#Sinfiltro: aprobada la innovadora ley con penas de cárcel para los influencers franceses

Francia acaba de aprobar una pionera ley para regularizar la actividad de los influencers. Con la nueva norma gala, aquellos que incumplan la legislación podrían ser castigados con multas (de hasta 300.000 euros) e incluso con penas de prisión de un máximo de tres años. Asimismo, se obligará a las plataformas de medios sociales a desarrollar técnicas que detecten las infracciones. Una innovadora ley para regularizar esta profesión en boga.

El debate ya estaba en las calles y redes francesas, más cuando son muchos los jóvenes que ahora sueñan con un futuro prometedor como influencers. La prensa gala estima que hay unos 150.000 influencers que crean contenidos para un público francés en Instagram, Facebook, TikTok y YouTube. Uno de los aspectos más negativos son las promociones sospechosas de productos y fraudes que se hacen a diario con un enorme impacto. Otro, los problemas de salud mental entre los jóvenes -sobre todo angustia, ansiedad y depresión- derivados de los daños a su autoestima por las imágenes corporales a las que están sometidos constantemente.

Stéphane Vojetta, el diputado de la mayoría que ha promovido esta precursora ley, explica a LA RAZÓN que el verano pasado comenzaron a denunciarse varias estafas y “nos dimos cuenta de que esta situación estaba fuera de control: era la ley de la selva en las redes. Por lo que junto al ministerio de Economía vimos que debíamos hacer una reforma, introducir cambios legislativos, elaborar una propuesta de ley”.

"El sector de la influencia comercial y la creación de contenidos aún no se toma lo suficientemente en serio", escribió el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, al presentar el proyecto de ley para su debate en la Asamblea Nacional. "Aunque es un formidable vector creativo y un beneficio económico, anclado en la vida cotidiana de millones de ciudadanos, este sector adolece de normas inexistentes o poco claras", aseveró al respecto Le Maire, según recoge RFI.

En enero, Vojetta llegó a un acuerdo con el Partido Socialista, oposición, para fusionar ambos textos, ya que el diputado Arthur Delaporte “había trabajado también en el tema y abordamos el proceso legislativo de una forma bipartita”. Vojetta confiesa que han trabajado unos 30 diputados en un texto amplio, consensuado, que fue votado por unanimidad en la Asamblea Nacional en abril.

Según recoge la agencia EFE, la propuesta de ley recibió anoche el respaldo final de la Asamblea Nacional (Cámara baja) antes de pasar hoy al Senado. En esa segunda instancia legislativa, la medida obtuvo el voto positivo de los 342 senadores presentes. Como ya auguraba Vojetta en abril, el respaldo también ha sido "contundente".

"Guerra" en la Asamblea Nacional francesa

En plena polémica y gran división en Francia por la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron, sorprende que los representantes galos se hayan puesto de acuerdo en este proyecto de ley. Vojetta reconoce que en París “no daban un duro por este proceso".

“El Hemiciclo de la Asamblea Nacional estaba en estado de guerra, es cierto. Pero hemos llegado a un compromiso. No es un tema de izquierdas o de derechas, es la protección de los jóvenes frente a un peligro en las redes. Así, trabajamos en el concepto que yo inventé: una burbuja de paz”. Es decir, pasara lo que pasara, cuando los diputados se ponían manos a la obra, no discutían ni sobre las pensiones, ni sobre Macron, ni el Gobierno, “y funcionó. Fue un voto unánime, bastante extraordinario en los tiempos que corren”.

En la nueva ley, si uno no es influencer o no está “vendiendo” nada puede seguir usando todo tipo de filtros. En cambio, si se va a hacer una influencia comercial, se va a promover un producto o servicio a cambio de una compensación económica y se quiere retocar cara y cuerpo, se tendrá que indicar con un mensaje claro que la imagen ha sido transformada.

“Con esto se logra que la publicidad sea un poco más sincera y acabar con la percepción de que una imagen deformada es un cuerpo femenino ideal e inalcanzable”, asevera Vojetta.

A partir de ahora la transparencia es obligatoria y si se incumple habrá castigos penales como multas o penas de cárcel. El político francés que presentó esta ley destaca la importancia de que las plataformas de redes sociales también tengan una responsabilidad y sean obligadas a usar unas herramientas de señalización. Así, los consumidores galos estarán más protegidos.

Sobre los castigos de hasta tres años de prisión, el diputado expone que ellos no juzgan, solo legislan, y esperan que gracias a esta ley se produzca un cambio de mentalidad tanto en los influencers como “en las plataformas, que se aseguren de hacer un trabajo de moderación y suspendan las cuentas que reincidan en el incumplimiento de las reglas. Eso sí que va a ser un incentivo potente, no tanto las multas, sino la suspensión de su cuenta".

Presiones e interés internacional

Vojetta recuerda todas las presiones que han recibido, sobre todo de los lobbies de industrias como las bebidas azucaradas, el alcohol, la cirugía estética o las criptomonedas y las agencias de influencers, “pero al final hemos conseguido imponer medidas bastante duras por las que hemos recibido un apoyo popular enorme”.

El diputado de la mayoría gobernante admite que la nueva ley ha generado mucho interés en países como Estados Unidos y que este mes junio viajará a Bruselas para explicárselo a la Comisión Europea, dada la falta de una regulación tan detallada en el resto de países de la UE.

Estas son las claves de la nueva ley francesa

• Exige que todas las personas influyentes revelen si utilizan un filtro y dejen claro si su publicación es una promoción pagada.
• La nueva ley obliga a todos los influencers que revelen si su cara o su cuerpo han sido retocados con programas como Photoshop.
• Asimismo, impone a las plataformas que creen canales para que los consumidores denuncien a los influencers.
• También somete a los influencers a las mismas normas que los medios de comunicación tradicionales, limitando sus promociones de productos financieros (criptomonedas), alcohol, tabaco, etc.