Internacional

GPS Strava, la app que revela las bases secretas de EEUU

Se trata de una aplicación de deporte que rastrea el recorrido de sus usuarios. Los soldados americanos que la utilizan en zonas de conflicto han proporcionado, sin saberlo, información secreta a sus enemigos

El geolocalizador de Strava ha dado a conocer puntos militares estratégicos de Siria, Iraq y Afganistán
El geolocalizador de Strava ha dado a conocer puntos militares estratégicos de Siria, Iraq y Afganistánlarazon

Se trata de una aplicación de deporte que rastrea el recorrido de sus usuarios. Los soldados americanos que la utilizan en zonas de conflicto han proporcionado, sin saberlo, información secreta a sus enemigos.

Mientras que más del 60% de la humanidad no realiza ninguna clase de actividad física, los soldados de EEUU la practican a diario. Y lo hacen trotando con una pulsera de esas que inmortalizan tus pasos mediante una aplicación de GPS, el Fitbit. Según «The Washington Post», el Pentágono habría distribuido hasta 2.500 de estos dispositivos entre la tropa en su plan para combatir la obesidad.

¿Qué podía salir mal? Todo. Especialmente si los soldados, en sus momentos de asueto deportivo, descubren «urbi et orbi» la ubicación de algunas de las bases secretas de su ejército. Y eso es lo que han hecho, sin darse cuenta, utilizando la app Strava –que se puede instalar en el Fitbit y otros dispositivos como el smartphone–. La aplicación muestra en un mapa el recorrido de sus usuarios mediante un localizador GPS. Pero también puede detallar, como ha hecho, el interior de los cuarteles, en cada pasadizo, patio, túnel, rampa, entrada y salida. Así, de forma involuntaria, se estaría brindando a un potencial enemigo la posibilidad de encontrar puntos débiles y planificar atentados.

La noticia de que la red social para atletas y corredores Strava revela la geolocalización y detalles de numerosas instalaciones militares estadounidenses por todo el mundo, pese a que se dio a conocer ayer, habría sido detectada antes que nadie por Nathan Ruser, un estudiante australiano. Según «The Washington Post», Ruser alertó del peligro que supone que «los soldados usen la aplicación como lo hacen las personas normales, activando el seguimiento cuando van a hacer ejercicio». Como avisaba en su cuenta de Twitter otro analista militar, Tobias Schneider, los mapas revelan, entre otros asuntos sensibles, la ubicación de instalaciones militares estadounidenses en Siria. También algunas bases rusas, aunque de forma menos dramática. Quizá porque sus soldados no usan tanto la célebre aplicación deportiva. Con punzante ironía, Schneider escribe que «Alguien olvidó apagar su Fitbit. Los marcadores rastrean instalaciones militares conocidas, rutas de suministro y patrullaje». Esto es, no sólo se trata de revelar la situación y coordenadas de los acantonamientos estadounidenses. También permiten seguir las salidas y entradas de la tropa, el recorrido de los convoyes de aprovisionamiento, el itinerario de las patrullas y, claro está, los lugares en los que se relajan. Un completo desastre que, según Schneider, habrá provocado que, ayer, decenas de militares fueran recibidos en sus bases con unas broncas inolvidables.

Pero es que, insisten los expertos que han estudiado los mapas, no se trata sólo de que puedan encontrarse las bases de EEUU en lugares tan problemáticos y necesitados de seguridad como Siria, Afganistán o Irak, –algunas de las cuales ni siquiera eran localizables mediante Google Maps–; también señalan con prístina claridad el perímetro de instalaciones tan conocidas y polémicas como el Área 51, en el desierto de Nevada. Hablamos de la secretísima base de la Fuerza Área en el interior de la base Edwards, objeto de apasionado interés en decenas de esotéricas publicaciones dedicadas a los ovnis y en películas como «Independence day».Todo un mito del frikismo militar que ahora luce en mapas gracias a Strava.

Tal como destaca Mathew Rosenberg en «The New York Times», una de las claves del problema es que en ciertos países, arruinados por la guerra, casi nade usa la aplicación... excepto los militares de EEUU. Eso provoca que sus ubicaciones se revelen con escandalosa fluorescencia. Un efecto muy llamativo y diametralmente opuesto al que vemos tanto en Europa como en EEUU. Pero incluso ahí, escribe Schneider, en mitad de unas geografías completamente tintadas por el naranja radioactivo de millones de puntos de calor en movimiento, más allá de lo que parece una impenetrable maraña de usuarios, resulta posible «hacerse con los datos de usuarios específicos a partir de la ubicación de perfiles esencialmente públicos (que sí, que existen en bases de datos y llevan directamente al perfil de redes sociales de los miembros del ejército)». Toda una pesadilla en términos de seguridad.

Otro de los expertos que han escrito sobre ello, Jeffrey Lewis, del Middlebury Institute of International Studies en Monterey, avisaba en Twitter de que la aplicación estaba sentada sobre una tonelada de información por la que «matarían las agencias de inteligencia».

La app Strava nació en San Francisco en 2009. Su nombre significa «esfuerzo» en sueco, y permite dejar constancia tanto del recorrido del deportista en un mapa elaborado mediante el GPS como de la energía consumida durante la actividad física o la potencia cardíaca desplegada. Una de las críticas más frecuentes en las últimas horas tiene que ver con la aparente falta de información que la compañía habría suministrado a sus clientes.

Para muestra, esto que le ha explicado el investigador en seguridad John Scott-Railton a la revista «Forbes»: «Es casi imposible convertir en anónimos los datos de ubicación individuales. Además, incluso los datos de ubicación agregados pueden contener señales importantes sobre asuntos privados e, incluso, secretos».