
Defensa
Los submarinos no tripulados ganan terreno: Reino Unido ya pilota uno "desde el otro lado del mundo"
La Royal Navy ha probado con éxito la comunicación a distancia con su nuevo vehículo submarino no tripulado, el Excalibur, controlado desde Australia mientras operaba en aguas del Reino Unido, a más de 16.000 kilómetros, como parte de la colaboración AUKUS

Desde un centro de operaciones en Australia, y a una distancia que supera los 16.093 kilómetros, personal de la Royal Navy ha logrado controlar un vehículo submarino no tripulado que navegaba en aguas del Reino Unido. Este avance tecnológico representa un paso importante en la evolución de la guerra naval moderna, demostrando una capacidad destacada para la gestión remota de activos submarinos.
De este modo, este logro de comunicación a larga distancia se realizó con el nuevo Vehículo Submarino No Tripulado Extra Grande (XLUUV) de la Royal Navy, bautizado como Excalibur. El éxito subraya la creciente relevancia de los sistemas autónomos en el ámbito de la defensa marítima.
Asimismo, este logro se enmarca dentro de la alianza de seguridad AUKUS, que agrupa a Estados Unidos, Reino Unido y Australia. La prueba forma parte de la iniciativa "Maritime Big Play" del AUKUS Pillar II, con la que se busca el empleo colectivo de robótica y sistemas autónomos en el mar, afianzando la colaboración entre estas potencias aliadas.
Excalibur: La punta de lanza británica bajo el agua
Así, la Royal Navy presentó a Excalibur el pasado mes de mayo, su primer XLUUV. Este submarino, desarrollado en el marco de la iniciativa Project Cetus desde Interesting Engineering informan, mide doce metros de largo y desplaza unas veintiuna toneladas. Posee una autonomía de misión de hasta 1.609 kilómetros y puede sumergirse a mayor profundidad que los submarinos tripulados de la Royal Navy, configurándose como una plataforma de desarrollo clave.
En este sentido, el propósito principal de Excalibur no es su despliegue inmediato en combate, sino actuar como una plataforma de prueba esencial. Su misión es desarrollar tácticas y requisitos técnicos para la integración de sistemas no tripulados en futuras operaciones navales. Su diseño modular y arquitectura abierta permiten una amplia personalización de la carga útil, facilitando su adaptación para misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), así como operaciones de sigilo, con una amplia versatilidad. Esta capacidad lo convierte en un activo importante para la estrategia naval.
Por otro lado, la visión más amplia del AUKUS Pillar II es impulsar el empleo colectivo de robótica y sistemas autónomos en el mar. Esto sitúa a la alianza en una posición destacada en la innovación naval global. Cabe destacar que las tres naciones de AUKUS han coordinado esfuerzos con Japón para mejorar las comunicaciones acústicas submarinas, lo que sugiere una expansión de la cooperación y una influencia creciente en la región indo-pacífica en el ámbito de la tecnología submarina. Este acercamiento resalta la importancia de las alianzas estratégicas para impulsar el desarrollo de capacidades disruptivas.
Así las cosas, esta prueba marca un punto de inflexión importante para la guerra naval, abriendo una nueva fase en la defensa marítima. El liderazgo de la alianza AUKUS en estas tecnologías disruptivas es evidente y tendrá implicaciones de calado. Excalibur es un claro ejemplo de la inversión estratégica en robótica y sistemas autónomos, esenciales para la estrategia militar moderna.
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