Berlín
Un pedófilo pone en aprietos a Merkel
Dimite el ministro de Agricultura por obstrucción a la Justicia n Alertó al SPD de que un diputado suyo estaba siendo investigado por pornografía infantil
La presión contra él era demasiado grande así como determinante fue la conversación telefónica que mantuvo con la canciller, Angela Merkel.
La presión contra él era demasiado grande así como determinante fue la conversación telefónica que mantuvo con la canciller, Angela Merkel. El ministro de Agricultura alemán, el socialcristiano Hans Peter Friedrich, presentó ayer por la tarde su dimisión tras admitir que advirtió al líder del Partido Socialdemócrata y actual vicecanciller, Sigmar Gabriel, de que uno de sus diputados, Sebastian Edathy, aparecía en una investigación contra pornografía infantil. En una escueta e improvisada rueda de prensa, Friedrich declaró que la presión política era demasiado grande aunque, como ya hiciera a través de un comunicado emitido pocas horas antes de su comparecencia, volvió a asegurar que siempre actuó de forma política y jurídicamente correcta. «Volveré», sentenció al final de su intervención.
Una dimisión que supone la primera crisis de gobierno para la gran coalición alemana. De hecho, y a pesar de que en un primer momento el ya ex ministro aseguró que sólo dimitiría si la fiscalía llegase a abrir una investigación, finalmente ha sido la presión mediática y sobre todo la autoridad de Merkel quienes han acelerado los acontecimientos. Una potestad que sin embargo no excluyó para que la canciller compareciera junto a él o que incluso le deseara un «feliz futuro en la política» y le agradeciera que hubiera «antepuesto el interés general al suyo personal». Elogios aparte, sin duda Merkel no sale bien parada de este caso. Un escándalo que intenta silenciar ahora con esta dimisión y que tiene su origen en octubre cuando Friedrich, que por aquel entonces ocupaba la cartera de Interior, advirtió a los socialdemócratas que en el marco de una investigación internacional para desbaratar una red de pornografía infantil, salió a relucir el nombre de Edathy. Más que un chivatazo, una advertencia «de buena fe» –como antes de la renuncia, explicó el portavoz de Friedrich–, aunque todo apunta a que detrás de esa recomendación se escondía otro trasfondo que no era otro que dejar a Edathy fuera de las candidaturas a puestos ministeriales durante las negociaciones en las que se formó la actual coalición de gobierno. Con el escándalo en las portadas, Edathy –quien durante la pasada legislatura jugó un importante papel–, abandonó su escaño la semana pasada y desde entonces se encuentra en paradero desconocido; motivo de más para que todas las miradas se centrasen en Friedrich, y mucho más una vez se supo que la cúpula de su partido había convocado ayer una reunión para analizar el caso y que se zanjó con un comunicado en el que el ministro de Agricultura dejaba claro que dejaba su decisión en manos de la fiscalía. No hizo falta. Pocas horas después presentaba su renuncia. Hasta ese momento el semanario «Der Spiegel» titulaba en su edición online que, «el caso Edathy sólo acaba de empezar»; una sentencia que está por ver si amaina con esta decisión. Lo que está claro es que esta tercera legislatura está marcada por los sobresaltos para la canciller y es que cuando parecía quedar en un segundo plano la renuncia del que fue tesorero de su partido llega ahora esta segunda dimisión; sin duda, mucho más importante y perjudicial para su imagen.
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