Destitución de McCarthy
Tormenta política en un Congreso de Estados Unidos descabezado
El caos reina en Washington mientras los posibles sucesores de McCarthy mueven ficha antes del 17-N
La política en Washington se mueve a la velocidad de un huracán. Y parece que el destituido Kevin McCarthy no será el único damnificado por el desastre. En las últimas horas, varios republicanos de la Cámara de Representantes se han mostrado furiosos con Matt Gaetz, el legislador que orquestó la revuelta que tiene hoy a ese órgano sin cabeza permanente. La preocupación (y la molestia) tiene que ver con la fecha límite de financiación del 17 de noviembre.
La Cámara se ha suspendido mientras los líderes del partido recogen los pedazos y tratan de evitar una carnicería en la próxima batalla por la presidencia de la Cámara. Algunos hablan de querer expulsar a Gaetz de la llamada conferencia republicana. El legislador Anthony D’Esposito se ha quejado públicamente de la revuelta asegurando que «literalmente (Gaetz) ha tomado una de nuestras instituciones más antiguas y la ha llevado en una espiral descendente por puras necesidades egoístas». Y aunque fuentes en Capitol Hill no ven probable que suceda la expulsión, la discusión per se es un síntoma de la división existente.
Hasta ahora, dos nombres se han puesto en la balanza oficialmente para sustituir a McCarthy. Por un lado, suena el líder de la Mayoría de la Cámara, Steve Scalise, quien ha ascendido en las filas del partido como un conservador tradicional. El otro nominado oficial es Jim Jordan, presidente del Comité de Asuntos Judiciales de la Cámara y miembro fundador del Grupo de la Libertad de ese mismo órgano. Se espera que Jordan aglutine el voto más radical, probablemente el del ala trumpista que orquestó la salida de McCarthy.
El plazo para elegir speaker apremia porque, entre otros asuntos, la Administración Biden deberá sopesar alternativas para la ayuda a Ucrania que cada vez se verá más comprometida. El sorprendente colapso de McCarthy se produjo porque trabajó con los demócratas para aprobar una prórroga presupuestaria. Los conservadores radicales querían que McCarthy jugara duro con la fecha límite para presionar por sus prioridades políticas. Así que cuando el calendario se acerque a ese día de noviembre, sea quien sea el próximo presidente de la Cámara, estará bajo una enorme presión. Pero incluso si los conservadores pueden reunir los votos para aprobar un proyecto de ley republicano en la Cámara, este morirá al llegar al Senado controlado por los demócratas.
Jordan ya se ha manifestado en contra de avanzar en la ayuda a Ucrania después de anunciar su candidatura a presidente de la Cámara. «El tema más apremiante en la mente de los estadounidenses no es Ucrania. Es la situación en la frontera y la delincuencia en las calles», asegura. En el pasado, Jordan estuvo entre un grupo de más de 100 republicanos que votaron en contra de los 300 millones de dólares de ayuda militar que contaron con el respaldo de McCarthy y de Scalise. Eso sí, no está claro exactamente dónde se sitúa en cuanto a Ucrania. Independientemente de su posición personal, cualquier nuevo presidente de la Cámara enfrentará las mismas dinámicas que sufrió McCarthy. Los legisladores de extrema derecha, que generalmente están en contra de la ayuda a Ucrania, tienen influencia y se espera que mantengan su resistencia.
Y para agregar al drama, está la influencia de Donald Trump. El expresidente ha dicho que desea un speaker que «ayude a un presidente nuevo, pero altamente experimentado» para 2024, en referencia a él mismo. Sus declaraciones a través de Truth Social antes podían ser percibidas como fuera de lugar para muchos, pero lo cierto es que la revuelta contra McCarthy demostró que Trump puede ser protagonista del partido tanto a la sombra como de frente. Y, mientras pasa la tormenta, muy pocos quieren correr el riesgo de poner a prueba esa afirmación.
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