Estados Unidos

Trump lleva al Tea Party a la Casa Blanca

Nombra a un supremacista, Jeff Sessions, como Fiscal General y marca la línea de su Gabinete. Al frente de la CIA coloca a Mike Pompeo, azote de Clinton, y a Mike Flynn en Seguridad Nacional

El presidente electo de EE UU, Donald Trump, junto al primer ministro japonés, Shinzo Abe, durante el encuentro en la Trump Tower al que también acudió Ivanka, la hija mayor del magnate
El presidente electo de EE UU, Donald Trump, junto al primer ministro japonés, Shinzo Abe, durante el encuentro en la Trump Tower al que también acudió Ivanka, la hija mayor del magnatelarazon

Nombra a un supremacista, Jeff Sessions, como Fiscal General y marca la línea de su Gabinete. Al frente de la CIA coloca a Mike Pompeo, azote de Clinton, y a Mike Flynn en Seguridad Nacional

Trump comenzó ayer a desvelar los nombres que integrarán su Gabinete con legisladores alejados del «establishment» republicano y más cercanos al movimiento contestatario Tea Party. Políticos enemigos de la inmigración, de las minorías y de las políticas llevadas a cabo por su antecesor. Un punto final a la moderación y una apuesta por el ala dura del partido conservador. El presidente electo de Estados Unidos anunció que el senador de Alabama, Jeff Sessions, será el nuevo Fiscal General del Estado –lo que equivale a nuestro ministro de Justicia– y el congresista de Kansas, Mike Pompeo, el jefe de la CIA. Dos conservadores de línea dura, cuya confirmación en el Senado no será tarea fácil. También se avanzó que el general de tres estrellas, Michael Flynn, será el consejero de Seguridad Nacional, cuyo puesto no necesita la luz verde de la Cámara Alta. «Jeff ha sido un hombre muy respetado durante 20 años en el Senado. Tiene una mente legal admirada por todo el mundo». De Pompeo, destacó que «ha servido a nuestro país con honor y luchado por la seguridad de nuestros ciudadanos». Mientras, de Flynn quiso resaltar que «le tendré a mi lado para luchar contra el terrorismo islámista radical, navegar por los desafíos geopolíticos y mantener a los estadounidenses a salvo en casa y en el exterior». Las decisiones de Trump fueron aplaudidas en el Partido Republicano, especialmente en el Tea Party, mientras que los demócratas y representantes de grupos de derechos humanos criticaron los nombramientos de manera rotunda. El rechazo bascuó en torno a los comentarios racistas de Sessions, que frustraron un puesto en la Administración Reagan, y de Flynn que aseguró que nos encontramos en una guerra contra el islamismo radical.

Sessions fue el primero de los senadores republicanos que apoyó oficialmente a Trump cuando se presentó a las primarias, el cual se convirtió en su consejero de propuestas políticas durante la campaña. Representante en la Cámara Alta desde hace casi 25 años, estuvo a punto de convertirse en juez. Sin embargo, fue vetado debido a unos controvertidos comentarios en los que decía que le caía «muy bien el Ku Klux Klan hasta que me enteré de que fumaban marihuana».

Flynn, general de tres estrellas, también ha mantenido una relación muy estrecha con Trump durante la campaña. Conocido sobre todo entre los militares por ser uno de los mejores oficiales de Inteligencia, Flynn destaca por su visión contra el terrorismo islamista y por su rechazo al lenguaje políticamente correcto. «El miedo a los musulmanes es racional», ha llegado a declarar. El presidente Barack Obama le cesó de la Jefatura de la Agencia de Defensa de Inteligencia en 2014 después de varios enfrentamientos sobre cómo abordar la lucha contra el terrorismo. A pesar de estar registrado como demócrata, ha sido visto en los mítines de campaña de Trump mientras animaba a los votantes a gritar la famosa frase: «Que encierren a Hillary Clinton. Que la encierren».

Por su parte, Pompeo es un legislador ultraconservador que entró en el Congreso en 2010. Licenciado en la Academia Militar de West Point (Nueva York) y la Escuela de Derecho de Harvard, ingresó como oficial de Caballería del Ejército. Más tarde dejó las Fuerzas Armadas para fundar una compañía aeroespacial. A la vez, fue presiente de una empresa manufacturera de equipos para la extracción de petróleo. Después, trabajó en el despacho todopoderoso de abogados de Washington Williams and Connolly.

El congresista ha sido muy crítico con al acuerdo nuclear del presidente Barack Obama con Irán. «Estoy deseando deshacer este desastroso trato con el mayor patrocinador del terrorismo», escribió en Twitter antes de que se hiciese público que Trump lo pondría al frente de la CIA. Además fue vocal del comité de investigación a Hillary Clinton sobre el atentado en el consulado estadounidense de Bengasi, en Libia, y se mostró muy duro contra la ex secretaria de Estado.

Silencio a golpe de talonario

Por otra parte, ayer, el presidente electo quiso zanjar una de las polémicas que envolvieron su campaña: el caso de fraude contra su universidad. Trump acordó pagar 23,2 millones de euros para compensar a los alumnos estafados. «Cada víctima reciba restitución y que Donald Trump pague hasta un millón de dólares (944.000 euros) en multas al Estado de Nueva York por violar las leyes estatales de educación», dijo en un comunicado el fiscal general de Nueva York, Eric Schneiderman.

Núcleo duro

Jeff Sessions. Fiscal General (69 años)

- Es senador desde 1996 y forma parte del Comité Judicial de la Cámara Alta del Congreso de EE UU.

Michael Flynn. Asesor de Seguridad Nacional (57 años)

- General retirado, sirvió en Afganistán y ha ejercido como director de la Agencia de Inteligencia de Defensa.

Mike Pompeo. Director de la CIA (52 años)

- Presidente del Comité de Inteligencia en el Congreso e investigó el atentado de Bengasi en 2012.