Guerra en Siria
Un español aspira a presidir el Gobierno interino de la oposición siria
Doce candidatos, entre ellos un español, aspiran a liderar la Siria rebelde. Desde ayer, medio centenar de miembros del Consejo Nacional Sirio, órgano opositor en el exilio, están reunidos en Estambul para elegir al que será el nuevo primer ministro interino de los territorios bajo control de los rebeldes.
Aunque aún no se ha dado conocer la lista definitiva de los aspirantes, Bahige Mulla Huech, un médico de 65 años nacionalizado español, figura como candidato. Otros aspirantes son el empresario Ghassan Hitto, nacionalizado estadounidense; Osama Kadi, un economista de Londres, y Assad Asheq Mustafa, exministro de Agricultura.
La oposición siria quiere que el futuro gobierno interino esté compuesto por tecnócratas, pero esta decisión podría molestar a las milicias islamistas y como consecuencia, no reconocerían la autoridad del nuevo Ejecutivo rebelde.
No es la primera vez que el CNS se plantea la formación de un gobierno transitorio, pero debido a la división interna, los intentos anteriores han resultado frustrados.
Tras dos años de conflicto en Siria, las instituciones se han desmoronado en las áreas del norte controladas por los rebeldes y la población civil está sufriendo las consecuencias de la escasez de electricidad, agua corriente, e inseguridad ciudadana. Los primeros intentos de organizar las zonas liberadas se constituyeron a través de los comités civiles, militares e islámicos, pero la desorganización entre los propios comités sólo ha llevado a más caos.
Algunos analistas consideran prematura la formación de un gobierno interino en Siria, ya que podría provocar la fragmentación del país.
Está claro que el régimen de Bashar al Asad no comparte las aspiraciones de la oposición siria y el Ejército sirio continuará con los ataques aéreos, y artillería pesado contra las poblaciones rebeldes. El régimen ha dejado claro que la única opción que contempla, por ahora, es la militar. Más de sesenta personas murieron ayer en bombardeos en los suburbios de Damasco, Alepo, Deir Ezzor, Dera, Hama y Homs.
Pero las acciones militares de las fuerzas del régimen no se detuvieron en territorio sirio, sino que por primera vez, dos aviones Mig-21 dispararon tres proyectiles dentro del Líbano. Los cohetes impactaron en edificios vacíos, sin causar víctimas mortales, en la ciudad fronteriza de Arsal, que acoge a miles de refugiados sirios. Arsal es la población suní más importante del valle de la Bekaa, que está controlado por la milicia chii libanesa, Hizbulá, aliada de Asad.
Este ataque, sin precedentes, se produjo apenas unos días después de que Damasco advirtiera a Beirut que no tolerará la entrada de combatientes rebeldes a través de la frontera libanesa. Aunque el Líbano ha intentado contener la situación para que el conflicto sirio no le salpicara, el país de los Cedros está en máxima alerta.
Episodios de violencia como el del pasado fin de semana en Beirut, tras el ataque a tres jeques suníes la noche del domingo en Beirut, han hecho saltar las alarmas del conflicto sectario entre suníes y chiíes podría extenderse en el Líbano.
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