
Elecciones
La ultraderecha da el «sorpasso» a los socialistas en Portugal
Chega liderará la oposición al convertirse en la segunda fuerza del Parlamento gracias al voto exterior

Terremoto en la política portuguesa. La noticia llegó por correo. En las elecciones legislativas del 18 de mayo, el segundo lugar fue decidido por los votantes residentes en el exterior entre el Partido Socialista (PS) y Chega, la formación de extrema derecha liderada por André Ventura. Y, tras el desempate, Ventura se convirtió en el nuevo líder de la oposición en Portugal.
Con el 76,47% escrutado, Chega lidera el cómputo de los votos emitidos en el exterior con el 27,10%, por delante de la coalición de centro derecha Alianza Democrática (AD) del primer ministro, Luis Montenegro, con el 15,57%; y el PS, con el 13,39%. AD y Chega ganan dos diputados cada uno.
En 51 años de democracia, solo una vez se había dado una situación similar, cuando el Gobierno del Bloque Central (1983) desplazó la dirección de la oposición hacia el PCP y su líder, Álvaro Cunhal. Pero ahora, Ventura tiene mucho más poder e influencia. Cunhal lideraba una oposición contra un bloque mayoritario con 176 diputados en un Parlamento de 250 escaños.
Ventura asumirá el liderazgo de la oposición frente a un Gobierno de coalición entre el PSD y el CDS, que en conjunto cuenta con 91 diputados en una Cámara de 230, una mayoría relativa, pero insuficiente para controlar el Parlamento por completo. Esto obliga al primer ministro, Luis Montenegro, a tener que escuchar a Ventura como líder de la oposición.

Aunque la mayor parte de las decisiones no pasarán por Ventura, en temas estructurales y de gran impacto –como un nuevo aeropuerto o el TGV– quizás sea útil escuchar su opinión. Su participación lo convertirá en una figura clave en un sistema que siempre ha criticado.
El partido Chega ha ganado fuerza y ahora puede influir incluso más que el PS en muchas decisiones. Pero, claro, no hay almuerzos gratis. Chega tendrá más responsabilidad en algunas de esas decisiones que el propio PS.
La gran duda es si Ventura aprovechará su nuevo estatus para influir realmente en las decisiones del Gobierno, o si, por el contrario, seguirá con su perfil populista. Nada garantiza que no caiga en la tentación de hacer exigencias con banderas politicas del partido, como, por ejemplo, votar a favor del presupuesto sin incluir prisión perpetua o apoyar a un presidente de la Asamblea que acepte un proyecto de castración química.
Pero lo más probable es que Ventura, especialmente en temas de Estado, adopte una postura más responsable y con sentido de Estado. Sería una forma de demostrar que está listo para ser primer ministro de Portugal.
No es casualidad que, en una entrevista reciente, prometiera una revisión constitucional que respete las libertades y asegurara que su partido está preparado para gobernar en las autarquías, además de presentar próximamente un «gobierno en la sombra». Esta idea tiene dos objetivos: consolidarse como la alternativa más fuerte a la Alianza Democrática y demostrar que cuenta con cuadros preparados para gobernar en caso de ser necesario.
Más allá de los ministros en la sombra, lo que realmente importa es que Ventura demuestre que está preparado para liderar un Gobierno. Ahora tiene la oportunidad de hacerlo desde dentro del sistema y con un escenario que nunca antes tuvo, acercándose a su sueño: ser primer ministro. Por ahora, ese sigue siendo solo un sueño, ya que el tiempo apunta a Montenegro. El presidente de la República escuchará nuevamente hoy a los tres principales partidos y, probablemente, designe a Montenegro como primer ministro.
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