Armamento

¿Podrá el T-90M ruso enfrentarse a los aviones F-16 de Ucrania?

Este revolucionario carro de combate es el resultado de un programa de la era soviética que buscaba reemplazar varios modelos de tanques con una plataforma única

El despliegue del tanque T-90M se produjo el pasado 25 de abril
El despliegue del tanque T-90M se produjo el pasado 25 de abrilLa Razón

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, declaró a principios de este mes que la contraofensiva podría retrasarse debido a la escasez de armamento avanzado. Sin embargo, con el avance en la entrega y entrenamiento de los F-16, el mandatario ucraniano podría estar más decidido a llevar a cabo sus planes de combate.

Ante estos acontecimientos, el Kremlin se prepara para una escalada en el conflicto. Los medios de comunicación estatales rusos han difundido imágenes de los carros de combate T-90M operando junto a los militantes del Grupo Wagner, un contratista militar privado que ha respaldado las ofensivas rusas en Ucrania y ha ocupado importantes posiciones en el frente de batalla del país.

El apoyo de Estados Unidos a Ucrania en la forma de suministro de aviones de combate F-16 ha generado expectativas de una contraofensiva ucraniana más fuerte y decidida. El respaldo de Washington es un claro mensaje de solidaridad hacia Ucrania y un desafío directo a la presencia rusa en el conflicto.

Zelenski ha expresado su determinación de llevar a cabo una contraofensiva, y el suministro de aviones de combate modernos como los F-16 fortalece su capacidad de acción. Esto ha generado preocupación en Moscú, donde se preparan para una posible escalada en el conflicto.

Los carros de combate T-90M, la última generación de tanques de combate rusos, están operando junto a los militantes del Grupo Wagner en el frente de batalla.

Estas imágenes difundidas por los medios de comunicación estatales rusos son una muestra del respaldo militar que Rusia brinda a los separatistas en Ucrania. El T-90M: un poderoso tanque ruso en el frente ucraniano.

El T-90 es el resultado de un programa de la era soviética que buscaba reemplazar varios modelos de tanques con una plataforma única. Durante la Guerra Fría, se encargó a diferentes empresas la tarea de diseñar y producir tanques rivales, pero en los años previos a la disolución de la URSS, se decidió centrarse en la producción de un solo tanque: el T-90.

La última iteración de este tanque, el T-90M, presenta mejoras significativas respecto a sus predecesores. Una de las mejoras más importantes es su blindaje explosivo reactivo Relikt, que brinda una mayor protección contra ojivas tándem y otros proyectiles. Además, cuenta con un cañón principal de 125 mm con un alcance de disparo de hasta 4.000 metros, superando al cañón instalado en el Leopard 2 alemán.

Desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, se estima que Moscú ha perdido al menos la mitad de su flota de tanques. Muchos de los tanques de combate rusos han sido destruidos por el fuego enemigo, capturados por las tropas ucranianas o simplemente abandonados por soldados mal equipados.

El T-90M no ha sido inmune a los sistemas antitanque avanzados ucranianos. Se han documentado casos de destrucción de tanques T-90M por ataques con misiles antitanque AT4 AT. A pesar de ser considerados tanques de «alta gama», incluso funcionarios ucranianos han ridiculizado la pérdida de estos tanques por parte de Rusia.

A pesar del historial del T-90M en Ucrania hasta la fecha, el Kremlin confía en este tanque de combate avanzado para hacer frente a la flota ucraniana. Sin embargo, la llegada de tanques occidentales modernos a Ucrania supone un desafío para el cuerpo blindado de Moscú.

La escalada en el conflicto y la implementación de estrategias militares avanzadas por parte de ambos bandos son una muestra de la tensión existente en la región. La situación sigue siendo volátil y el desarrollo del conflicto será determinante para el futuro de Ucrania y las relaciones internacionales en la región.