Suecia

Una victoria política

La Razón
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El dictamen de la ONU añade más presión a Suecia y supone un rearme moral para el polémico «hacker».

–¿Cree que Assange sería extraditado a EE UU por la Justicia sueca llegado el caso?

–Podría ser, pero antes hay que sopesar otros elementos del contexto. Justo ahora, Suecia está muy preocupada por los temas de inmigración, por la radicalización de los jóvenes musulmanes y por el resurgimiento de Rusia. Suecia detectó un submarino ruso cerca de sus costas. Por todo ello, el Gobierno necesita la ayuda de la Inteligencia norteamericana. Llegado el caso, EE UU presionará para que Assange sea extraditado. Por otro lado, Estocolomo no está contenta con las recientes denuncias sobre el espionaje de la NSA a teléfonos suecos. Esto podría hacer que la extradición fuera rechazada. Además, funcionarios suecos, como muchos alemanes, franceses y holandeses, están a favor de ampliar el asilo a Assange.

–¿Debería el Gobierno sueco cerrar el caso contra Assange si la ONU avala que su detención fue arbitraria?

–Suecia sólo debería seguir adelante con el caso si hay evidencias irrefutables contra Assange. Cualquier atajo podría generar una batalla jurídica eterna que acabaría estallándole al Gobierno en la cara, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que Assange mantiene una enorme influencia pública, especialmente en Suecia y en el resto de Escandinavia, donde la opinión pública se muestra como una de las más favorables a Wikileaks.

–¿Qué papel juega EE UU en la situación de Assange?

–Estados Unidos quiere que el caso de Assange sirva de escarmiento con el fin de disuadir de futuras filtraciones de material clasificado. El gran problema es que Assange no es ciudadano estadounidense y no puede ser acusado de traición.

*Editor de la web intelNews y experto en temas de seguridad cibernética