Guerra en Ucrania

¿Sufren fatiga de combate los pilotos rusos? Estos son los síntomas y las consecuencias

Un informe de la inteligencia británica afirma que se están detectando ya los primeros síntomas ante la falta de avances concretos

Avión de combate ruso MiG-31 con un misil hipersónico Kinzhal
Avión de combate ruso MiG-31 con un misil hipersónico KinzhalAgencia AP

Dos años de una guerra que primero no era guerra y que después iba a ser relámpago, con avances imperceptibles, amenazas continuas y el riesgo de ser olvidados, o incluso cuestionados, por la propia sociedad. La invasión rusa de Ucrania empieza a pasar factura a los combatientes de ambos bandos, y en especial a los rusos, cuyo gobierno lanzó la ofensiva en febrero de 2022.

Esta situación, habitual en tantas guerras, acaba por pasar factura psicológica a los combatientes, que según avanza el conflicto comienzan a manifestar un trastorno conocido como fatiga de combate y llamado también «neurosis de guerra», y que fue diagnosticado por primera vez en la Primera Guerra Mundial.

¿Lo están padeciendo ya los militares rusos desplazados a Ucrania? Un informe de la Inteligencia militar británica, citado por la agencia Europa Press, estima que sí, que tanto los pilotos de combate como su personal de tierra están padeciendo ya los efectos de este trastorno. Y la situación, aseguran, puede empeorar.

Londres pone como ejemplo un incidente ocurrido el pasado 31 de enero cuando el Ejército ucraniano destruyó un radar en una base aérea rusa de Belbek en Crimea, un hecho que "con toda seguridad" ha provocado "la degradación de la capacidad de Rusia para coordinar su actividad aérea en la región del Mar Negro", según el Ministerio de Defensa de Reino Unido.

Esto causará días de "presión adicional" para la flota de aviones A-50 Mainstay y para "una plantilla cada vez más corta de personal entrenado y capacitado para dirigir operaciones aéreas".

La Inteligencia militar británica sostiene que la doctrina aérea rusa depende en gran medida de estaciones como Belbeck para coordinar sus efectivos aéreos, en especial sus aviones de combate en lugares donde "el espacio aéreo está disputado" y el escenario "es cada vez más complejo".

Teniendo en cuenta todos estos factores, la Inteligencia militar británica da prácticamente por hecho que "los pilotos rusos y el personal de tierra ya están sufriendo de fatiga de combate por la exigencia de las operaciones en Ucrania" hasta el punto de que "cualquier nuevo ataque sobre estos nodos de coordinación en Crimea incrementarán a buen seguro esta presión, así como la posibilidad de cometer un error o un fallo de cálculo".

Los síntomas de la fatiga de combate

Después de dos guerras mundiales y de decenas de conflictos internacionales, los efectos causados por el combate están ya perfectamente identificados y diagnosticados desde el punto de la psiquiatría.

Aunque los síntomas y consecuencias varían en función del individuo que los padezca y de la intensidad de la exposición al estrés de la guerra, la llamada fatiga de combate presenta unos patrones comunes, como situaciones de parálisis ante una amenaza y un sentimiento permanente de huida.

Estos trastornos se deben principalmente al hecho de que el organismo es consciente de que su vida está en constante peligro en una lucha por la supervivencia permanente, y se agrava con alteraciones continuas de factores externos como la temperatura (ya sea el “General Invierno” que derrotó a Napoleón o la permanente exposición al sol y al calor en una trinchera), los ruidos por las explosiones o detonaciones o la exposición a destellos que acaban por dañar la vista.

También se han detectado trastornos derivados de la permanencia en espacios muy reducidos, ya sea el interior de un tanque o de un submarino, los problemas de socialización, la banalización del dolor o la insensibilidad ante las desgracias ajenas. El resultado es una obsesión cada vez mayor por huir del lugar y desertar.

Esta situación se puede hacer crónica y generar un estado de alerta permanente o incluso, en los peores estadio de neurosis de guerra, alucinaciones constantes, depresión y conductas suicidas. Los efectos de la guerra son siempre, para cualquier ser humano, devastadores.