Una emigración obligatoria

l En los últimos 14 años, ¿ha aumentado la emigración en Venezuela?

–En resumen, hasta 1998, los venezolanos que había en todo el mundo son los que ahora hay sólo en Madrid. Hasta que llegó Chávez, los venezolanos en el exterior no llegaban a los 30.000. Actualmente, sólo en España, hay 200.000. A nivel mundial, casi son dos millones los venezolanos que han tenido que irse de Venezuela por razones políticas, de seguridad, porque Chávez les ha quebrado sus empresas, les ha expropiado, por temor a la inseguridad jurídica...

l ¿Qué me dice de los trabajadores del petróleo?

–Hugo Chávez destituyó en 2002 a 20.000 empleados de la industria petrolera que habían logrado que Pdvsa fuera la tercera industria petrolera del mundo. Y fueron sustituidos por militares, amigos de Chávez... gente sin conocimiento que produce menos de la mitad de barriles diarios que producían antes de que Chávez los echara. Por suerte, fueron rápidamente captados por empresas petroleras de todas partes del mundo.

l ¿Cuáles son los principales motivos para emigrar?

–Se ha generado una emigración obligatoria. Unos por temor, otros por persecución... Porque en Venezuela el delito más grave para este Gobierno es la diferencia de pensamiento. No se puede ser distinto a Chávez y a su proceso revolucionario, pues pasas a ser enemigo del Gobierno.

l ¿Cuál es el perfil del migrante?

–Lo que está claro es que nunca el venezolano se ha preparado para dejar su país. Me atrevo a decir que la mayoría está haciendo un posgrado; que sus padres están haciendo un gran esfuerzo económico por ellos, que muchos son ex empleados del petróleo; ex militares; y mi caso: que soy un perseguido político en mi país.

l ¿Chávez luchó contra la inseguridad ciudadana?

–Todo lo contrario, Chávez la ha alimentado. Él armó a su gente, les da motos y esta gente está haciendo desmanes. Tenemos más muertos sin guerra que Siria en plena guerra civil. En enero, murieron 500 personas sólo en Caracas. El venezolano se tiene que encerrar a las 5 o 6 de la tarde, porque los delincuentes hacen lo que les da la gana. Y el Gobierno, sin embargo, se dedica a perseguir a la disidencia.