Una respuesta contundente

Las decisiones que se están tomando en este momento no tienen nada que ver con lo que concluyan los inspectores de la ONU que están en Damasco. El sarín desaparece a los cinco días y, por otra parte, el titular británico de Exteriores, William Hague, ha manifestado simplemente que la decisión se tomará porque «no queremos que los dictadores crean que pueden ir por ahí utilizando armas químicas». El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha dicho que los inspectores deben actuar con rapidez, porque cada hora cuenta, pero si la ONU quiere tomar decisiones relevantes, ha tenido dos años enteros a disposición del Consejo de Seguridad para hacerlo. Pero están como siempre: totalmente inmovilizados a causa de la brecha entre EE UU y Rusia. Un enfrentamiento que va a más ya que Obama acelera a toda marcha, empujado por la mayor parte de Europa. Hoy esboza una coalición que en un par de días, si los inspectores no dicen nada importante, atacará a Asad. El corazón de la coalición estará lideraro por el eje Obama-Cameron-Hollande, mientras Alemania se sigue mostrando fría.

Los motivos del posible ataque estadounidense, sin duda problemático a causa de unos rebeldes que distan de ofrecer garantías de moderación y son la promesa genuina del islamismo radical, los explicó bien Hague: «En el siglo XXI no pueden utilizarse con impunidad armas químicas y menos aún contra el propio pueblo sin que se produzca una reacción mundial de condena». Ayer, Jerusalén ilustró esta idea a través de Yuval Steinitz, ministro de Relaciones Internacionales y Estratégicas, con la que abandonó la confidencialidad con la que Israel evita verse arrastrado a un conflicto vecinal: «No puede haber nada peor que una luz verde al uso de armas de destrucción masiva. También hay que pensar que Irán, que tiene soldados y asesores estratégicos en Siria, está implicado en este asunto. ¿Qué programas desarrollará el ayatolá si nadie hace nada por detener el gas sarín?

Que Asad es culpable es algo que todos los servicios de inteligencia dan por seguro. Pero la coalición internacional evitará replicar las imágenes de la invasión de Irak, por lo que no habrá efectivos regulares sobre el terreno. También huirán de las escenas salvajes como las vividas en Libia. Mientras, el régimen sirio pretende amedrentar a Estados Unidos al asegurar que si atacan, caerán en una trampa como ya les ocurrió en Vietnam.