Tiroteos en Estados Unidos

Trump: «Fue un cobarde, no hizo su trabajo»

El presidente estadounidense Donald Trump carga contra el guardia del Instituto de Florida que no intervino para frenar la matanza

Trump intervino ayer en la denominada «Super Bowl» de los republicanos en Maryland
Trump intervino ayer en la denominada «Super Bowl» de los republicanos en Marylandlarazon

El presidente estadounidense Donald Trump carga contra el guardia del Instituto de Florida que no intervino para frenar la matanza.

El presidente de EEUU, Donald Trump, criticó ayer al policía encargado de velar por la seguridad del Marjory Stoneman Douglas High School, Scot Peterson. Tal y como demuestran las cámaras de seguridad del instituto, el oficial permaneció fuera del recinto mientras Nikolas Cruz asesinaba a personas. Dice el sheriff de Broward, Scott Israel, que el tiroteo duró 6 minutos. Peterson permaneció fuera. Temblando. Incapaz de actuar. «Entrenó durante toda su vida, pero cuando llegó el momento de entrar y hacer algo», sentenció Trump, «le faltó el coraje, fue cobarde, algo le pasó, hizo un mal trabajo. No hay duda al respecto». En su opinión o bien le heló la presión o bien su entrenamiento era defectuoso. El terrible episodio «no habla bien de las fuerzas del orden», comentó ante la Asociación para la Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en ingles).

Las palabras del presidente llegan en mitad de la galerna desatada por la idea de armar a los maestros y profesores. Subrayó que «cuando declaramos nuestras escuelas zonas libres de armas, ponemos en más peligro a los estudiantes. Maestros y entrenadores bien entrenados, expertos en armas, deberían de ser los que lleven las pistolas. No quiero 100 vigilantes con rifles en las colegios». Prefiere educadores duchos en el manejo de la Glock. Capaces de enfrentar y someter a un psicópata armado con un fusil automático y munición de guerra. Pedagogía armada para disuadir a unos tipos «intrínsecamente cobardes».

Trump enloqueció a la audiencia al denunciar a quienes reclaman limitar la compra de armas y/o reforzar los controles. «Quieren acabar con la Segunda Enmienda», dijo, al tiempo que insinúa un panorama opresivo. Además, los enemigos de las armas planean acabar con «los recortes masivos de impuestos». También encontró tiempo para criticar, sin decir su nombre, al senador por Arizona, John McCain, que tumbó con su voto en contra la posibilidad de acabar con el Obamacare. Era, es, el mejor Trump. El orador que provoca apoplejías a los jefes de prensa. El tribuno locuaz. El irreverente demagogo con rayos X para leerle las apetencias al público. El sobreactuado portavoz de las causas patrióticas. Es ahí, lejos de Washington, de los reporteros encallecidos de hacer garitas, y de los aliados que cortejan su carisma mientras sortean sus arrebatos, que Trump se sabe imparable. Sus palabras llegaban mientras el gobernador de Florida, el republicano Rick Scott, presentaba el borrador de un plan para hacer más seguros los colegios. Entre otras medidas anuncia elevar la edad necesaria para comprar un arma así como fortalecer los cortafuegos para evitar que puedan ser adquiridas por personas con problemas mentales. En Florida, ahora mismo, ni los compradores ni los vendedores necesitan ningún tipo de licencia. Los propietarios de armas tampoco están obligados a registrarlas.

Respecto al defenestrado policía del instituto en Florida, Scott Peterson, para siempre ya emblema del deshonor, había dimitido tras ser suspendido de empleo y sueldo. «Estoy devastado», comentó.