Un país hundido
Siria sobrevive a su peor crisis con ayuda exigua, sin apenas fondos y entre incertidumbre
La falta de recursos ha obligado al Programa Mundial de Alimentos (PMA) a dejar de ayudar a 2,5 millones de sirios necesitados para poder garantizar un sustento a los 3 millones de casos más urgentes
Tras doce años de guerra y cinco meses de un devastador terremoto, Siria afronta su peor crisis humanitaria con una escasez de fondos sin precedentes que ya ha dejado sin asistencia a 2,5 millones de personas, y con el constante miedo a que la ONU pierda su acceso a las áreas opositoras del noroeste del país.
Como viene ocurriendo periódicamente, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas votará hoy si extender o no la validez del mecanismo que permite a las agencias de la ONU llegar a 4,1 millones de personas necesitadas en los bastiones rebeldes de forma directa a través de la frontera con Turquía.
La decisión será tomada mientras el Plan de Respuesta para Siria no ha logrado siquiera el 12 % de los 5.400 millones de dólares necesarios para este año, un nivel que el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, aseguró la semana pasada "nunca" se había registrado "en la historia de este conflicto".
Un 45% menos de beneficios
La falta de recursos ha obligado al Programa Mundial de Alimentos (PMA) a dejar de ayudar a 2,5 millones de sirios necesitados para poder garantizar un sustento a los 3 millones de casos más urgentes, que serían incapaces de sobrevivir una semana sin asistencia alimentaria.
La encargada de Comunicación del PMA en Damasco, Lina Alqassab, confirmó a EFE que desde este mes ya han comenzado a implementar la reducción y explicó que esta afecta a todo el país, incluidas las áreas opositoras a las que hoy una votación podría dejar sin su principal vía de entrada para la ayuda de la ONU.
"Si el mecanismo transfronterizo del Consejo de Seguridad no se renueva, este salvavidas se verá interrumpido todavía más y el sufrimiento de millones de personas en el noroeste de Siria no hará más que intensificarse", alertó.
Según sus datos, 12,1 millones de sirios estaban atenazados por el hambre ya antes de los seísmos del pasado febrero, mientras un salario medio actual apenas cubre un cuarto de los gastos alimentarios de una familia y las tasas de desnutrición están al alza.
Alqassab indicó que la agencia de la ONU ha puesto en marcha un plan de continuidad que les permitiría mantener "un cierto nivel de ayuda" a través de la distribución de efectivo y adquisiciones de forma local en caso de que el uso del paso fronterizo de Bab al Hawa no sea extendido hoy.
"El PMA también ha posicionado con antelación comida y productos nutricionales para apoyar a este gente hasta finales de octubre de 2023. Sin embargo, una no renovación del mecanismo transfronterizo perturbará inevitablemente el vital envío de alimentos y otros servicios esenciales", advirtió.
Más allá de la ONU
Aunque el mecanismo solo afecta al uso del cruce por parte de la ONU, muchas de las ONG que operan en el noroeste de Siria se valen de sus sistemas de distribución, apoyo logístico e incluso financiación, por lo que su cese impactaría en toda la respuesta a la aislada región.
Andrea Sweeney, del Comité Internacional de Rescate (IRC, en inglés), explicó a EFE que en su caso se benefician del mecanismo en lo relativo a los suministros, pues algunos son difíciles de adquirir unilateralmente o salen más caros fuera de las cadenas de abastecimiento a las que la ONU tiene acceso como "canal global".
"Los suministros médicos que trae la OMS (Organización Mundial de la Salud) son muy importantes para el IRC, mientras que otras ONG, también grandes ONG internacionales, dependen fuertemente del PMA por la provisión de alimentos que trae", detalló Sweeney, directora de Promoción de su organización ante la ONU.
Las Naciones Unidas también son clave para la "coordinación de la respuesta", como quedó patente cuando los vetos de Rusia y China, aliadas de Damasco, dejaron a sus agencias sin acceso al único paso fronterizo que les permitía llegar directamente al noreste del país desde Irak.
"Lo que vimos en el noreste de Siria cuando el cruce fue cerrado por el Consejo de Seguridad en 2020 fue una falta de coordinación efectiva debido a que la ONU ya no tenía presencia allí", reconoció la responsable del IRC.
Al igual que la mayoría de las ONG, pide al Consejo de Seguridad que renueve el uso del paso de Bab al Hawa al noroeste por al menos un año, "el mínimo absoluto", pues las extensiones de tan solo seis meses que ha venido otorgando entorpecen la planificación.
Al menos hasta agosto estarán disponibles para la ONU otros dos cruces entre Turquía y las zonas opositoras del noroeste de Siria gracias a un permiso unilateral emitido a raíz de los terremotos por el presidente sirio, Bachar al Asad, hasta entonces opuesto a la entrega de ayuda directa a esas áreas.
Sin embargo, Sweeney alerta de que estos acuerdos con Damasco son "inestables", "muy inciertos" y "específicos de la emergencia". "Creo que hay un interrogante sobre lo que los acuerdos bilaterales a más corto plazo pueden lograr en una respuesta de magnitud como la que tenemos", concluyó.
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