a respetar siempre la opinión de los gibraltareños. Debemos mirar hacia toda la zona y a sus más de 12.000 personas que viven en el Campo de Gibraltar y trabajan en la Roca. Hay un potencial de prosperidad, por lo que debemos ver cómo asegurar la continuidad de este flujo diario de personas que favorece la prosperidad de la zona. Los gobiernos de Reino Unido y España debemos trabajar juntos para que el futuro sea bueno para todos los ciudadanos de la zona.

–ROCÍO COLOMER: En el acuerdo que la «premier» Theresa May ha cerrado con los unionistas se incluyen 1.300 millones de euros par invertir en Irlanda del Norte. ¿Puede crear algún tipo de distorsión con las regiones de Escocia o Gales? ¿El acuerdo puede poner en peligro el papel mediador de Londres en el proceso del Ulster?

–Creo que no. Los dos partidos tienen mucho en común. De hecho, el Partido Conservador tiene mucho de unionista. Debemos trabajar para asegurar que nuestra salida de la Unión Europea vaya en interés de todas las partes. Por eso, estamos hablando y escuchando a Edimburgo, Belfast y Cardiff para entender sus intereses y preocupaciones y así poder defenderlas en la mesa de negociaciones en Bruselas, pues es algo que va en interés de todas las regiones.

–ROCÍO COLOMER: Usted ha mencionado en su intervención que el mandato del Brexit es rotundo, pero también su interés de mantener su relación con la Unión Europea y el mercado único. Teniendo en cuenta que las negociaciones entre la UE y Canadá han durado siete años, ¿Reino Unido estaría preparado para una negociación comercial tan larga?

–Apoyamos el libre comercio y trabajamos con nuestros amigos para lograr otros acuerdos con Japón, Mercosur, etc. Pero empezamos nuestra negociación con la UE de una forma distinta a la que lo haremos con Canadá, Mercosur o Japón porque, al sentarnos a negociar las condiciones de un acuerdo de libre comercio con nuestros socios, vemos que compartimos todo. Porque, normalmente, una negociación, por ejemplo, entre la Unión Europea y Canadá consiste en cómo acercarnos para respetar las normas de los otros en campos como la agricultura o la industria. Pero al empezar a dialogar con nuestros socios europeos, todos tenemos las mismas normas y reglas en todos los ámbitos del libre comercio. La pregunta es distinta, es cómo vamos a respetar en el futuro las potenciales divergencias de ambas partes. Será más difícil la negociación entre un país europeo con terceros países o bloques comerciales. Para que nuestros productos y servicios se puedan vender en el futuro en la UE, debemos respetar las normas directas de la Unión.