Grecia
Bruselas advierte a los migrantes económicos: «No vengáis a Europa»
Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, visita Grecia y los países de la ruta de los Balcanes para desbloquear la crisis de refugiados en la UE.
Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, visita Grecia y los países de la ruta de los Balcanes para desbloquear la crisis de refugiados en la UE.
El miércoles, la Comisión Europea presentaba un plan de acción de ayuda humanitaria por valor de 700 millones de euros para gestionar la crisis de refugiados y ayudar a los países más afectados a que puedan cubrir las necesidades básicas de aquéllos que tienen derecho a asilo. Ayer, el gesto fue mucho más contundente. Lo protagonizó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en Atenas y lo dirigió precisamente a diferenciar entre los refugiados y los inmigrantes irregulares que buscan un futuro en Europa. Para estos últimos, el mensaje fue directo: «No vengáis». «Quiero apelar desde aquí a todos los potenciales inmigrantes económicos ilegales, con independencia de dénde estéis: no vengáis a Europa. No creáis a los traficantes, no arriesguéis vuestras vidas y vuestro dinero, porque no servirá de nada. Ni Grecia ni ningún otro país europeo será ya un país de tránsito», advirtió.
Atenas, mientras, pidió sanciones para los países que no respeten las reglas europeas en la crisis de refugiados. El Ejecutivo heleno busca que las decisiones unilaterales de aquéllos que forman la ruta de los Balcanes con la imposición de cuotas a la entrada de refugiados, y que la Comisión ha tachado de ilegales, pasen factura económica. Aprovechando la visita de Tusk, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, se mostraba contundente contra los países que incumplen lo pactado y que están llevando al caos a su país. La llegada incontrolada de demandantes de asilo e inmigrantes irregulares está a punto de convertirse en una crisis humanitaria, como alerta la ONU.
El objetivo de las autoridades de Bruselas es ir dando solución a la situación de estos refugiados bloqueados en Grecia y dar respuesta a sus necesidades para atenderlos. Tusk rechazó por completo que aislar a Atenas de Schengen esté sobre la mesa, a pesar de que algún país europeo lo haya planteado. En este sentido, pidió una solución europea y dejar atrás las acciones unilaterales que se han tomado en los últimos días. «Las normas de Schengen volverán a entrar en vigor», aseguró el presidente del Consejo.
Además de Grecia, Tusk visitó los países que conforman la ruta de los Balcanes y Turquía para conocer su postura y preparar la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará el lunes en Bruselas. En cada parada de su visita a los países más afectados por la afluencia masiva de refugiados, Tusk reconocía que la situación es dramática, sobre todo en Grecia, por ser el primer país al que llegan. A Turquía le pidió mayor colaboración y su disposición a recibir más inmigrantes que puedan ser repatriados desde Grecia. «Tenemos que hacer todo lo que podamos para que el acuerdo con Turquía tenga éxito. Esto en última instancia significa que el alto número de llegadas de refugiados que estamos viendo tiene que bajar y rápido», señaló.
Por su parte, el primer ministro griego destacaba el papel solidario de su país en la gestión de esta crisis, a diferencia de los países vecinos, que están dejando al margen los principios y las normas europeas. «Grecia hará todo lo que pueda para ofrecer ayuda a todo el mundo, aplicando las normas de la UE... Estamos ante momentos históricos que requieren unidad y decisiones valientes tanto en Grecia como en Europa», decía Tsipras.
Sin embargo, la estrategia conjunta sigue haciéndose de rogar. Continúan los controles interiores y ayer el Gobierno de Dinamarca prorrogaba un mes más los que realiza en la frontera con Alemania desde comienzos de año. La ministra de Inmigración danesa, Inger Stojberg, informaba de la extensión de los controles a la Comisión Europea a través de una carta dirigida al comisario responsable, Dimitris Avramopoulos, en la que especificaba que durarán lo que sea necesario.
Suecia, Alemania, Noruega y Austria también han recurrido a la cláusula del acuerdo de Schengen que permite realizar controles en las fronteras si la seguridad del país se ve amenazada, lo que significa que la crisis de los refugiados ha llevado a dejar en suspenso la libre circulación de personas en varios Estados miembros de forma temporal. Francia, por su parte, también cerró sus fronteras tras los atentados de París y decretó el Estado de emergencia.
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