Guerra en Europa
Ucrania frena el avance de Rusia en Bajmut
La presión militar ucraniana obliga a las fuerzas rusas y a un batallón del grupo Wagner a retirarse dos kilómetros
El comandante de las fuerzas terrestres armadas de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, informó este miércoles que las tropas rusas “no pudieron soportar la presión” de los ucranianos y “se retiraron hasta dos kilómetros” en algunas áreas del frente mientras continuaban las batallas más feroces en Bajmut y Mariinka en la región de Donetsk.
Según el general, el avance se logró gracias a operaciones defensivas anteriores, que agotaron a las fuerzas profesionales de Wagner, obligándolas a ceder sus posiciones a “las unidades menos preparadas de las fuerzas regulares”. Fueron estos últimos los que fueron derrotados y se retiraron.
Destacó específicamente el papel desempeñado por la Tercera Brigada Ucraniana. Uno de los comandantes, cofundador del batallón Azov, Andriy Biletskyi, informó que los escuadrones 6 y 8 de la 72 brigada rusa fueron destruidos casi en su totalidad y con un número considerable de prisioneros tomados. Según Biletskyi, el tercer destacamento de asalto de Wagner también sufrió grandes pérdidas.
“Las acciones ofensivas se realizaron en una franja de 3 kilómetros de ancho y 2,6 kilómetros de profundidad. Todo este territorio está completamente liberado de las fuerzas de ocupación rusas”, informó el oficial.
“Desafortunadamente, aún no han destruido toda la brigada [rusa], dos compañías han resultado gravemente dañadas allí”, confirmó Serhiy Cherevatyi, portavoz de las tropas ucranianas en el este, en comentarios televisados.
Advirtió que la situación en Bajmut sigue siendo complicada porque para los rusos, a pesar de todo el "ruido blanco que Prigozhin está tratando de crear", Bajmut sigue siendo la principal dirección de ataque.
“Nuestras fuerzas de defensa mantienen la línea del frente de manera e impiden que el enemigo avance. La batalla por Bajmut continúa”, resumió Syrskyi.
La noticia fue confirmada en una serie de declaraciones del líder de Wagner, Yevgeni Prigozhin, quien una vez más culpó al liderazgo militar de Rusia de no suministrar deliberadamente las municiones requeridas a sus tropas. A pesar de amenazar con retirar sus fuerzas, a menos que se cumplan sus demandas, prometió que los mercenarios de Wagner se iban a quedar en la ciudad al menos varios días.
“Existe un grave riesgo de cerco de “Wagner” en Bajmut debido al fracaso de las unidades del ejército regular en los flancos. Los flancos ya se están resquebrajando y fallando”, advirtió. Ante la falta de municiones, dijo, las Fuerzas Armadas de Ucrania “destruirán a Wagner”.
Advirtió que el ejército de Rusia “estaba huyendo” en Bajmut. Según Prigozhin, la brigada 72 del ejército regular perdió 3 kilómetros cuadrados en un día tras abandonar las posiciones que le habían costado a Wagner unos 500 soldados. “Era una cabeza de puente estratégica. Sin embargo, simplemente se escaparon”.
Prigozhin volvió a dirigir sus críticas a los jefes del ejército regular, diciendo que casi no se han producido cambios a pesar de las promesas de estos últimos de suministrar más municiones a sus tropas.
"Nos engañaron", aseguró, quejándose que sus tropas sólo recibieron el 10% de lo que necesitaban. Prigozhin afirma que el Jefe del Estado Mayor General de la Federación Rusa, Valery Gerasimov, redujo personalmente la cantidad de armas que querían asignarles. Algunos analistas sugieren que Rusia se ve obligada a usar municiones con más moderación mientras se prepara para repeler la contraofensiva ucraniana.
Al mismo tiempo, un comunicado de la cúpula del Ejército advirtió a Prigozhin que abandonar las posiciones en Bajmut sería reconocido como una traición.
El fin de semana pasado, anunció que entregaría las posiciones de sus combatientes en Bajmut a los soldados del jefe de Chechenia y leal a Putin, Ramzan Kadyrov.
Kadyrov se ofreció a reemplazar a “Wagner” en Bajmut, pareciendo ocupar el punto medio en la disputa pública entre Prigozhin y el liderazgo del ejército ruso. Según él, tales disputas públicas “desmotivan a los ocupantes rusos y a la sociedad”. Criticó a Prigozhin, quien mostró los cuerpos de los mercenarios asesinados en su discurso a los líderes del ejército, pero también se quejó del estado del equipo ruso y la falta de apoyo del ejército.
Todavía no está claro si el éxito del contraataque en Bajmut representa un cambio importante en la situación en el frente o, quizás, el comienzo de la tan esperada contraofensiva ucraniana.
Sin embargo, subraya la fragilidad de los logros, relativamente menores, de la ofensiva rusa de invierno y puede volver a levantar la moral entre los ucranianos al mostrar que las fuerzas rusas son débiles incluso donde se supone que se concentran sus mejores recursos.
Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, indicó en una entrevista que el futuro de la guerra dependerá del éxito de las acciones ofensivas más cercanas del ejército ucraniano.
“No piensen en esta contraofensiva como la última, porque no sabemos qué saldrá de ella”, advirtió Kuleba. También descartó la posibilidad de negociaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin, diciendo que "este es un mal con el que no se puede negociar".
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