Baréin

Una batalla por la hegemonía regional

Arabia Saudí e Irán miden sus fuerzas en las guerras Yemen, Siria e Irak

Varias mujeres portan en Bahréin el retrato del clérigo chíí asesinado
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El incremento de las tensiones entre Irán y Arabia Saudí tras la ejecución del jefe religioso chií Al Nimr podría alimentar las guerras sectarias que libran ambas potencias musulmanas en países como Siria, Irak y Yemen. Desde el ascenso al trono del rey Salman en enero de 2015 y la creciente influencia de su hijo Mohamed, propulsado a vicepríncipe heredero y ministro de Defensa, todos los expertos coinciden en que Riad está impulsando una política exterior y militar más osada.

En marzo, Riad se puso a la cabeza de una coalición arabo-suní que combate en Yemen a los rebeldes chiíes, acusados de mantener vínculos con Teherán, pero el conflicto se ha enquistado y no parece que haya un final cercano. Precisamente, el sábado, la coalición árabe, liderada por Arabia Saudí, puso fin al alto el fuego declarado en Yemen el 15 de diciembre debido a las violaciones a la tregua que atribuye a los rebeldes hutíes. La tregua empezó con las negociaciones de paz en Suiza y se espera retomar el diálogo a mediados de enero para alcanzar un alto el fuego permanente. Sin embargo, en la última semana, los rebeldes han disparado varios misiles contra zonas fronterizas con el reino saudí, lo que ha llevado a la coalición a retomar sus operaciones.

La rivalidad entre Arabia Saudí e Irán estaría llevando a un pulso entre ambos países por extender su influencia en Líbano, Bahréin, Irak y Siria, donde la monarquía saudí habría establecido como objetivo prioritario derrocar a Bachar al Asad.

Irán, por su parte, trata de posicionarse como defensor de los intereses chiíes, apoyando militarmente al régimen de al Asad y al primer ministro iraquí, el chií Haidar al Abadi. La captura de Ramadi hace una semana, por parte de las fuerzas iraquíes sin la colaboración de las milicias chiíes, entrenadas y financiadas por Teherán, ha puesto a la Guardia Revolucionaria iraní en una posición de debilidad, ya que ha demostrado que es prescindible para recuperar el territorio en manos del Estado Islámico. La primera gran victoria de las fuerzas iraquíes en Tikrit fue gracias al apoyo militar de las fuerza de elite iraní. Pero ahora las tropas iraquíes, sólo con el apoyo aéreo de la coalición internacional, han reconquistado Ramadi.