Política

Referéndum en Escocia

Una Escocia dividida vota si sigue en Reino Unido

El primer ministro escocés, Alex Salmond, pronuncia su discurso final previo al referéndum de independencia, durante un acto en Perth
El primer ministro escocés, Alex Salmond, pronuncia su discurso final previo al referéndum de independencia, durante un acto en Perthlarazon

La larga campaña electoral ha polarizado a la población frente a un incierto referéndum de independencia que se decidirá por un puñado de votos

La campaña del referéndum sobre la independencia de Escocia llegó a su fin con una invitación a la colaboración por parte de los dos bandos, que se comprometieron a cooperar para blindar la capacidad de decisión de Edimburgo una vez superado el plebiscito, ya sea mediante la separación integral que defiende Yes Scotland (Sí Escocia), o el traspaso de poderes "sin precedentes"que propone Better Together.

Tras dos años de debate, los dos contendientes extendieron su oferta con el convencimiento de que su apuesta será la vencedora en la votación de mañana, que se presenta, según la demoscopia, con una ventaja marginal del 'no'. A principio de la jornada, hasta tres sondeos le habían conferido cuatro puntos por encima, pero la definitiva Encuesta de Encuestas dejó la diferencia en un mero 51-49 a favor de la continuidad.

La llave, en consecuencia, la tienen los indecisos, sobre quienes independentistas y partidarios de la unión focalizaron sus esfuerzos en una última jornada en la que emplearon un tono positivo sobre las posibilidades que sus respectivas propuestas abren para Escocia.

El ministro principal y artífice del plebiscito, Alex Salmond, diseñó su última intervención para despejar los temores creados ante una ruptura sobre la que Better Together había advertido por sus efectos irreversibles, frente a su mensaje de unidad. De vencer el 'sí' mañana, Escocia será el "amigo más próximo, el consejero más honesto y el aliado más comprometido"de Reino Unido.

«Oportunidad de una vida»

En un discurso marcado por la emoción ante lo que Salmond ha calificado reiteradamente como "la oportunidad de toda una vida", el dirigente nacionalista prevé reivindicar que lo que está en juego el 18 de septiembre es la ocasión de asumir el poder de la "maquinaria de Westminster"por el bien de Edimburgo, pero no como una afrenta al resto de Reino Unido.

"A nuestros amigos del resto de Reino Unido les digo que no buscamos división, sino igualdad. Una nueva y mejor relación, armoniosa, basada en nuestros duraderos vínculos de familia y cultura", reza su discurso en la ciudad de Perth con la finalidad fundamental de atraer a los indecisos que temen los efectos de romper una sociedad que data de 1707.

Su peso diferenciará la victoria de la derrota en la votación de mañana y, por ello, las apelaciones de Salmond encontraron su reflejo en sus rivales políticos, quienes bajo el reciente liderazgo del ex primer ministro Gordon Brown trasladaron una clara recomendación a aquéllos que todavía dudan.

"Si no sabéis, la opción tiene que ser 'no'", aseguró el ex 'premier' laborista en su intervención en una manifestación convocada por Better Together bajo el lema 'Ama Escocia, vota no'. Brown ha asumido un importante protagonismo en las últimas semanas, coincidiendo con el auge en las encuestas del 'sí', que hasta principios de agosto parecía abocado a una derrota segura.

A diferencia del rechazo que los conservadores, con David Cameron

a la cabeza, generan entre el electorado escocés y el exceso de academicismo del líder de Better Together, Alistair Darling, Brown ha mostrado un perfil capaz de aglutinar nacionalismo y defensa de la unión.

Giro estratégico

Los partidarios de la continuidad habían organizado su campaña en base al riesgo de la ruptura, frente al escenario ilusionante que Salmond había construido en torno a la independencia, por lo que en las últimas semanas se vieron obligados a un giro estratégico para garantizar una contraoferta en positivo

Ante al futuro de oportunidades que el SNP planteaba al elector, Better Together puso al fin sobre la mesa su ideario: el "cambio real"es votar 'no', porque incluso disfrutando de las ventajas de la unión, Edimburgo incrementará su autogobierno a un nivel "sin precedentes"que le permitirá desarrollar todo su potencial.

Es más los tres líderes de los principales partidos británicos agotaron su último as en la manga con la promesa de mantener el actual método del Ministerio del Tesoro británico para determinar la distribución de gasto público: Edimburgo seguirá disfrutando de un mayor gasto per cápita que Inglaterra, incluso si poderes clave como la política tributaria la gestión de los recursos financieros son transferidos.

En consecuencia, el mensaje es que la independencia no significa descartar un aumento del techo soberanista, sino al contrario, protegerlo, por lo que, independientemente del veredicto de las urnas, los gobiernos de Reino Unido y de Escocia iniciarán las negociaciones para transferir poderes a Edimburgo una vez resuelto el referéndum.

Escenarios para el 19 de septiembre

Los partidarios de la continuidad han propuesto un calendario de trabajo que arrancaría el propio día 19 de septiembre con un análisis de los poderes susceptibles de traspaso, entre los que destaca el control de la política tributaria y del gasto y más capacidad de decisión en materia de bienestar.

A partir de ahí, Londres presentaría a finales de noviembre un Libro Blanco con sus propuestas, que pasaría a ser debatido en profundidad para permitir, ya a finales de enero, presentar la legislación ante la Cámara de los Comunes, para proteger así la disposición de todo el arco parlamentario británico antes de las generales, previstas para 2015.

Igualmente, de triunfar la independencia se abriría una ronda de negociaciones para completar el proceso con éxito, ya que la declaración no sería inmediata. El objetivo de Edimburgo es proclamarla a finales de marzo de 2016 y ya el 5 de mayo celebrar sus primeras elecciones como país independiente, si bien antes tendría que haber comenzado a tramitar su ingreso en organizaciones supranacionales, como la Unión Europa, o la ONU.