Cargando...

Reino Unido

Pánico en un tren del Reino Unido tras un ataque con cuchillo

Los presuntos autores son dos ciudadanos británicos. Las autoridades descartan que se trate de un atentado terrorista

Los británicos vivieron el terror real en pleno Halloween con un brutal ataque con arma blanca en un tren de alta velocidad que dejó once heridos. Dos de ellos se encontraban en estado crítico a última hora de la tarde de este sábado.

Las autoridades detuvieron a dos británicos de 32 y 35 años como sospechosos de intento de homicidio. Horas después, la Policía puso en libertad al segundo de ellos y consideró al otro detenido como el único sospechoso.

Aunque la policía antiterrorista está apoyando la investigación para esclarecer las circunstancias se descarta atentado y se está tratando como un “ataque aislado”. El incidente, ocurrido el sábado por la noche en la localidad de Huntingdon, Cambridgeshire, ha conmocionado al país y reavivado la preocupación por el aumento de la violencia con cuchillos en el Reino Unido.

El suceso tuvo lugar a bordo del tren de las 18:25 hora local de la compañía LNER, que cubría la ruta Doncaster–King’s Cross. A las 19:39 horas, varios pasajeros alertaron a la policía de que un hombre estaba “apuñalando a todo el mundo”. Minutos después, el convoy realizaba una parada de emergencia en Huntingdon, donde agentes armados redujeron con una pistola Taser a uno de los sospechosos, que portaba un cuchillo de grandes dimensiones.

Las autoridades se apresuraron a describir las nacionalidades de los sospechosos –“un británico negro y otro británico de origen caribeño”- ante el incremento de ola populista que se vive en el país, a fin de evitar bulos en redes sociales que pudieran lleven a actuar a grupos ultraderecha anti-inmigración como ocurrió el pasado verano, cuando tuvieron lugar violentas protestas.

La policía descartó cualquier motivación terrorista, aunque en un primer momento el incidente fue clasificado como “Plato”, el código de emergencia utilizado ante un posible ataque masivo. “Los agentes llegaron en apenas ocho minutos desde la primera llamada al 999”, declaró el superintendente John Loveless.

Testigos describen escenas de auténtico pánico. “Al principio pensé que era una broma de Halloween”, contó Olly Foster a la BBC. “Pero cuando vi a la gente ensangrentada correr por los pasillos, supe que era real. Un hombre había recibido cortes en la cabeza y el cuello mientras protegía a una joven. Usamos chaquetas para detener la hemorragia”, matizó. Imágenes difundidas en redes sociales muestran a cinco agentes inmovilizando a un sospechoso en el andén 2 de la estación mientras este gritaba: “¡Mátenme, mátenme!”.

El ataque se produce en un contexto de creciente preocupación por la violencia con cuchillos en el Reino Unido, un fenómeno que ha dejado cifras récord. Solo en Inglaterra y Gales, la Oficina Nacional de Estadísticas registró más de 49.000 delitos con arma blanca en 2024, un 5% más que el año anterior.

Tradicionalmente, estos ataques se concentraban en barrios conflictivos de Londres, Birmingham o Manchester, vinculados a disputas entre bandas juveniles. Sin embargo, el suceso en un tren interurbano rompe ese patrón y alimenta el temor a una violencia más aleatoria e imprevisible.

“El hecho de que ocurra en un espacio cerrado y cotidiano como un tren aumenta la sensación de vulnerabilidad social”, explica el criminólogo Simon Harding. “Ya no hablamos solo de marginalidad o crimen organizado, sino de episodios imprevisibles que generan una ansiedad colectiva muy profunda”.

Más allá de la investigación policial, el ataque en el tren de Cambridgeshire simboliza un país que se enfrenta a un clima social tenso, donde la precariedad, la crisis de vivienda y los problemas de salud mental se entrelazan con un repunte de la violencia. “El cuchillo se ha convertido en un instrumento de poder y desahogo en sectores que se sienten marginados”, resume Harding.

El Gobierno de Keir Starmer ha prometido endurecer la legislación para restringir la venta y el porte de cuchillos de grandes dimensiones. Sin embargo, los sindicatos policiales advierten que los recortes presupuestarios acumulados durante la última década dificultan la prevención.

En los últimos meses, el país ha sufrido varios ataques violentos que han alimentado el debate sobre seguridad pública. En septiembre, tres jóvenes murieron apuñalados en una discoteca de Leeds; semanas después, una agresión en un parque infantil de Southport dejó varios niños heridos. Cada episodio ha reavivado la sensación de que el Reino Unido atraviesa una crisis silenciosa de violencia cotidiana.

El último ataque del sábado provocó una oleada de reacciones en las instituciones británicas. El rey Carlos III envió un mensaje de condolencias a las víctimas y sus familias y agradeció la respuesta de los servicios de emergencia. “Mi esposa y yo quedamos profundamente consternados por el terrible ataque con cuchillo. Nuestros pensamientos están con todos los afectados”, expresó.

La ministra del Interior, Shabana Mahmood, confirmó ayer que la investigación seguía abierta y rindió homenaje a la “excepcional valentía del personal ferroviario y los pasajeros”. Por su parte, la ministra de Transporte, Heidi Alexander, anunció un refuerzo de la presencia policial en trenes y estaciones para “tranquilizar a la ciudadanía y restaurar la confianza en la red ferroviaria”. El ministro de Defensa, John Healey, pidió “mantener la calma” y no dejar que el miedo condicione la vida diaria. “La evaluación inicial indica que se trató de un ataque aislado. No hay motivo para que el resto de nosotros dejemos de viajar o de hacer nuestras vidas”, declaró a Sky News.