Estados Unidos

Trump tacha de feas y mentirosas a las mujeres que le acusan de acoso

Culpa a la Prensa y la clase política de inventar las acusaciones de acoso sexual. Los donantes republicanos piden al partido que rompa con él.

Trump tacha de feas y mentirosas a las mujeres que le acusan de acoso
Trump tacha de feas y mentirosas a las mujeres que le acusan de acosolarazon

Culpa a la Prensa y la clase política de inventar las acusaciones de acoso sexual. Los donantes republicanos piden al partido que rompa con él.

A Donald Trump, el candidato republicano, siempre le han encantado las teorías conspiratorias. La partida de nacimiento del presidente Barack Obama de Hawai era falsa. Según él, había nacido en Kenia. La investigación del FBI sobre los «emails» borrados por Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado ha sido manipulada a favor de su rival demócrata. Trump ha llegado a vincular al padre del senador Ted Cruz con el asesinato de J. F. Kennedy.

Después del escándalo por sus obscenos comentarios sexuales, Trump enarboló de nuevo la teoría de la conspiración para defenderse. Argumentó que las acusaciones de varias mujeres que han confesado ser víctimas del acoso del magnate «son falsas». La mano negra contra él serían los medios de comunicación, que apoyarían a Clinton. «Son unos mentirosos horribles», dijo a los periodistas de «The New York Times». Ayer, señaló al multimillonario mexicano Carlos Slim, uno de los accionistas del rotativo. «Vamos a ser sinceros. Los medios de comunicación no tienen interés en el periodismo. Tienen intereses políticos. No son diferentes de los lobbistas», apuntó en referencia a los grupos de presión de Washington que se dedican a convencer a los legisladores para que aprueben leyes a la carta. «Su interés es elegir a la corrupta de Hillary Clinton a toda costa, a cualquier precio. Sin importar cuántas vidas se destruyen. Tampoco he tenido mucha ayuda de los líderes republicanos», reconoció.

El director de la Universidad Quinnipiac, Peter Brown, asegura a LA RAZÓN que estas palabras representan los pilares sobre los que se asienta el mensaje de Trump. «Uno es queHillary Clinton es corrupta. El otro sería que él supone el cambio. Por eso, ha tenido tanto apoyo en el país. La pregunta ahora es qué tipo de cambio», apuntó Brown en referencia a qué clase de presidente sería tras los escándalos que protagoniza.

¿Cómo están afectando al republicano los escándalos sexuales en la intención de voto? Va cayendo poco a poco, pero no en picado. Antes de que se filtrasen sus comentarios vejatorios sobre las mujeres, Clinton le aventajaba en casi cinco puntos. La encuesta de la cadena Fox de ayer reveló que la distancia ha crecido hasta los siete puntos: Clinton se queda con el 45% del apoyo mientras que Trump cae al 38%. El libertario Gary Johnson y la candidata del Partido Verde, Jill Stein, obtuvieron el 7% y el 3%, respectivamente.

La cuestión es que ahora muchos no consideran que Trump esté preparado para ser presidente, precisamente el argumento que la candidata demócrata ha utilizado para desacreditar a su rival. «Su equipo de campaña sabe que ella no puede apelar al cambio, porque no lo representa», asegura Brown.

Trump prometió ayer que no va a abandonar la carrera presidencial, a pesar de que se le amontonan toda clase de escándalos en medio de una campaña que ha acabado siendo la más sucia de la historia reciente. Aunque también ayer el multimillonario se chocó contra un muro alto y muy difícil de sortear, que no es otro que los grandes donantes del Partido Republicano. Un grupo de empresarios, que financian a la formación de Trump, pidió al presidente del Comité Nacional del partido, Reince Priebus, que empiece a cortar la relación con el polémico candidato. Temen que la mala imagen que tiene ahora la formación entre muchos estadounidenses se mantenga a largo plazo.

Entre los ricos contribuyentes que quieren que el Comité Nacional Republicano se distancie de Trump, destaca el magnate David Humphreys, que ha donado más de dos millones de dólares. «Llega un momento en el que miras al espejo y tiene que reconocer que ya no puede seguir justificando ante tus hijos, sobre todo ante tus hijas, el apoyo a Trump», reconoció. El filántropo e inversor Bruce Kovner, que ha dado tres millones, explicó que «es un hombre peligroso, demagogo, que no está preparado para las responsabilidades del presidente de Estados Unidos».

Escándalos sexuales

Lo peor de todo para Trump es que la bola de nieve que se ha formado por sus comentarios sexuales puede ir creciendo. Así piensa el abogado Bob Harley, que ahora ejerce de mediador en Nueva York para evitar que las dos partes vayan a los tribunales: «Probablemente hay más mujeres agraviadas por Trump. Hasta ahora no han salido porque tenían miedo de que Trump les demandase, como suele hacer, y ellas probablemente no podían afrontar los costes de los procedimientos legales», explica.

Summer Zervos, exconcursante del programa de televisión "The Apprentice", acusó de abusos sexuales a Trump, se suma al destapado también por The Washington Post. Zervos, acompañada por su abogada, Gloria Allred, afirmó que, en el año 2007, Trump la besó y la manoseó en el hotel Beverly Hills de la ciudad californiana. Zervos, concursante de la quinta temporada del programa presentado por Trump, manifestó que decidió dar un paso al frente después de que varias mujeres hayan denunciado supuestos abusos por parte del empresario en los últimos días, y, especialmente, tras la publicación de un vídeo de 2005 donde se le escucha hacer comentarios sexuales sobre las mujeres con un lenguaje vulgar.

«Esa mujer horrible»

Lejos de amilanarse, el candidato republicano a la Casa Blanca, sugirió que algunas de las mujeres que le han acusado de abuso sexual no son lo suficientemente atractivas para que él intentara algo con ellas. En un mitin en Greensboro (Carolina del Norte), el magnate se saltó el guión que había preparado su equipo para meterse de lleno en la peor tormenta política de su campaña y lanzar improperios contra la prensa, su rival Hillary Clinton, el presidente Barack Obama y las mujeres que le acusan de abuso sexual. "Sí, voy a ir yo detrás de ella. Creedme, ella no sería mi primera elección", dijo con ironía sobre Jessica Leeds, la mujer que contó al New York Times que el magnate la toqueteó en un avión en 1980. Con el mismo tono se refirió a la redactora de la revista People Natasha Stoynoff, quien asegura que Trump la puso contra una pared y la besó a la fuerza en 2005 en la pausa de una entrevista. "Cuando visteis esa mujer horrible la pasada noche, dijisteis 'no lo creo, no lo creo'", afirmó el multimillonario.

"Quien quiera que sea -continuó-, de donde quiera que venga, estas historias son una ficción total. Están inventadas en un 100 por ciento. Nunca ocurrieron y nunca ocurrirían".

"No creo que pasara con ella y mucha gente, pero desde luego no pasaría conmigo", agregó.