Una medida inútil contra el terror

El veto a los inmigrantes de ciertos países propensos al terrorismo conlleva implicaciones alarmantes tanto para la seguridad nacional de EE UU como para la mundial. La idea de Trump es minimizar la amenaza de que los terroristas entren en el país, pero esto no puede lograrse estableciendo una prohibición total de entrada a todos los musulmanes. Es conocido que los extremistas que pertenecen a organizaciones terroristas como Al Qaeda o el Estado Islámico representan sólo una fracción mínima de las comunidades musulmanas. Múltiples estudios han corroborado que las comunidades musulmanas en EE UU realmente ayudan a las labores de contraterrorismo a través de prácticas comunitarias como, por ejemplo, acudir a la Policía para informar sobre miembros de su comunidad que se están radicalizando. Una prohibición general marginaría a esta población y tendría un impacto negativo en las relaciones con otros estados, tando del mundo musulmán, como con otros aliados tradicionales. Washington confía en naciones árabes, como Arabia Saudí, para una amplia gama de colaboraciones, que va desde iniciativas de seguridad hasta acuerdos comerciales. La decisión de Trump no hará sino reforzar la política migratoria y de asilo en otros países que protegen a los refugiados que huyen de la violencia.

Si evaluamos críticamente la retórica de campaña de Trump, encontramos que su agenda se centra en optimizar la eficiencia del Gobierno federal y en reforzar la seguridad nacional. El problema no radica entonces en su intencionalidad, sino en su «modus operandi». La mayoría de las personas en todo el mundo creen que su Estado debe tomar medidas para prevenir actos terroristas, sin embargo, la forma de lograr este objetivo es un debate acalorado sin claro ganador. Lo que sí está claro es que la prohibición de entrada de todos los musulmanes podría tener implicaciones negativas para la propia seguridad nacional de Estados Unidos. Aunque se han hecho muchas justificaciones para no implementar la prohibición propuesta, una línea clave de razonamiento es que da credibilidad a algunos de los argumentos aportados por los terroristas. El EI o Al Qaeda, por ejemplo, han argumentado durante mucho tiempo que Estados Unidos está en guerra total con el islam. Así que la manera más efectiva de deslegitimar estos argumentos es abrazar la diversidad cultural que existe en el país.

Por lo tanto, la inclusión es un mejor enfoque de la lucha contra el terrorismo que la exclusión. Estados Unidos fue fundado como un lugar seguro para una amplia gama de individuos, sin sesgo religioso, étnico o racial. El intercambio abierto de ideas y visiones del mundo ha sido uno de los aspectos prominentes para asegurar el excepcionalismo estadounidense, particularmente desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Cambiar este precedente cambiaría inherentemente los valores centrales de una nación.

*Investigador en la Escuela de Estudios de Justicia y Criminología de Massachusetts