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Trump se queda solo frente a las grandes potencias

El rechazo del presidente al acuerdo del clima no logra ningún apoyo en el G20. Sus tesis sobre el proteccionismo también quedan marginadas.

Trump se queda solo frente a las grandes potencias
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El rechazo del presidente al acuerdo del clima no logra ningún apoyo en el G20. Sus tesis sobre el proteccionismo también quedan marginadas.

El «G19» plantó cara ayer al inquilino de la Casa Blanca al incluir en la declaración final de la Cumbre de Hamburgo un punto en el que se declaraba «irreversible» el acuerdo sobre cambio climático de París y se pedía «proceder con rapidez» para su implementación pese a la oposición de Estados Unidos. La delegación encabezada por Donald Trump incluyó una nota en la que se decía que EE UU «trabajaría con terceros países para utilizar de manera más efectiva y limpia combustifles fósiles», frase que se completó –a iniciativa de los franceses de Macron– con la adenda «y otras fuentes de energía renovables y limpia». Finalmente, Estados Unidos no fue capaz de sumar a su propuesta el apoyo de Arabia Saudí o Indonesia (grandes productores de petróleo) y los estadounidenses se quedaron solos, certificando un cambio de paradigma en las cumbres del G20, tradicionalmente lideradas y dirigidas por el inquilino de la Casa Blanca de turno.

La declaración final del encuentro fue más allá y declaró inamovible el texto del acuerdo para frenar el cambio climático alcanzado en París en diciembre de 2015. En rueda de prensa posterior, Merkel recordó que desde el inicio de la cita se mostró dispuesta a trabajar para lograr compromisos, pero también decidida a no ocultar los «disensos» y el comunicado final muestra esos «desacuerdos». La canciller destacó que tras la decisión de Estados Unidos de, «lamentablemente», abandonar el Acuerdo de París, el resto de líderes del G20 decidió permanecer «unido» y ratificar su apoyo al tratado, aprobando también un plan de acción por el clima y la energía.

El otro de los grandes puntos donde a priori más disparidad de enfoques existía entre la delegación de Estados Unidos y el resto de miembros del G20 fue el capítulo dedicado al libre comercio, incendiado previamente por Trump y sus cargas de profundidad con las prácticas comerciales alemanas y chinas en el mercado del acero contra las que piensa elevar barreras arancelarias. Finalmente, como tantas veces en este tipo de encuentros, en Hamburgo se llegó a un término medio de compromiso: la declaración final consagró los principios del libre comercio global pero, al mismo tiempo, reconoció a los Estados el derecho de poner en juego «instrumentos legítimos de defensa comercial». Esta última expresión fue universalmente entendida como una concesión arrancada por la delegación que encabeza el milllonario neoyorquino. En cualquier caso, el texto aprobado y firmado por EE UU, China y la Unión Europea proclama la necesidad de un comercio internacional libre y justo con mercados abiertos y emite una condena al proteccionismo discriminatorio mediante aranceles o regulaciones.

Probablemente como reacción a esta marginación, y a la apuesta general por la globalización, Trump encauzó con la «premier» británica, Theresa May, un acuerdo de libre comercio que el presidente calificó de «muy potente» y que esperan sellar definitivamente «muy rápidamente». Éste fue el segundo de los golpes de efecto que Trump, que se estrenaba en este crucial foro económico mundial, tenía preparado después de que cerrara a última hora del viernes un acuerdo de alto el fuego en el suroeste de Siria con el presidente ruso Vladimir Putin. «No existe ningún país que tenga tanta cercanía como nuestros países», afirmó Trump poco antes de su cara a cara con May, ayer en Hamburgo. El magnate anunció que viajaría a Londres para cerrar finalmente el acuerdo pero, preguntado sobre cuándo se producirá el viaje, contestó: «Estamos trabajando en ello».

Asimismo la agenda de los líderes presentes ayer en Hamburgo, que vieron sorprendidos cómo Ivanka Trump sustituía a su padre en algunas reuniones, incluyó el larvado conflicto en Ucrania, que está viendo cómo los acuerdos de Minsk están teniendo una aplicación demasiado lenta en un conflicto en el que han perdido ya la vida miles de personas desde que estalló en abril de 2014. Putin se reunió con este punto en la agenda por separado con Macron y Merkel. «Sabemos lo complicada que es la situación sobre el terreno y por ello seguimos negociando. Si tuviera una solución en el bolsillo la habría usado», reconoció el presidente francés. Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró que hay acuerdo entre Rusia, Francia y Alemania para tomar «medidas que propicien un alto el fuego en el frente ucraniano y que se asegure la salida de la zona de armamento pesado».

Otros temas destacados fueron el problema migratorio y la acogida de los refugiados. Al respecto, el G20 apuesta por tratar de imponer «una migración ordenada, regulada y segura», defendiendo, por otra parte, el derecho que tiene cada Estado a repatriar a quienes permanencen ilegalmente en su territorio y a defender sus fronteras. Al mismo tiempo se buscarán fórmulas para combatir las mafias que trafican con seres humanos y para integrar a los refugiados en el mercado laboral. Respecto al crecimiento económico, se apoya el mantenimiento de medidas «monetarias, fiscales y estructurales» para potenciarlo.