Kuwait

Baño de sangre en una mezquita chií de Kuwait

Fuerzas de seguridad y civiles a las afueras de la mezquita tras el ataque
Fuerzas de seguridad y civiles a las afueras de la mezquita tras el ataquelarazon

Al menos 25 personas murieron y otras 202 resultaron heridas en un atentado suicida contra una mezquita chií situada en el centro de la capital del emirato de Kuwait, informó el Ministerio de Interior citado por la televisión oficial.

El pasado martes, el Estado Islámico instó a los musulmanes a perpetrar atentados durante la celebración del mes sagrado de Ramadán. Así, el portavoz del EI, Abu Mohamed al Adnani, llamó a los creyentes a «exponerse al martirio», y convertir este mes sagrado en «una calamidad para los infieles», entre los que nombra a los cristianos, los chiíes y a los «musulmanes apóstatas».

Sus acólitos de Túnez, Francia y Kuwait han cumplido sus órdenes. Kuwait sufrió ayer el peor atentado de los últimos veinte años que dejó la cifra de 25 muertos y 202 heridos. El objetivo fueron los fieles chiíes, considerados apóstatas por los extremistas yihadistas. Se trata del tercer atentado suicida contra templos chiíes en el último mes, reivindicados por el EI. Los dos ataques anteriores tuvieron lugar en la vecina Arabia Saudí.

Un terrorista suicida se hizo estallar durante la oración del viernes en la mezquita Al Iman al Sadik, situada en el barrio de Al Sawaber de la capital kuwaití, en el centro de la ciudad. El kamikaze dejó tras de sí más de una veintena de muertos. La mezquita estaba abarrotada con más de dos mil fieles celebrando el rezo del mediodía. El grupo terrorista del Estado Islámico difundió un comunicado en internet atribuyéndose la matanza, perpetrada por un kamikaze identificado como Abu Suleiman al Muhawed, que hizo estallar el cinturón cargado de explosivos que portaba.

En una cuenta de Twitter, la rama del EI en Arabia Saudí «Provincia de Najd», autora de los dos atentados suicidas contra chiíes en el reino saudí, se atribuyó este ataque cuyo objetivo era un «templo de los renegados». Del mismo modo, acusa a los chiíes de promover el proselitismo y de intentar extender su ideología entre los suníes. «Un suicida ha entrado en la mezquita y en el momento de las postraciones, ha gritado ‘‘Dios es el más grande’’ tres veces y se ha hecho estallar cerca de los fieles de las últimas filas, que han sido los más afectados», explicó el imam de la mezquita, el jeque Hamed Hadi al Saleh, al diario «Kuwait Times».

Un miembro del Parlamento, Jalil al Salih, que fue testigo de la masacre, aseguró a Reuters por teléfono que «era obvio, por el cuerpo del terrorista suicida, que era un joven de unos 20 años. Entró en la sala de oración durante la postración. Lo vi con mis propios ojos».

«Se trata de una agresión deliberada [de los terroristas] a nuestra unidad nacional, pero les va a resultar muy difícil porque somos mucho más fuertes que eso», declaró el primer ministro kuwaití, el jeque Jaber Mubarak al Sabah, tras visitar a los heridos en el hospital Emiri de la capital kuwaití. Mientras, el Ministerio del Interior ha calificado lo ocurrido de un «crimen cobarde».

Alerta por Ramadán

El Gobierno se reunió de urgencia tras el atentado y ha elevado el nivel de alerta ante posibles nuevos ataques.Por su parte, el máximo líder religioso suní de Kuwait, el jeque Ajil al Nashmi, tildó el atentado de «acto criminal» y aseguró que «chiíes y suníes harán fracasar la conspiración de los terroristas». También el principal grupo islamista suní, el Movimiento Islámico Constitucional, ha expresado una condena rotunda.Las imágenes de muerte y destrucción circularon rápidamente en internet. Varios diarios electrónicos difundieron vídeos del momento posterior al atentado en los que se ve la gran sala de oración llena de polvo entre la confusión de los presentes. Fotografías de cuerpos mutilados y montañas de escombros colapsaban las cuentas de Twitter.