Disturbios

Tres muertos al repeler la Gendarmería un asalto en la quinta jornada de protestas en Marruecos

Los jóvenes de la ‘Generación Z’ anuncian nuevas convocatorias “pacíficas” para exigir mejores servicios públicos, más puestos de trabajo y el fin de la corrupción

Sale (Morocco), 01/10/2025.- Shops are seen damaged as youth-led protests demanding healthcare and education reforms turns violent, in Sale, Morocco, 01 October 2025. (Protestas, Marruecos) EFE/EPA/Jalal Morchidi
Protestas en Rabat de los jóvenes marroquíesJalal MorchidiAgencia EFE

Al menos tres personas perdieron la vida en una pequeña localidad cercana a Agadir por heridas de bala de agentes de la Gendarmería después de dos días de disturbios en Marruecos. Las protestas de carácter pacífico y reivindicativo -mejoras en el sistema educativo y sanitario y en el ámbito laboral- convocadas desde el pasado fin de semana por jóvenes de la ‘Generación Z’ en las principales ciudades marroquíes derivaron en las últimas 48 horas en manifestaciones violentas y choques con las fuerzas de seguridad en varias localidades de medio y pequeño tamaño. Reclamando el carácter “pacífico” de las movilizaciones y en la estela del ejemplo de los jóvenes de Nepal o Perú, el colectivo GenZ212 -principal entidad promotora de las marchas junto a Morocco Youth Voice- defendía en la tarde de ayer su derecho a seguir manifestándose en las calles de las ciudades marroquíes y anunciaba nuevas protestas.

En un comunicado recogido por los medios marroquíes, los efectivos de la Gendarmería en la localidad de Laqliaa, a una veintena de kilómetros de Agadir, aseguraron ayer haber empleado sus armas “en el marco de la legítima defensa” después de que varios grupos de personas atacaran el puesto local. El balance provisional es de tres muertos y varios heridos.

Según ha relatado el cuerpo, estas personas “participaron en actos de violencia y disturbios lanzando piedras contra el puesto de la Gendarmería e intentando asaltarlo” a lo que los agentes respondieron en un primer momento con gases lacrimógenos.

Además, desde la Gendarmería se aseguraba ayer que los presuntos atacantes iban armados cuando entraron por la fuerza en el cuartel, se apoderaron de cuatro motocicletas y un vehículo al que posteriormente prendieron fuego, así como a una parte de las instalaciones, mientras intentaban hacerse con municiones y armas de las fuerzas de seguridad. Por su parte, la Fiscalía abría ayer una investigación para esclarecer los hechos e identificar a todos los implicados en el asalto, según recoge la mencionada agencia.

Si los disturbios estallaron en municipios como Laqliaa, Beni Mellal, Salé -localidad situada junto a Rabat, la capital- o Uchda -principal núcleo urbano del oriente de Marruecos-, lo cierto es que la gran mayoría de protestas celebradas en las principales ciudades del país se desarrollaron de manera pacífica. Ello no impidió a las fuerzas de seguridad marroquíes intervenir con dureza contra los manifestantes y practicar numerosas detenciones.

Desde el pasado sábado, las fuerzas del orden han detenido a cuatro centenares de personas por su participación en las marchas. Este miércoles las autoridades marroquíes autorizaban por primera vez la celebración de las protestas.

Además, según la versión oficial, hasta ahora se contabilizan 286 heridos, siendo la mayoría de ellos (263) miembros de las fuerzas de seguridad, que presentan diversos grados de gravedad, según la versión oficial. Los 23 restantes son manifestantes. Además, se han producido varios incendios y más de 140 vehículos

de las fuerzas de seguridad, así como una veintena de coches particulares, han resultado gravemente dañados.

Las protestas organizadas por GenZ212 y Morocco Youth Voice han movilizado ya a miles de personas en más de una decena de ciudades para protestar contra las deficiencias en los servicios públicos -sistema sanitario, educativo y pensiones-, el alto desempleo -las ciudades presentan tasas de paro de casi el 50%- y bajos salarios y la corrupción sistémica.

Los jóvenes exigen también combatir los monopolios en los sectores económicos, priorizar las inversiones en empresas nacionales, facilitar el acceso a la vivienda a precios asequibles, mejorar el transporte público y la vida en medios rurales y obtener una mejora generalizada a nivel de derechos humanos y justicia social. Un cóctel económico y social que se ha venido fraguando durante años -la situación se agravó a partir de la pandemia y la guerra de Ucrania- y que el gobierno de corte tecnocrático presidido por el empresario Aziz Akhannouch ha sido incapaz de abordar con éxito.

La celebración del Mundial de fútbol 2030 -que Marruecos organizará junto a España y Portugal- ha sido desde el principio blanco de las críticas de los jóvenes manifestantes por el elevado gasto previsto por las administraciones públicas para la construcción o renovación de estadios -entre otras infraestructuras- a pesar de la delicada situación de los servicios educativos y sanitarios y de las dudas sobre qué sectores se beneficiarán de todo ello.

Las convocatorias de los últimos días son ya las de mayor seguimiento en el país norteafricano desde las que sacudieron la región del Rif entre 2016 y 2017 y guardan concomitancias evidentes con los ecos de la Primavera Árabe en el país magrebí en 2011, que acabaron forzando a las autoridades marroquíes a implementar una serie de reformas políticas para aplacar el descontento de la calle.