
Super Bowl
Trump planea desplegar agentes del ICE tras la elección de Bad Bunny para el show de la Super Bowl
La amenaza es contundente y sin precedentes: el entorno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sugerido la posibilidad de movilizar agentes de inmigración para realizar detenciones masivas durante el espectáculo de la Super Bowl de 2026

El objetivo de esta posible operación sería la deportación de asistentes en situación irregular, convirtiendo un evento deportivo y musical en un escenario de una posible redada migratoria de enorme envergadura.
De hecho, la advertencia proviene de una figura muy cercana a la Casa Blanca, Corey Lewandowski. Este conocido aliado del presidente ha verbalizado el profundo malestar que la elección del artista puertorriqueño Bad Bunny para protagonizar el intermedio ha provocado en el movimiento MAGA. Los simpatizantes de Trump han manifestado su rechazo al artista puertorriqueño, a quien critican por sus posturas políticas, su decisión de cantar únicamente en español y por una estética que consideran impropia.
Por su parte, el cantante nunca ha ocultado su oposición a las políticas del actual Gobierno estadounidense. Bad Bunny ha sido abiertamente crítico con la Casa Blanca, especialmente en materia de inmigración, y ha mostrado en repetidas ocasiones su apoyo a figuras del Partido Demócrata como la vicepresidenta Kamala Harris. Este posicionamiento llegó a tal punto que el artista evitó durante un tiempo actuar en suelo continental estadounidense por miedo a que sus conciertos fueran objeto de redadas, tal y como han publicado en BBC.
La Super Bowl como nuevo frente en la guerra cultural
En este caldeado ambiente, la controversia ha trascendido las declaraciones para materializarse en acciones concretas. Diversos influyentes y comentaristas del ámbito conservador han iniciado una campaña para promover un boicot contra la retransmisión del partido, instando a sus seguidores a no sintonizar el evento como medida de protesta contra la elección de la estrella latina.
Así pues, a casi dos años de su celebración, el espectáculo previsto para el 8 de febrero de 2026 en Santa Clara, California, se perfila ya como mucho más que una cita musical. La elección de Bad Bunny ha transformado el intermedio de la Super Bowl en el último campo de batalla de la polarización que vive el país, un poderoso reflejo de la fractura estadounidense que convierte un evento de masas en un termómetro de la tensión social y política.
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