Elecciones en Corea del Sur

Los sondeos a pie de urna de las legislativas en Corea del Sur ponen contra las cuerdas al conservador Yoon Suk-yeol

La oposición liberal se encamina hacia una aplastante victoria electoral que dejaría al actual presidente a las puertas de una posible destitución

Seoul (Korea, Republic Of), 10/04/2024.- Cho Jung-sik, secretary general of the main opposition Democratic Party (DP), affixes an 'elected' sticker next to the name of a DP candidate on a billboard at the party's situation room for the general elections, during the early hours of ballot counting at the National Assembly in Seoul, South Korea, 10 April 2024. The exit polls project the main opposition Democratic Party's overwhelming victory. (Elecciones, Corea del Sur, Seúl) EFE/EPA/YONHAP SOUT...
Los sondeos a pie de urna dan la victoria al Partido Demócrata en las elecciones generales de Corea del SurYONHAPAgencia EFE

El destino del presidente surcoreano Yoon Suk-yeol pende de un hilo. Los sondeos a pie de urna de las elecciones generales del miércoles sugieren un panorama de lo más sombrío para el bloque de Gobierno, que podría plantear la posibilidad de que el actual líder conservador se convirtiera en un presidente renqueante a falta de tres años para el final de su mandato.

Todo apunta a que el principal partido de la oposición surcoreana se encamina a una aplastante victoria en los comicios, lo que supone un gran revés para el actual líder conservador. De confirmarse el resultado, Yoon quedaría en una situación muy delicada e incluso podría abrirse la puerta a una posible destitución.

Los sondeos realizados a última hora del miércoles por las cadenas de televisión KBS, MBC y SBS apuntaron a que el Partido Democrático de Lee Jae-myung, de centroizquierda, y sus aliados obtendrían entre 183 y 197 escaños en la Asamblea Nacional. Por su parte, el gobernante Partido del Poder Popular (PPP) y su partido satélite obtendrían entre 85 y 100 escaños. Todos los partidos opositores juntos podrían incluso haber obtenido una «supermayoría» de 200 de los 300 escaños, suficiente para anular el veto de Yoon e incluso destituirlo.

Es muy probable que los coreanos hayan sentido una sensación de déjà vu al depositar sus papeletas para elegir una nueva Asamblea Nacional, en unos concurridos comicios generales enmarcados como una oportunidad para elegir de cuál de los dos principales partidos del país desconfían menos.

A pesar de que se trató de escoger a 300 legisladores, la campaña electoral se ha centrado principalmente en una persona que no figuraba en las papeletas: el mandatario Yoon, que fue elegido hace dos años por un estrecho margen respecto a su contrincante, en lo que entonces se llamó una elección entre dos «antipáticos». Muchas cosas han cambiado desde la última ronda electoral. En efecto, la polarización política ha ido desgarrando el tejido sociopolítico del país.

Desde entonces, Yoon ha luchado por mantener el apoyo de más de un tercio del electorado, en un contexto de malestar generalizado por la inflación, los problemas de subsistencia y la ralentización de la economía del país. A su vez, los críticos han señalado el fracaso del presidente a la hora de mantener los valores fundamentales de su administración, a saber, la justicia y el sentido común, ya que su familia se ha visto envuelta en múltiples escándalos. Entre ellos, el sonado «asunto del bolso de Dior» de la primera dama, Kim Keon-hee, que la ha mantenido alejada de la luz pública durante cuatro meses.

Por su parte, el liberal Partido Democrático (PD), que ha ocupado la Asamblea Nacional durante los últimos cuatro años, se ha empeñado en convertir este voto en un referéndum no solo sobre la actuación de Yoon, sino también a más polémicas que rodean a su esposa y a funcionarios de su administración.

Los líderes de los partidos de la oposición buscan venganza, ya que creen que sus juicios e incluso sus condenas fueron el resultado de persecuciones políticas dirigidas por una fiscalía con motivaciones políticas. Y es que Yoon fue fiscal general antes de ser elegido máximo dirigente de la nación en 2022, solo unos meses después de su debut político.

Pero el conservador Partido del Poder Popular (PPP), que respalda a Yoon, instó a los votantes a repudiar al PD y a su líder, Lee Jae-myung, perseguido por acusaciones de corrupción y soborno desde que se presentó contra Yoon en las presidenciales de 2022. En caso de que se alce con el control de la asamblea legislativa, el PPP facultará al presidente para emprender reformas internas de amplio alcance, aunque controvertidas, al tiempo que fortalecería su acercamiento a Estados Unidos y Japón.

Pero tener a un presidente impopular representando al bloque conservador es un riesgo para el partido gobernante, ya que podría empañar sus posibilidades de conseguir otra victoria presidencial en 2027.

A lo largo de la breve historia democrática surcoreana, no ha sido inusual que los líderes abandonen su partido. Desde finales de la década de 1980 hasta 2022, antes de que Yoon llegara al poder, cinco de cada seis gobernantes elegidos democráticamente abandonaron durante su mandato el partido al que estaban afiliados. La única excepción fue el predecesor liberal de Yoon, Moon Jae-in.

Los observadores opinan que el Gobierno de Yoon lleva mucho tiempo adoleciendo de una mala comunicación con el público, como se ha visto en los recientes incidentes gracias a la postura de línea dura contra los médicos que se oponen al plan de ampliación de las facultades de Medicina, en un país que sufre escasez de facultativos en sectores esenciales.