Un juglar principal en el circo italiano

Beppe Grillo es un buen ejemplo de que Italia está casi siempre a la vanguardia política, tanto para bien como para mal. Este país pergeñó el fascismo, la democracia cristiana o un fenómeno tan particular como Silvio Berlusconi. Su última criatura es este genovés de 64 años, de verbo caliente y canosa media melena rizada. Tras mostrar durante años sobre los escenarios y en las televisiones que ahora tanto detesta su humor fresco y su dialéctica contundente, Grillo dejó de ser sólo un cómico y actor para ser también un activista. Es desde 2007 el mejor juglar del circo político italiano, al que ha sacudido primero con la protesta airada y luego con la alternativa que significan sus listas ciudadanas, el Movimiento 5 Estrellas (M5E). Casado con una iraní, con la que ha tenido dos hijos (tiene otros dos de su matrimonio anterior), Grillo se vanagloria de vivir en una casa ecológica y de conducir un coche híbrido. Considera que el tiempo de los políticos convencionales ha terminado y es necesario abrir un proceso similar a los juicios de Núremberg para pedirles responsabilidades. Exige a la «casta» que dé la alternativa a los jóvenes hambrientos de cambiar Italia y el mundo encuadrados en el M5E. Para ello no escatima insultos, burlas, amenazas y anuncios populistas. Aunque es el líder máximo del movimiento, lo que ha acarreado las críticas de algunos militantes, Grillo no se presenta como candidato. «Yo no he pensado nunca en ir al Parlamento», asegura. Serán los «grillini» los que lo harán en su lugar.