Atentado en Moscú

Testigos de la masacre en Moscú: «Durante un minuto y medio nadie sabía qué estaba pasando»

Los supervivientes del ataque relatan el horror vivido en el que ya es el peor atentado en suelo ruso en dos décadas

A woman mourns and brings a toy at the Crocus City Hall concert venue following a terrorist attack in Krasnogorsk, outside Moscow, Russia, 23 March 2024.
Una mujer llora y lleva un juguete a la sala de conciertos Crocus City Hall tras un atentado terrorista en Krasnogorsk, a las afueras de Moscú, Rusia, 23 de marzo de 2024MAXIM SHIPENKOVAgencia EFE

El atentado en el Crocus City Hall a las afueras de Moscú se ha convertido en el segundo ataque terrorista más sangriento en la historia de Rusia. Al menos 133 personas han muerto, entre ellas tres niños, y más de un centenar han resultado heridas, según los datos del Comité de Investigación de la Federación Rusa.

El gobernador de la región de Moscú, Andrei Vorobiov, anticipa que el número de muertos aumentará en los próximos días a medida que los equipos de rescate avancen en las labores de búsqueda, pero el número de víctimas mortales ya ha superado a las registradas durante el asedio de Nord-Ost en 2002 o la crisis de los rehenes del hospital de Budionnovsk en 1995.

Solo el cerco a la escuela de Beslán de 2004, en el que murieron 334 personas, en su mayoría niños, supera en cifras el horror que se vivió en la noche del viernes en la sala de conciertos del suburbio moscovita de Krasnogorsk. Cuatro asaltantes encapuchados, armados con ametralladoras, una pistola, cuchillos y bombas incendiarias, irrumpieron en la sala de conciertos. Tres abrieron fuego contra la multitud durante unos 15 minutos y el cuarto se encargó de provocar el incendio que devoró la estructura del edificio.

En el interior se encontraban cientos de personas a la espera de que comenzara el concierto del grupo de rock ruso Piknik. No colgaron el cartel de «sold-out», pero no estuvieron muy lejos de hacerlo. Las autoridades calculan que podría haber cerca de 6.200 personas en el interior del edificio.

El sonido de los disparos se adelantó al sonido de las guitarras. «Unas personas vestidas de marrón, no sé quiénes eran –terroristas, militares, quienquiera–, irrumpieron en el auditorio y empezaron a disparar a la gente con fusiles de asalto», trasladó a la prensa el fotógrafo Dave Primov, testigo del ataque desde la planta superior del edificio.

Otro de los supervivientes, Sofiko Kvirikashvili, oyó desde dentro del auditorio lo que al principio pensó que era «una especie de explosión interminable de petardos». «Me di la vuelta en el pasillo una vez, luego otra. La tercera vez, me di cuenta de que todo el mundo en la sala había empezado a huir en todas direcciones», explica.

Muchos se dieron cuenta en ese momento de que se estaba produciendo un atentado. Alexander, otro de los asistentes al concierto, relata al medio RBC que «durante un minuto y medio o dos minutos hubo confusión, nadie se dio cuenta de lo que estaba pasando. Entonces corrimos hacia la salida en dirección al metro. En las escaleras mecánicas de bajada se había formado un gran atasco, la gente se caía. Giramos hacia la derecha, donde había unas habitaciones cerradas, allí ya estaban rompiendo ventanas y puertas para salir de Crocus City».

Según su testimonio, no había agentes de policía en la entrada del Crocus, sino personal del centro. «Los atacantes pasaron a 10 metros de nosotros; empezaron a disparar al azar a la gente de la planta baja», confesó uno de los guardias de seguridad a la BBC.

Eva, una asistente de un grupo de danza citada por el diario Izvestia, estaba entre bastidores cuando los asaltantes irrumpieron en el auditorio. «Estábamos en el camerino, una multitud pasó corriendo a nuestro lado. Oímos ruido y gente corriendo por el pasillo, cogimos nuestros abrigos y corrimos con la multitud».

Cientos de personas consiguieron huir, de las cuales 100 fueron rescatadas por los servicios de emergencia mientras se refugiaban en el tejado del Crocus City Hall. Sin embargo, otras 200 personas no corrieron la misma suerte y quedaron atrapadas en el interior del complejo. Murieron por la inhalación de humo.

Otra ciudadana, Vera, cuenta al diario ruso Fontanka que se enteró de lo ocurrido por los canales de Telegram. Vera estaba de compras con sus amigas en Las Vegas, un centro comercial anexo a la sala de conciertos. «Veo que hay un atentado terrorista en Crocus, que hay gente armada y que Las Vegas está muy cerca. Mi amiga me enseñó un vistazo de la foto, y me pareció como si la salida, a la que vamos a bajar, fuera justo donde yace un hombre, un cadáver».