EE UU

El Supremo de EE UU declara «parcialmente inmune» a Trump por el asalto al Capitolio

La máxima instancia judicial, de mayoría conservadora, sostiene que, si bien un presidente goza de inmunidad penal por «actos oficiales» realizados en el ejercicio de su cargo, no la tiene por «actos no oficiales»

El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha decidido que Donald Trump tiene inmunidad en el caso por el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, pero con matices. «Concluimos que, bajo nuestra estructura constitucional de poderes separados, la naturaleza del poder presidencial requiere que un expresidente tenga cierta inmunidad contra el procesamiento penal por actos oficiales durante su mandato», redactó el presidente del alto tribunal, John Roberts, que también añadió en el escrito de 119 páginas que «el presidente no goza de inmunidad por sus actos no oficiales y no todo lo que hace el presidente es oficial. El presidente no está por encima de la ley». Con esta ambigua redacción, los nueve jueces al frente del fallo –seis magistrados conservadores a favor de la inmunidad y tres juezas progresistas en contra– hacen una distinción clave entre actos «no oficiales» y actos «oficiales», pasando así la pelota a un tribunal inferior que tendrá que decidir si la actuación de Trump durante el asalto fue o no «oficial».

La jueza que instruye el caso de la insurrección, Tanya S. Chutkan, será quien catalogue los hechos. La magistrada ya denegó la inmunidad a Trump el diciembre pasado, asegurando que «cualquiera que sea la inmunidad de la que puede disfrutar un presidente en ejercicio, Estados Unidos sólo tiene un jefe ejecutivo en este momento, y ese puesto no confiere un pase vitalicio para salir libre de la cárcel», dijo entonces. Ahora, Chutkhan tendrá que requerir algún procedimiento para asegurarse de si hay alguna otra conducta denunciada en la acusación que pueda considerarse protegida. Habrá que ver también si el fallo incluye a las personas a las que Trump presionó para que rechazaran los resultados electorales que daban la victoria a Biden en 2020, como por ejemplo, el secretario de estado de Georgia, Brad Raffensperger.

Es muy probable que la decisión del Supremo retrase aún más el juicio que Donald Trump tiene pendiente por intentar revertir los resultados de los pasados comicios. De ser así, conseguiría su objetivo de no ser juzgado antes de las elecciones presidenciales de noviembre. De momento, se está preparando el terreno para una nueva y larga batalla judicial en la que habrá que ver cuál será la estrategia de los fiscales y la de la defensa, que siempre ha asegurado que Trump debería ser «totalmente inmune». Una vez arranque el juicio, podría demorarse hasta 12 semanas. El exmandatario ha celebrado el fallo calificándolo como una «gran victoria para nuestra Constitución y democracia» en una publicación en su plataforma Truth Social, porque, además, de alguna manera, el juez del Supremo Roberts abraza su idea de que un presidente no puede actuar con miedo porque «le puedan caer sanciones penales cuando deje el cargo». Trump ha remarcado que se siente «orgulloso de ser estadounidense».

También ha reaccionado el equipo de campaña de su rival demócrata, Joe Biden, con un comunicado en el que señala que la sentencia «no cambia los hechos» que ocurrieron el 6 de enero de 2021. Trump «alentó a una turba a derrocar los resultados de una elección libre y justa», dijeron en un comunicado. Incluso van más allá y aseguran que la decisión de inmunidad le da a Trump «las llaves de una dictadura», además de que «Trump ya se postula para presidente como un delincuente», por los cargos que pesan contra él en Nueva York, «por la misma razón por la que se quedó con los brazos cruzados mientras la turba atacaba violentamente el Capitolio: porque cree que está por encima de la ley».

Por su parte, la jueza Amy Coney Barret, designada por el propio Trump en 2020 y que ha fallado a favor de la parcial inmunidad, se mostraba frustrada por la forma en que el Supremo delegaba la responsabilidad en un tribunal inferior, protegiéndose de cualquier represalia. «Yo habría enmarcado las cuestiones jurídicas subyacentes de manera diferente», dijo, asegurando de manera ambigua que no estaba de acuerdo con que se excluyera del futuro juicio los actos oficiales que entonces llevó a cabo Trump. El historiador presidencial, Tim Naftali, aseguraba en la cadena CNN que la decisión hace «mucho más difícil para el pueblo estadounidense protegerse de un presidente corrupto», y por su parte la jueza federal Sonia Sotomayor que fue una de las tres que falló en contra de la inmunidad, dijo «discrepar», «temiendo por nuestra democracia» en la que «el presidente es ahora un rey por encima de la ley». «Esta nueva inmunidad en actos oficiales queda disponible como ‘un arma cargada’ para cualquier presidente que desee anteponer sus intereses, su supervivencia política o su beneficio financiero antes los intereses de la nación».

Al aun no oficial candidato republicano se le vuelve a acomodar el escenario a su favor, porque si finalmente el juicio se celebra después de las elecciones y Trump gana los comicios el próximo 5 de noviembre, podría ordenar al Departamento de Justicia que retire los cargos ya que estamos hablando de un caso federal. Además, el expresidente vuelve a hacer historia porque es la primera vez que un alto tribunal estadounidense falla a favor de proteger a un exmandatario frente a cargos criminales. El Supremo escuchó los argumentos de este caso el pasado abril y desde entonces ha estado deliberando, pero se cierra la oficina con la llegada del verano y había que tomar una decisión antes. Donald Trump enfrenta cuatro procesos penales, entre ellos esta causa de las elecciones de 2020. En mayo fue declarado culpable de 34 cargos criminales por un jurado popular de Nueva York. El exmandatario debería conocer la sentencia el próximo 11 de julio, cuatro días antes de que arranque la Convención Republicana en Milwaukee, donde el partido nombrará a Donald Trump manera oficial su candidato para la presidencia del país.