Argentina
Kirchner boicotea con su ausencia la investidura del conservador Macri
En una decisión sin precedentes en Argentina, Fernández defiende su legado tras negarse a entregar el bastón de mando a su sucesor.
Ocho años después de haber asumido los mandos de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner dejó el Gobierno sin traspasar el testigo a su sucesor, Mauricio Macri, tras un cruce de acusaciones y reuniones que le impidió a la población asistir por primera vez desde el regreso de la democracia, en 1983, a una ceremonia en la que un mandatario despide a otro pese a sus diferencias políticas e ideológicas.
El fallo de una jueza determinó que la gestión kirchnerista finalizó a las 23:59 del miércoles, por lo que Macri recibirá el bastón y la banda presidencial de manos del presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, o de quien será su vicepresidenta, Gabriela Michetti. Pese a la decisión judicial, Cristina Fernández ya había tomado la determinación de no entregar el poder a su sucesor.
Kirchner y Macri discreparon acerca de cómo y dónde debía realizarse la ceremonia de jura. El kirchnerismo procuró que fuera en el Congreso, donde se esperaba que militantes partidarios colmaran sus palcos para darle un estruendoso adiós a la mandataria saliente y recibir, acaso no de mal modo, al electo jefe de Estado. Según marca la Constitución argentina, el Palacio Legislativo debía ser el escenario del acto, tal como lo hicieron Eduardo Duhalde en 2002, Néstor Kirchner en 2003 y la propia Cristina Fernández en 2007 y 2011. Sin embargo, la tradición democrática marcó que la Casa Rosada fuera el sitio elegido por los presidentes para el traspaso. Fue el caso de Raúl Alfonsín en 1983, Carlos Menem en 1989 y 1995 y Fernando de la Rúa en 1999. Allí quería Macri que se realizara su asunción.
Durante los últimos días, colaboradores de ambos políticos se reunieron en diferentes ocasiones para alcanzar un acuerdo, posibilidad que se frustró cuando Macri y Michetti, en vista de las trabas surgidas, decidieron presentarse ante la Justicia para señalar que Fernández de Kirchner debía dejar el cargo en la medianoche del miércoles. La dirigente peronista ya había desestimado cualquier oportunidad de diálogo horas antes, cuando, por medio de una carta difundida en la red social Facebook, dio detalles de una discusión telefónica con Macri
«El presidente electo comenzó con un elevado tono de voz a exigirme que debía entregarle bastón y banda presidenciales en la Casa Rosada porque era su ‘ceremonia’ y que si no lo hacía como él decía ¡la Corte Suprema de Justicia de La Nación! le iba a entregar los atributos, porque ya habían consultado», comentó Fernández. La mandataria saliente aseguró que se trató de una conversación «exaltada» por parte de Macri, a quien, dijo, tuvo que recordarle que más allá de las investiduras que ambos portaban, él era un hombre y ella una mujer.
A tal punto llegó el enfrentamiento dialéctico que el director de Inteligencia y uno de los asesores más cercanos a Kirchner, Oscar Parrilli, dijo que no le encontraba diferencia a la situación generada con un «golpe de Estado». La frase coincidió con el día en que se cumplieron 30 años desde que un tribunal civil dictó, en una resolución histórica a nivel internacional, una sentencia contra los comandantes de la última dictadura militar (1976-1983) por ser hallados culpables de delitos de lesa humanidad cometidos contra opositores al régimen.
«La verdad es que no se entiende. Esto no debería estar pasando», comentó, por su parte, Máximo Kirchner, hijo de la ex mandataria y del fallecido presidente Kirchner, que días atrás asumió su cargo de diputado nacional en representación de la provincia patagónica de Santa Cruz.
La decisión tomada por la jueza María Servini de Cubría de establecer que el mandato de Cristina Fernández finalizara a las 23:59 de este miércoles dejó el Gobierno argentino en manos de Federico Pinedo, un dirigente a quien la presidenta saliente calificó de «caballero» por las gestiones que llevó a cabo para que el traspaso se realizara de manera normal. «Voy a ser presidente a las 00:01 del jueves 10 de diciembre», hasta el momento en que Macri jure como mandatario argentino, precisó Pinedo. Se espera que durante la mañana Macri pronuncie su discurso ante la Asamblea Legislativa en el Congreso y luego se dirija a la Casa de Gobierno. Los legisladores kirchneristas, en tanto, podrían no dar quórum, en lo que sería otro hecho curioso para la jornada de asunción.
Mientras tanto, mandatarios extranjeros y enviados diplomáticos internacionales se vieron envueltos en la insólita y polémica situación. Hacia el país suramericano viajaron, Don Juan Carlos, los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos; de Uruguay, Tabaré Vázquez; de Chile, Michelle Bachelet; de Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Horacio Cartes; de Perú, Ollanta Humala, y de Brasil, Dilma Rousseff.
En sus últimas horas en la Presidencia, Cristina Fernández descubrió en la Casa Rosada un busto en homenaje a su fallecido esposo y fue respaldada por miles de partidarios que se reunieron en la Plaza de Mayo. Prometió que su tarea seguirá «con más fuerza que nunca» y que el lugar de un militante está «junto al pueblo». Fernández afirmó que en distintos países de la región «se intenta, y en algunos casos se logra, cambiar lo que fue y lo que es y lo que seguirá siendo: la conquista de derechos, avances y progresos logrados con dificultades».
Durante su último día como mandataria, Fernández de Kirchner decidió sacar de las reservas del Banco Central 3.558 millones de dólares para pagar vencimientos de deuda externa. El estado de las reservas pública preocupa tanto a la nueva gestión que el designado ministro del Interior, Rogelio Frigerio, afirmó que se encontraban casi «a nivel cero» para hacer frente a varias obligaciones del Estado.
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