Asia

Taiwán: por qué las elecciones en un país más pequeño que Suiza son tan peligrosas

Tres candidatos se disputan la Presidencia con el pulso Estados Unidos-China como telón de fondo

Taiwán es muchas cosas a la vez. Es una isla. Es un pequeño país de apenas 36.000 kilómetros cuadrados, menos por ejemplo que Suiza o similar a Cataluña. Es también una democracia. Y una piedra en el zapato de un gigante como China. Y es, por encima de todo, una ficha extremadamente sensible en el tablero geopolítico mundial.

En términos diplomáticos, Taiwán es un material altamente inflamable que puede estallar en cualquier momento. Y por eso las elecciones presidenciales a las que se enfrenta este sábado 13 de enero, las primeras de las más de 70 que se van celebrar este año en todo el mundo, son tan importantes.

A ellas concurren tres candidatos cuyos nombres difícilmente logrará retener el lector (Ko Wen-je, Hou Yu-ih y William Lai), pero en el fondo eso no es lo importante. Lo relevante es que representan tres formas de entender la relación de su país con la vecina China, una dictadura que no tiene ningún reparo en mostrarse como un gigantesco oso que espera pacientemente el momento para aplastar a la inocente hormiga.

Históricamente, Pekín reclama la anexión de esta isla (“reunificación”, en el lenguaje de la propaganda del Partido Comunista Chino) pese a que nunca formó parte de su territorio. El presidente chino, Xi Jinping, ha ido subiendo el tono de sus demandas, hasta llegar al punto de proclamar en su discurso de Nochevieja que la unión “es inevitable”.

La gran mayoría de la población taiwanesa se opone a esta adhesión y prefiere seguir siendo una economía pujante, una democracia plena y un fiel aliado de Estados Unidos, su principal aval internacional y -de paso- su mayor suministrador de armas. Al menos estas dos últimas virtudes desaparecerían de un plumazo con la unificación. Y lo de la pujanza económica estaría por ver.

Tres candidatos a la Presidencia

En las elecciones de este sábado concurren tres candidatos que, de alguna manera, representan las tres “almas” de la sociedad taiwanesa.

Uno de ellos es William Lai (Lai Ching-te en idioma local), actual vicepresidente y candidato del Partido Democrático Progresista (PDP). Es partidario de mantener la actual independencia de Pekín pero descarta declarar formalmente la independencia para no tentar a la suerte. Taiwán es ya es un país “soberano e independiente”, sostiene.

Su victoria, por tanto, es a la vez deseada y temida por Washington, porque frenaría las aspiraciones de China pero, precisamente por eso mismo, podría animar al gigante a pasar a la acción para someter a la isla. Es el favorito en las encuestas.

Su principal rival es Hou Yu-ih, líder del Kuomintang (KMT) con cerca de un 30% de apoyos en los sondeos. Sobre el papel, Hou es el candidato más favorable a Pekín, aunque durante la campaña ha insistido en la necesidad de trazar un “camino intermedio” entre la independencia, que, en sus palabras, conduciría inevitablemente a una “guerra” con China, y la reunificación, alejándose de las posiciones más tradicionales de su partido.

“Me opongo firmemente a la independencia y al ‘un país, dos sistemas’ (planteamiento que Pekín aplica en Hong Kong y Macao). Esta es la vía intermedia en la que nos debemos embarcar”, subrayó este jueves en una rueda de prensa previa a la cita electoral, informa Efe.

El tercero en discordia es Ko Wen-je, una especie de “tercera vía” que promete romper el bipartidismo que separa a la coalición verde pro-independencia y la lista azul, pro-china. Tiene una intención de voto cercana al 20% y mucho apoyo entre los jóvenes, pero una postura no demasiado definida en cuestiones nacionales.

“Actualmente, mantener el statu quo es la única opción que tenemos, porque Estados Unidos no permitirá a Taiwán unificarse con China, ni China dejará que Taiwán sea independiente. Ni siquiera tiene sentido hablar de independencia o reunificación ahora, porque no puedes conseguir ninguna de las dos”, aseveró Ko en una entrevista a Bloomberg en septiembre pasado recogida por la agencia Efe.

Al fondo, China y Estados Unidos

Y detrás de esta contienda, dos potencias, Estados Unidos y China. Pekín acusó ayer mismo a Washington de estar interfiriendo en las elecciones, mientras amenaza cada cierto tiempo con desplegar su armamento en torno a la pequeña isla para convencerla de que ambos territorios deben ser un solo país.

Mientras, Taipei confía en que la protección de su gran aliado bastará para disuadir a su voraz enemigo, una circunstancia que no está del todo clara. Si China pasa a la acción, ¿cuál será la respuesta de Estados Unidos? La inestabilidad política americana y la entrada en un año electoral añaden mayor incertidumbre a la ecuación.

Sea cual sea el resultado, las elecciones de Taiwán de este sábado tendrán su efecto en la política internacional. Algo a lo que nunca podrán aspirar los tranquilos electores de Suiza.