Guerra en Ucrania
Ucrania pierde a más de 1.000 efectivos en la batalla por un solo pueblo en la orilla izquierda del Dniéper
Al menos 262 soldados han muerto y otros 778 han desaparecido en combate tras nueve meses de combates por el control de Krynky
Más de 1.000 soldados ucranianos podrían haber muerto intentando establecer un punto de apoyo militar en la orilla izquierda del río Dniéper. La operación por el control de la aldea de Krynky, liderada por el teniente general caído en desgracia Yuriy Sodol, comenzó hace nueve meses. Desde entonces, la cifra confirmada de víctimas mortales supera las 260, según el recuento del medio de comunicación de investigación Slidstvo, con sede en Kyiv. Otros 778 militares permanecen en paradero desconocido.
La prensa ucraniana no suele informar sobre las bajas en el campo de batalla. El presidente Volodimir Zelenski confirmó en febrero que 31.000 soldados ucranianos habían muerto desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, sin embargo, los diplomáticos occidentales deslizaron que la cifra de fallecidos era muy superior, más del doble de la manifestada por Zelenski.
«Algunos estuvieron diez días tirados [en la orilla] con las extremidades arrancadas, pero los barcos no podían llegar hasta nosotros», trasladó a Slidstvo el soldado Vasyl, uno de los integrantes de la operación, que contó cómo, al entrar en Krynky, las fuerzas ucranianas se vieron rodeadas de inmediato por las tropas rusas. «Había rusos a derecha e izquierda de nosotros, y rusos delante. Detrás de nosotros había agua. No había ningún lugar al que retroceder».
Las Fuerzas Armadas de Ucrania aseguran que sus efectivos no se han retirado y siguen combatiendo en esta pequeña aldea de la región de Jersón, pero reconocen que sus posiciones han quedado «completamente destruidas» como consecuencia «del intenso, combinado y prolongado fuego enemigo».
Las fuerzas rusas retrocedieron hasta la orilla izquierda del Dniéper tras verse obligadas a retirarse de la ciudad de Jersón a finales de 2022. Los infantes de marina ucranianos cruzaron el río por primera vez en octubre y consiguieron asegurar una cabeza de puente en torno a Krynky, donde vivían menos de 1.000 personas antes del estallido de la guerra, pero no lograron avances significativos.
El pasado diciembre, en declaraciones al digital Kyiv Independent, los marines ucranianos destacaron que el mero hecho de cruzar el río era muy arriesgado y que los que lo conseguían se encontraban inmediatamente con fuego de mortero, bombas planeadoras y artillería rusos. Algunos describieron la operación como una «decisión política» para obtener un éxito simbólico en el campo de batalla, a pesar del coste humano que supone. «Se mata a la gente para aferrarse a las ruinas», denunció Petro, un sargento mayor de 47 años.
La operación se lanzó cuando quedó claro que la esperada contraofensiva ucraniana había resultado un fracaso. Muchos creen que se llevó a cabo para tranquilizar a los aliados occidentales de Kyiv sobre sus capacidades militares a la hora de recuperar los territorios ocupados. Por eso, la información de Slidstvo ha despertado cierta indignación por el elevado número de víctimas.
No ayuda en este sentido la reciente destitución del teniente general Sodol, que encabezaba la operación en Krynky. Zelenski confirmó a finales de junio su cese precisamente por el número excesivo de bajas y las acusaciones de incompetencia. Horas antes del anuncio de su destitución, el jefe de Estado Mayor de la Brigada Azov, el mayor Bohdan Krotevych, había presentado una denuncia ante la Oficina Estatal de Investigación (SBI), alegando que el Sodol «había matado a más soldados ucranianos que cualquier general ruso».
Krotevych escribió en su cuenta de Telegram que el teniente general ni siquiera «estaba siendo investigado por la pérdida de regiones y docenas de ciudades y la pérdida de miles de soldados». «A veces me parece que el mundo nos envía escoria [contra la que luchar] para unirnos. Y todos los militares entienden de quién hablo porque el 99% de los militares le odian por lo que hace», zanjó el jefe de Estado Mayor de la Brigada Azov.
Otras voces, como la del experto militar Oleksandr Kovalenko, sostienen en cambio que los combates de Krynky contribuyen a inmovilizar a las fuerzas rusas e impedirles avanzar en otros lugares. «Cada vida que se perdió allí, salvó docenas de vidas en otros frentes», afirma.
Los principales generales ucranianos fueron considerados héroes por contener a las tropas rusas en los primeros compases de la invasión a gran escala, pero las quejas sobre su actitud hacia las tropas se han hecho más habituales desde el fracaso de la contraofensiva y los avances rusos. De hecho, en junio, la diputada Mariana Bezuhla afirmó que Ucrania no ganaría la guerra a menos que introdujera cambios radicales para librarse de los generales de estilo soviético. Acusó a algunos generales de enviar soldados a misiones suicidas sólo para poder presentar informes en los que se indicara que se había intentado recuperar zonas tomadas por las fuerzas rusas: «Lo hacen simplemente para poder marcar las casillas correctas».
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