Armamento

Ucrania espera los misiles Tomahawk de EE UU para intensificar la presión sobre Rusia

Zelenski confía en que sus aliados, que en el pasado tardaron meses o incluso años en autorizar entregas vitales de tanques, misiles y aviones de combate occidentales, actúen con mayor rapidez en esta ocasión

Ucrania.- El posible envío de misiles Tomahawk por parte de EEUU a Ucrania desata una oleada de advertencias desde Rusia
Ucrania.- El posible envío de misiles Tomahawk por parte de EEUU a Ucrania desata una oleada de advertencias desde RusiaEuropa Press

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, discutió la posible entrega de misiles de alcance medio Tomahawk, fabricados en Estados Unidos, en una llamada telefónica con su homólogo estadounidense, Donald Trump, el sábado por la tarde, según informó la agencia de noticias Axios.

Aunque los detalles de la conversación no se han hecho públicos, la llegada de estos potentes misiles podría fortalecer significativamente la capacidad de Ucrania para atacar objetivos en territorio ruso, con la esperanza de que esto obligue a Rusia a detener su guerra de conquista.

A principios de esta semana, Donald Trump afirmó que “prácticamente” había tomado una decisión sobre el suministro de estas armas, tras una solicitud de Zelenski, aunque expresó su interés en conocer más detalles sobre cómo Ucrania planea utilizar los misiles y aseguró que no quiere que la guerra se intensifique.

Tras más de tres años y medio de invasión rusa, Ucrania no ha logrado frenar los lentos avances de Rusia en algunos sectores del frente y enfrenta ataques aéreos cada vez más intensos. El más reciente ocurrió el viernes y dejó a millones de ucranianos y gran parte de la capital sin electricidad durante un día.

En este contexto, el principal objetivo de Ucrania es intensificar sus propios ataques contra territorio ruso para debilitar el potencial militar de Moscú y aumentar el costo de la guerra para el Kremlin, cuya economía se mantiene a flote gracias a las generosas compras de petróleo y gas por parte de países extranjeros.

Los drones ucranianos han demostrado una creciente eficacia en una campaña de ataques casi diarios contra las refinerías de petróleo rusas. Aunque muchos de estos drones son interceptados por las defensas aéreas rusas y transportan una cantidad limitada de explosivos, unos 20-50 kilogramos, recorren cientos o miles de kilómetros a través de Rusia, causando daños considerables. El mes pasado, estos ataques han reducido la producción de combustible ruso en un 21%, según afirmó el sábado Oleksandr Sirski, comandante en jefe del ejército ucraniano.

Las sanciones internacionales restringen el acceso de Rusia a equipos occidentales necesarios para reparar las refinerías. Como resultado, se han reportado colas en gasolineras y escasez de combustible en varias regiones rusas, un impacto que también podría afectar las operaciones del ejército ruso.

Sin embargo, los drones pequeños no representan la misma amenaza para los cientos de instalaciones militares rusas protegidas por muros de hormigón y otras barreras defensivas. Los misiles Tomahawk, capaces de transportar 450 kilogramos de explosivos y seguir trayectorias complejas, incrementarían exponencialmente la eficacia de los ataques ucranianos, según Oleksi Melnik, experto del Centro Razumkov, en una entrevista con LA RAZÓN.

“Su potencial destructivo y capacidad para evadir defensas aéreas rusas superan ampliamente a los drones que Ucrania utiliza actualmente”, destacó Melnik. Según analistas militares, miles de objetivos potenciales se encuentran dentro del alcance de 1.600 kilómetros de la versión de los Tomahawk que Ucrania podría recibir.

La planta de Yelabuga, donde se ensamblan cientos de drones Shahed de largo alcance cada mes para ser utilizados en ataques mortales contra ciudades e infraestructuras ucranianas, es un objetivo prioritario. Bastarían unos pocos misiles para paralizar su producción y salvar numerosas vidas, según los analistas. Otros blancos clave incluyen aeropuertos militares rusos y decenas de fábricas que producen vehículos blindados de combate o químicos utilizados en armamento.

Si los misiles llegan a Ucrania, los objetivos se seleccionarían con sumo cuidado, probablemente con la autorización previa de Washington.

Por ahora, Washington considera los misiles principalmente como una herramienta para presionar a Moscú hacia negociaciones genuinas, según Yegor Cherniev, jefe adjunto del Comité de Defensa del Parlamento ucraniano. Cherniev señala que Kiev probablemente recibirá inicialmente un número limitado de misiles, con estrictas restricciones sobre su uso. Llegarán más misiles y se relajarán los límites solo si Vladímir Putin no reduce la escalada del conflicto, subraya.

Ucrania espera que sus aliados, que en el pasado tardaron meses o incluso años en autorizar entregas vitales de tanques, misiles y aviones de combate occidentales, actúen con mayor rapidez en esta ocasión, mientras el país resiste la presión implacable de Rusia.

Moscú busca evitar estas entregas. Vladimir Putin ya advirtió que la llegada de los misiles “destruiría las relaciones” entre Rusia y Estados Unidos, apenas dos meses después de ser recibido en Alaska por Trump. Otros políticos rusos han amenazado con “graves consecuencias”.

Estas advertencias reflejan el temor del Kremlin al impacto que los misiles podrían tener sobre su capacidad de continuar la guerra, según analistas ucranianos. “Lleguen o no los Tomahawk, Rusia seguirá considerando a Occidente como su enemigo”, afirmó Melnik.

Ucrania comprende que los misiles no detendrán la guerra por sí solos. Sin embargo, en su lucha contra un enemigo más poderoso, que ha empleado miles de misiles y drones contra los ucranianos, el país requiere todas las armas posibles para demostrar a Moscú que el costo de su invasión seguirá creciendo si no cesa la agresión.