Internacional
Un gabinete inestable e impredecible
–¿Qué opina del nombramiento de Rex Tillerson como nuevo secretario de Estado?
–Es una elección tremendamente equivocada. No está cualificado para el puesto, aunque Trump justifique su nombramiento diciendo que es un fantástico hombre de negocios, algo que, por otro lado, tampoco convierte automáticamente a nadie en la persona indicada para trabajar en diplomacia. De hecho, es el primer secretario de Estado, al menos desde el final de la II Guerra Mundial, que no tiene experiencia previa en política exterior o en el Gobierno. Además, hay que tener en cuenta sus posibles conflictos de intereses. Si bien no seguirá siendo el consejero delegado de Exxon, puede que tenga que lidiar con algún caso que pueda beneficiar o perjudicar indirectamente a la compañía. De hecho, y esto ha sido lo que ha hecho saltar más las alarmas, Exxon tiene bastante dinero invertido en acuerdos con Rusia, incluyendo a Rosneft, la petrolera estatal del país.
–¿Cree que el nombramiento de Tillerson mejorará las relaciones bilaterales con Rusia?
–En eso se basa todo el argumento de Trump. Aunque sería bueno que nuestras relaciones diplomáticas mejorasen, el punto de partida de esa mejoría no debería ser el «tenemos que ser amigos de Rusia», sino el análisis de cuál es la política exterior de Rusia. Tendría una opinión diferente si el acercamiento de Trump a Moscú hubiera girado más en torno a una auténtica convicción de que hay que revisar nuestras relaciones bilaterales con Rusia y menos en torno a su admiración por Putin.
–Tras el último rifirrafe con Pekín, ¿cree que la política exterior de la Administración Trump se centrará en alejarse de China y acercarse a Rusia?
–No creo que tenga una estrategia en ese sentido. No tiene una estrategia a nivel global para manejar el poder de EE UU, ni siquiera tiene una estrategia regional. La diferencia entre su comportamiento con respecto a China y su estrategia con respecto a Rusia es que piensa que los primeros le están timando y de los segundos que tiene en gran estima a Putin. Y, aunque esos puntos sean válidos, no es la manera de empezar a diseñar una estrategia o de revisar la que ya se tiene. Si de verdad está pensando en reforzar las relaciones diplomáticas estadounidenses con Rusia para contrarrestar el alejamiento a Pekín, el problema radica en que la economía china está en una posición bastante buena, en general y en comparación con la rusa, y, además, la posición regional del país asiático es bastante fuerte, mientras que Rusia tiene dificultades para influir siquiera en Europa del Este. Así que si Trump se inclina por Rusia, está optando por el país más débil.
–¿Qué le parecen el resto de nombramientos que ha hecho Trump hasta el momento?
–Muchos han hecho sonar todas las alarmas, desde Rex Tillerson hasta Jeff Sessions, el fiscal general, que ha hecho declaraciones bastante sospechosas sobre la inmigración en el pasado. El análisis general es que, en parte porque a Trump no le gusta nadie que le critique y en parte porque la mayoría de los republicanos no confía en él, se está empezando a ver una escasez de figuras con experiencia entre sus nombramientos. Su Gabinete va a ser bastante impredecible e inestable.
*Profesor de Estudios Americanos de la Universidad de Birmingham. Preguntas de Laura Novo
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