Giro a Moscú
El socialdemócrata prorruso Fico gana elecciones en Eslovaquia con un discurso anti Ucrania
El ex primer ministro tendrá que negociar con otras fuerzas políticas para hacerse con el gobierno, según el recuento final
El candidato prorruso, Robert Fico, ha ganado las elecciones en Eslovaquia con un 23,3% de los sufragios después de completarse el escrutinio en la madrugada del domingo, tras una noche electoral de infarto. Fico se ha mostrado en contra de las sanciones europeas a Rusia y de continuar con la ayuda militar a Ucrania, a pesar de que Eslovaquia desde que comenzó la guerra había apoyado de manera inquebrantable a Kiev. Ahora uno de los temores de la Unión Europea es que Eslovaquia se sume al bando prorruso de la Hungría de Viktor Orban que hasta ahora se había encontrado solo dentro del club comunitario.
Pocas veces unas elecciones de un país de tan sólo cinco millones y medio de habitantes acaparan tanta atención mediática internacional. De momento, parece que Eslovaquia se ha decantado por Moscú antes que por Bruselas o Washington.
Robert Fico, un político populista de izquierdas, que ya ha sido primer ministro en dos ocasiones, partía desde hace semanas como gran favorito con su partido Smer. Su principal contrincante y que había ido ganando terreno en las encuestas en la recta final es Michael Šimečka, vicepresidente del Parlamento Europeo y perteneciente al partido Eslovaquia Progresista. Un candidato a la medida del bloque prooccidental.
Tras el cierre de los colegios electorales a las diez de la noche del sábado, los primero sondeos a pie de urna incluso aseguraban que el candidato pro europeo iba a colocarse en primer lugar, lo que al final tan sólo fue un mero espejismo. Šimečka, fiel partidario de continuar de manera firme con la ayuda a Ucrania, ha tenido que conformarse con la segunda posición con un 17,1% de los votos.
A pesar de estos perfiles opuestos, ahora comienzan las negociaciones y los matices. Ningún partido ha conseguido los 150 escaños necesarios para gobernar y deben apoyarse en otras fuerzas políticas. Tal y como se vaticinaba, el tercer partido en liza ha sido el socialdemócrata moderado Hlas (La voz), liderado por el también ex primer ministro Peter Pellegrini que al final ha conseguido el apoyo del 14,9% de los votantes y se ha convertido en la llave de gobierno.
Pellegrini puso en marcha este fuerza política después de que Smer perdiera las elecciones en 2020 y tras conocerse el resultado electoral se ha mostrado dispuesto a empezar a negociar con Fico una posible coalición de gobierno, si bien ha dejado la puerta abierta a hablar con otras formaciones si estos contactos no llegan a buen puerto. Por su parte, el candidato más votado se ha decantado por la prudencia y ha asegurado que esperará a que el presidente de la República le encargue la tarea de formar gobierno antes de comenzar posibles negociaciones con el resto de los partidos políticos.
Esta posible alianza con Hlas sería una garantía de una cierta moderación de las posiciones de Fico que ya en el pasado demostró ser un político pragmático. A pesar de esto, también es posible que el ejecutivo cuente con la presencia del partido ultranacionalista Partido Nacional Eslovaco claramente prorruso y que ha aglutinado el 5,7% de los sufragios. En todo caso, el resultado de las elecciones del sábado arrojan un panorama de un país fuertemente polarizado. “Si se nos da una oportunidad de formar gobierno, pediré paciencia. Eslovaquia necesita que la situación se calme”, ha asegurado el líder de Smer.
Su principal contrincante ha sido menos conciliador y ha asegurado que contempla “un gobierno liderado por Fico como un demonio para la civilización”.
Ahora una de las principales preocupaciones de Bruselas reside en un posible efecto contagio de posiciones porrusas a otros países europeos, sobre todo el bloque del Este. Hasta el momento, las capitales europeas han pasado con relativa buena nota la prueba de preservar la unidad, pese a ciertas tensiones provenientes de Budapest. La Hungría de Viktor Orban ha obstaculizado en varias ocasiones la adopción de sanciones contra Rusia, pero al final la sangre no ha llegado al río y los castigos han acabado adoptándose por unanimidad con la luz verde del país magiar y tras algunas concesiones. El temor es que una victoria de Fico de alas a Orban y esta alianza se extienda a otros países. La próxima prueba de fuego llegará en las elecciones que se celebran en Polonia el próximo 15 de octubre que hasta ahora se había distinguido por la mano dura con Rusia.
Tras la invasión de Ucrania, la UE llegó a un acuerdo con Kyiv para eliminar la mayoría de aranceles a los productos que entraban en el club comunitario. El grano ucraniano ha inundado los mercados de los países fronterizos, lo que ha hecho que los precios se hayan hundido, en perjuicio de los agricultores. Para hacer frente a esta situación, el Ejecutivo comunitario decidió de manera temporal permitir a los países del Este imponer restricciones comerciales al grano para consumo interno. La Comisión Europea ha decidido terminar con estas medidas temporales, lo que ha soliviantado a Hungría, Eslovaquia y Polonia. Varsovia, de hecho, ha anunciado que continuará con el suministro de municiones y armamento ya acordados con Kyiv, pero que después se centrará en modernizar su propio ejército.
Tras el inicio de la contienda, Eslovaquia había sido uno de los países que ha apoyado de manera más decidida a Ucrania. Fue uno de los primeros en proporcionar el sistema antiaéreo S300 soviético y la pasada primavera también puso a disposición de Kiev los aviones de combate trece MIG-29. Esta ayuda inquebrantable se ha producido a pesar de que en los últimos tres años y medio el país ha estado gobernado por cuatro gobiernos diferentes y de la dependencia energética respecto a Moscú. Ahora todo esto puede cambiar.
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