EE UU

Trump desprecia como «tonterías» su última imputación

Sobre el horizonte judicial del expresidente planea una cuarta acusación por intentar manipular el resultado electoral en Georgia

El expresidente de EE UU Donald Trump, en un mitin en la ciudad de Windham (New Hampshire)
Election 2024 TrumpASSOCIATED PRESSAgencia AP

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump es como un gato, pero con más de siete vidas. En las últimas horas, el exmandatario ha vuelto a ofrecer declaraciones públicas en la arena que más se siente cómodo: la política. Lo hizo este martes durante un mitin en New Hampshire, donde intensificó su ataque contra la acusación de hostigar el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 en su contra, calificándola de «tonterías».

«Cada vez que te acusan, me gusta revisar las encuestas», dijo el expresidente durante su discurso en uno de los primeros Estados que votan a las primarias, y que se produce mientras sus abogados parecen haber ignorado las órdenes del juez en su última presentación, sobre que Trump no debe dar detalles de su caso judicial en público.

«Una acusación más y creo que estas elecciones se acabaron... No, es horrible. Te acusan por nada», aseguró Trump ante un auditorio lleno de fieles seguidores que no creen en las acusaciones del Departamento de Justicia. Ya son tres formales a nivel federal y el fantasma de una cuarta imputación por intentar manipular el recuento electoral en el Estado de Georgia podría venir más pronto que tarde, advierte la prensa de EE UU.

En esta oportunidad, Trump se refirió con contundencia a la acusación en Washington DC por cuatro cargos de los cuales se ha declarado recientemente como «no culpable»: manipulación de testigos, conspiración para defraudar al Gobierno estadounidense, obstrucción de un procedimiento legal y conspiración para violar derechos civiles. Todos estos cargos están relacionados con el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 con el que se buscaba impedir la confirmación en el Congreso de la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

Mientras tanto, el fiscal especial Jack Smith y el equipo de defensa de Trump han avanzado en la presentación sobre sus sugerencias sobre cuándo podría celebrarse una audiencia sobre una propuesta «orden de protección» en el caso relacionado con los intentos de Trump de anular las elecciones presidenciales de 2020.

El juez ordenó que se acordara una fecha entre el 9 y el 11 de agosto. El fiscal especial dijo que su equipo estaría disponible en cualquiera de esos días, mientras que el equipo de Trump ignoró la orden del juez y sugirió el 14 o 15 de agosto, es decir el lunes o martes de la próxima semana.

Algo muy interesante sobre el complejo panorama judicial que afronta el magnate a poco más de un año de las próximas elecciones presidenciales es que los problemas legales del expresidente Trump están eclipsando todo lo demás en el mundo político, pero están causando problemas mucho más serios para sus rivales en las primarias del Partido Republicano que para su propia candidatura a la Casa Blanca.

Se ha vuelto casi imposible para los republicanos que persiguen a Trump ganar tracción, o incluso llamar la atención sobre sus ideas, mientras el torbellino gira alrededor del magnate neoyorquino. Una encuesta de ABC News/Ipsos publicada el viernes indicó que el 52% de los estadounidenses cree que Trump debería haber sido acusado en la última imputación, en comparación con el 32% que pensaba que no debería haberlo sido. Pero nada de esto importa mucho a las bases. Trump lidera el campo republicano por casi 40 puntos en promedio en las encuestas nacionales, y, si sus dos acusaciones anteriores son una guía, es probable que obtenga un impulso en recaudación de fondos en respuesta a sus problemas legales más recientes.

Mientras tanto, sus rivales en las primarias están muy rezagados. El exvicepresidente Mike Pence ha sido directo al delinear sus diferencias con Trump en sus esfuerzos por presionarlo para anular el resultado de las elecciones de 2020. En las últimas horas ha logrado calificarse para el primer debate de las primarias presidenciales republicanas que se celebrará el 23 de agosto. Esto establece un posible enfrentamiento con el expresidente Donald Trump, después de que su equipo de campaña anunciara que había superado el requisito de los 40.000 donantes necesarios para estar en el escenario en el primer debate. Ya había cumplido con el umbral de las encuestas, que requería obtener al menos el uno por ciento en los sondeos.

Por su parte, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, el rival más cercano a Trump, declaró recientemente en una entrevista que el exmandatario sí había perdido las elecciones de 2020 contra Joe Biden. El cambio en la retórica se explica en la necesidad de ganar espacio con los republicanos más moderados que nunca compraron la versión del fraude.

Pero las encuestas muestran que alrededor del 70% de los votantes republicanos se niega a aceptar la legitimidad de la victoria del presidente Biden, así que no está muy claro que tanto servirá esa estrategia.